82. ¡A la de tres!
Lorenzo, el chico de los recados, había convertido la profesión de manitas en todo un arte. Parecía tener el don de la ubicuidad. Siempre que alguien le reclamaba, fuese para lo que fuese, de inmediato hacía acto de presencia en el lugar requerido. Montado en su motocicleta, se personaba para entregar un paquete, colgar un cuadro, lijar una puerta, posar desnudo para los artistas del pueblo, sustituir a un enfermo en una operación de fimosis… accedía hasta para no dejar a medias a las esposas de los que somos eyaculadores precoces. Nunca nos daba un no por respuesta ni nos dejaba insatisfechos. Así se ganaba la vida el pobre, hasta que solicité sus servicios para atreverme a tirarme de la azotea. Contamos juntos 1, 2 y… 3. Mientras él caía al vacío, supe que yo siempre sería un cobarde.
¿Y el Lorenzo este no será el motorista muertoviviente de tu relato para la anterior propuesta de ENTC? No tengo claro quien es más artista, si el susodicho con todas las actividades que es capaz de realizar suplantando a su originario actor, o tú, sacando punta a las hazañas de andar por casa, logradas hasta el momento de su supuesto deceso. Curioso tu relato, Lorenzo. Me gusta. Suerte y saludos.
¡Un verdadero artista este Lorenzo! Lo digo por tu personaje y lo digo por ti. ¡Mucha suerte, compi!
Espectacular el giro de este cuento que, por otra parte, se dejaba entrever desde la fidelidad de ese Lorenzo, tocayo tuyo para más inri. Lo de ser el chico de los recados lleva implícito el riesgo de empatizar demasiado con los que solicitan su ayuda, y, desde luego a tu leal protagonista le faltó un poco de previsión, o no, y quizá, lo más seguro es que ese salto fuese también el suyo. Un toque maestro, Lorenzo, para nada de recadero.
Un abrazo.
Un profesional con una profesión de riesgo, no cabe duda. Un artista, pobre, aconstumbrado a lidiar en las peores plazas. Me ha dado mucho pena por él, no lo merecía. Por otra parte, ¿no se le contrató para eso, para que se tirase?
Lorenzo, que bueno Lorenzo, y que triste. Como tu bien cuentas hay personas que por un sueldo hacen lo imposible. Suerte y saludos
La crónica de un relato que comenzó costumbrista, maduró cómico y terminó magistralmente dramachondo (dramático + cachondo)… Como siempre, rebosante de ingenio, creatividad y, sin la menor duda, ARTE. ¡Mi más sincera y admirada felicitación! Bravísimo.
Muchas gracias a todos por comentar, os leo muy atentos y en agradecimiento si necesitáis a un manitas no dudéis en llamarme, para lo que sea. Jaja.
Qué bueno, Lorenzo, imaginación al poder…
Un abrazote y suerte.
Ja, ja, ja, otro genial relato de lo absurdo (y ya he perdido la cuenta), con tu toque característico de humor e ironía. Enhorabuena, Lorenzo. Abrazos y suerte.
Lorenzo, dado que «compartimos» apellido, bien podría tu protagonista escribir por mí un relato tan ocurrente como este… Lo resucitas al pobre… y que se ponga manos a la obra 😉
Ya en serio, es el tuyo un relato de lo más imaginativo.
Un afectuoso saludo con suerte
Un relato genial. Al pobre Lorenzo le estaba durando mucho tiempo despierto su ángel de la guarda.
Un abrazo y suerte.