21. El crimen del padre Genaro (Patricia Mejías)
Extendió su sotana sobre ella para cubrir la cópula. Aunque su exterior era rasposo, por dentro le pareció suave y resbaladizo como si ella estuviera acolchada con musgo. Arrepentido de su pecado, fue a suplicar por templanza frente a la imagen de un Jesús de Nazaret. Pero no se detuvo hasta que, después de muchas penetraciones, la vio arrojar agua y algas gelatinosas en una nausea matutina. Había confiado en su silencio de piedra, pero el vientre en constante aumento lo delataba ante las miradas recelosas. De un empujón, hizo caer a la gárgola desde el tejado de la iglesia. Asombrados, los feligreses contemplaron, rotas por el atrio, las pequeñas figuras talladas con el rostro del padre Genaro.
Me estreno en este rincón tan agradable y lo voy a hacer diciendo que has escrito un cuento espectacular. Me encanta. Es como una bofetada, impresionante, original. Me recuerda a algo del mejor realismo mágico. Con las palabras justas, bien escrito, de esos que te dejan pensando…
Patricia, vaya relato te ha salido, buena historia y fenomenal ritmo al servicio de imagenes muy claras y precisas. Suerte y saludos
Patricia, tu texto es impecable y estremecedor. E inspirador. Felicidades y un abrazo.
Es que no falla: siempre el hijo bastardo se ha de parecer a su padre. La naturaleza, sabia y vengativa, se toma la justicia por su mano.
Me encanta tu original e irreverente relato.
He aquí un texto singular, un buen exponente del realismo mágico. Me encanta. La imagen final es totalmente cinematográfica. Como no se qué mas se puede decir solo me resta decirte enhorabuena (aplaudiendo de pie, por supuesto)
Un saludo, Patricia.
Un relato muy original, Patricia.
Un alumbramiento de «diseño».
Me gusta las imágenes que creas.
Una locura creativa.
Muy bueno!!!
Un abrazo
Tremendo el padre Genaro -supongo- enamorado o seducido locamente por la gárgola.
Una vida angustiosa entre el deseo irrefenable, el dolor del pecado y la vergüenza de ser descubierto.
Desde luego que lo has escrito genial porque aún permanece en mi pecho el encogimiento interno. Y encima la imagen de las pobres gargolitas….
Me tengo que alejar un poco para desearte…
FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO 🙂