PROPIEDADES ORGANOLÉPTICAS DE LA MERMELADA ENTC. ANÁLISIS FORENSE
Algunos lo habéis solicitado. Intentaré explicarlo como quien silba un olor o como quien os canta un aroma.
En cuanto a su color, ni es rojo ni es granate. Va más allá del rojo o del granate. Es un rojo profundo, casi abisal.
No devuelve la luz: la fagocita..Es un rojo escondido al borde del espectro que ni sueña la rosa. Sólo el arándano
conoce su secreto. Es un rojo de orquídea que palpita, emociona.. Es un color carnívoro de planta que seduce y
convierte al que la mira en un insecto hipnotizado. Es un rojo sangrado a borbotones, como de coágulo: El » rojo
tarantino». Rojo de herida pasional, abierta, como el costado del cristo atormentado que escucha una saeta.
Un rojo que traspasa el bermellón o el rojo indio. Un rojo enamorado, como de sangre púber. No es ese rojo hortera
catorcedefebrero ni carmínlipstick. Es el rojo inocente de la sangre del toro que aún herido persigue el roce del capote.
Rojo fruta prohibida que sabe a terciopelo. Es un rojo febril, tarde de gripe. Huele a jardín de agosto en medio de lanoche y sabe a sinfonía de colores estrenados. Fuegos de artificio en una boca que trata de atraparla.
Toda ella sabe a receta callada, a paseo en el campo, como a cesta de mimbre…… a mermelada.
No devuelve la luz: la fagocita..Es un rojo escondido al borde del espectro que ni sueña la rosa. Sólo el arándano
conoce su secreto. Es un rojo de orquídea que palpita, emociona.. Es un color carnívoro de planta que seduce y
convierte al que la mira en un insecto hipnotizado. Es un rojo sangrado a borbotones, como de coágulo: El » rojo
tarantino». Rojo de herida pasional, abierta, como el costado del cristo atormentado que escucha una saeta.
Un rojo que traspasa el bermellón o el rojo indio. Un rojo enamorado, como de sangre púber. No es ese rojo hortera
catorcedefebrero ni carmínlipstick. Es el rojo inocente de la sangre del toro que aún herido persigue el roce del capote.
Rojo fruta prohibida que sabe a terciopelo. Es un rojo febril, tarde de gripe. Huele a jardín de agosto en medio de lanoche y sabe a sinfonía de colores estrenados. Fuegos de artificio en una boca que trata de atraparla.
Toda ella sabe a receta callada, a paseo en el campo, como a cesta de mimbre…… a mermelada.
Nieves Martínez Menaya
Teniamos que ponerlo… aunque su autora temiera resultar pesada…nos vais a perdonar?
Has hecho del rojo mermelada un color carnívoro y carnoso.
Imagino que dirías de un jamón pata negra 🙂
Me gustó especialmente el «rojo febril».
El final es muy bonito.
JAMS, vigila la composición de la receta que mira como se ponen.
🙂
Antonia, no me asustes que acabo de visitar el sendero y me he traido un tarro febril de esos… Me fío dé los ingredientes y del buen hacer de los anfitriones. Sin ninguna duda.
Un abrazo para JAMS y María Jesús. Volveré, sois muy buena compañía.
…pues anda que tú…
Madre mía, vaya descripción, estoy empachada. Nuria
Mmmm, pues a mí me ha encantado esa interminable sucesión de rojos, el que más, el «rojo tarantino» jaja.
Después de leer vuestras descripciones de las mermeladas, se le quedan a uno unas ganas de probarlas…
Abrazos.
Como no se habla del azúcar ni de la fructosa, tendré que probarla a pesar de mis pesares, a pesar de la locura que enrojece las palabras de la cata, catadora, que emociona y me sonroja en quimeras y colores con aromas del arándano recopgido en transparencias encerradas…
¡Madre mía, me salivará hasta el alma!…
Muy bueno de palabra y comprobaré ese placer en boca.
Lines
Y de melocotón ¿no hay?, Jajaja. Has descrito la mermelada que mis papilas gustativas están rezumando a la espera de poder «catar» semejante alimento de dioses. Aunque sigo pensando que es una pena que no sea de melocotón.
…no he podido resistir la tentación de intervenir, hay de meolocotón silvestre (aquí les llaman piescos) y es espectacular¡¡¡ ja ja ja… lo mismo hay que establecerlo como premios para el próximo año¡¡¡
En Navidad queremos cesta (llena, claro) 🙂
Claro que sí, Antonia. ¿De qué prefieres? Hay mermelada de calabaza y calabacín, de naranjas con mandarinas, de frutos del bosque, de higos (cuando se dejan), de zanahorias, y ya no me acuerdo de más. Aquí lo que importa no es solo el producto, sino la atención que le dedican. En una palabra: auténticos.
Jams, como no estoy en nómina no me mandes cheque. Hoy soy solo cronista del sendero.
Un abrazo.
ja ja ja… vaya relaciones públicas que hemos encontrado¡¡¡ como salgas seleccionada este mes vamos a tener que anularlo por «sospecha fundada»¡¡¡ ja ja ja
Gracias, guapa, por los halagos…
… y nos pensamos lo de la cesta, Antonia.
Vaya higos rebeldes que has pintado. ¿Corren, muerden, se esconden?
Pues va a ser de «ya no me acuerdo de mças», que aún no la he probado. 🙂
p.d.
Pide la representación a JAMS, que te forras, eso sí, llévate una chuletilla (de papel).
Un abrazo.
¡Que descripciones preciosas de un color! Nieves, eres una gran poeta.
Yo solo añadiré algo: ¡cuidado, las mermeladas de Curra son adictivas!
Nieves, tengo tus escritos almacenados para usarlos como medicina. Contra la desilusión, contra la apatía, para buscar la alegría … Este lo guardo para cuando me encuentre, por ahí, fresas salvajes.
Pero, ¿estamos seguras de que se trata de mermelada?
Pues yo tengo una duda fundada: ¿les llegó el tarro a Xavier y a Miguelángel? Porque claro, tal y como se está poniendo esto, esperamos todos sus impresiones.
Y como dije en otra ocasión, a mí donde mejor me saben estos regalos es en su lugar de origen. Llámalo sidra, percebes, orujo…
Un abrazo a todos.