87. DILEMA
Mi arte no tiene fronteras en lo profundo de mi mente, en la superficie de mi sensibilidad. Fuera de ellas estoy descubierto ante la intolerancia o la generosidad de la existencia misma, disfrazada con máscaras humanas devorando el tiempo y el espacio.
He terminado mi nueva obra a la que he dedicado una parte de mi vida, ocupando el lugar destinado al ritmo marcada por la indiferencia propia y extraña.
Tengo que saber vencer, de nuevo, este trance. De no hacerlo, es posible que no haya una próxima vez. O quién sabe, el problema puede ser que no sé salir de la mediocridad en la que creo ni siquiera del todo he caído, todavía.
Antonio, un viaje al interior de el mismo comnpasivo y a la vez crítico. Suerte y saludos