79. MALABARES
En la calle, Malena hace dibujos por cinco euros a las personas que pasan. Trazos firmes o delicados según lo requiera el contorno del rostro. Tiene destreza con el lápiz, y el carboncillo no guarda secretos para ella. Malena no quiere que posen, les dice que miren el escaparate de la tienda de al lado o que observen las palomas que se amontonan en el banco de enfrente. A veces retrata tristes a las personas aunque sonrían, y es que Malena dibuja lo que ve un poco más allá de ese velo de piel que, en ocasiones, llevamos todos puesto como un burka.
Migue hace malabares en la esquina. De vez en cuando, le echan unas monedas en el gorro de lana que Malena le tejió el invierno pasado. Ahora Malena ha vuelto a tejer; unos patucos y una mantita para la cuna que Migue está haciendo. Cuando él trabaja, ella dibuja esa cara de cierta preocupación que Migue no puede disimular mientras lija la madera, pero el carboncillo de Malena esboza una sonrisa; una sonrisa enorme aunque los dos sepan que los verdaderos malabares, para sacar adelante a su gran obra de arte, comienzan ahora.
Sandra o Pulgacroft, que hermosa historia de miedo y esperanza has tejido con tus palabras entre estos artistas callejeros. Un micro lleno de sensibilidad, como tú. Sencillamente, precioso. Un beso muy fuerte. Gloria ? ?
Muchas gracias por sentirlo así Gloria.
Besinos ???
Muy tierno y bien tejido tu relato, Sandra, desde el título hasta la última frase. Enhorabuena!
Muchas gracias por tu comentario Alberto, ahora a encomendarme al jurado jeje 🙂
Besos!
Hola, Sandra. Nos metes, con unas cuantas pinceladas, de lleno en la vida de unas personas que parecen haber nacido para sufrir, tratando de buscarse su sustento en medio de las duras condiciones que supone el hacerlo en la calle; muchas veces despreciados, cuando no invisibles. Curiosamente, lo que viven estos, supongo, jóvenes es lo mismo que tuvieron que vivir nuestros padres o abuelos, puede que en otros ambientes, aunque seguro que igual de duros. Al menos, Malena tiene la suerte de tener ese don de poder ver debajo de las máscaras que muchos llevamos, o nos hacen llevar; y, además, de hacerlo en positivo. Ojalá que les vaya bien a los tres.
Ya he dicho en otras ocasiones que no soy el más indicado para dar consejos (no tengo demasiada idea de normas ortográficas ni de reglas literarias de ningún tipo), pero creo que si revisaras tu texto y lo editaras, reenviándolo, ganaría. Dejando aparte los gustos personales en la construcción de las frases, el uso de unas palabras u otras, etc…, pienso que el relato tiene algunos “errores” de escritura. Te cito algunos: Creo que es “enfrente”, no “en frente”. Es “Migue hace malabares”, sin coma. Siguiendo con las comas, aunque reconozco que puede que sea opinable, hay varias que creo que faltan o, incluso, sobran. El primer “hace” se podría sustituir por otro verbo, está muy cerca del siguiente “hace”. Creo que no concuerda el “posen” con “la gente”, que queda muy atrás…
Suerte, Sandra, me gusta tu historia. Saludos.
Jesús, muchísimas gracias por tu comentario constructivo. Te diré que la puntuación es una de las cosas que más difícil se me hace en esto de intentar escribir, así que bienvenidos todos tus consejos. Intentaré corregirlo un poco, a ver si consigo corregir y no estropear más.
Por otra parte me alegra que te guste la historia, pero para mí un buen micro, relato o lo que sea no es sólo historia sino un conjunto en el que es parte importante también (la ortografía, por supuesto) la puntuación. Así que de nuevo gracias y a ver qué pasa.
Besos! 🙂
Me ha gustado el colorido de tu texto, Sandra. Esa mirada omnisciente del narrador y de la propia Malena, que pinta el alma de los viandantes. También ese halo de esperanza, esa promesa, que da un sentido a sus vidas ambulantes y hace que el tiempo se proyecte en un mañana.
Una historia que se disfruta.
Un abrazo.
Pues me alegro un montón de que lo hayas disfrutado Manoli. Muchas gracias por dejar tu comentario.
Besazos!! 🙂
Sandra me gusta tu relato. El frio de la calle, la incertidumbre y la soledad se desvanecen ante esa nueva vida que ya está latiendo. Aunque el desafió no es pequeño la enorme sonrisa de Malena trasmite ilusión y mucha esperanza.
Hay personas que tienen una vida difícil pero quizás también más libre, en cierta manera, que la del resto. He querido hacer un pequeño homenaje a estas personas que a veces se nos hacen transparentes en la calle pero que son verdaderos artistas. Me alegro de que te haya gustado. Sí, la sonrisa que Malena dibuja es un canto a la esperanza.
Gracias y besazos Dolores! 🙂
Muy bello este relato. Gracias por escribirlo
Gracias a ti por leerlo y tomarte la molestia de comentar Luisa.
Besos! 🙂
SANDRA, bella historia de un dia a dia muy dificil y cotidiano para bastantes personas. Suerte y saludos
Muchísimas gracias por tu comentario Calamanda.
Besos! 🙂
Me gusta tu Malena, Pulguita, y su condición de ver más allá de lo que se nos presenta. Me encanta que me hayas sugerido, que hay diferentes formas de llevar un burka…
Un abrazo grande, Sandra, y un deseo igual de grande… ¡Suerte!
Sí, Rosy, a veces la piel que llevamos puesta también esconde nuestra alma…
Gracias y un besazo enorme para ti!! 🙂
Malena tiene nombre de tango, y el ritmo de tu relato se enreda en el corazón como las piernas de los bailarines….que decir además de genial, suerte.
Besinos ?
Muchas gracias Yoya! Hay relatazos por ahí, a ver…jeje! 🙂
Besosss