36. Oráculo (Manoli VF)
A veces las siento. Suelen acercarse a mí cuando estoy sola. Cada una de forma distinta. Aparecen, cuando hago una pregunta a la nada. Cuando quieren. Afloran, quien sabe si por alguna puerta invisible, esencial, que se abre cuando estoy en silencio. Cuando mi cuerpo y mi mente son silencio. Las reconozco. Una de ellas hace pequeños ruidos, remueve el aire y parece alentar en mi oreja. Otra me roza el pelo, aumentando, con su mano sutil la carga eléctrica de mis cabellos. Algunas penetran en mis sueños, como la pequeña que llora, o la que lleva la blusa de flores violetas. Sé que me habitan. Que se han quedado en mí, después de muertas. Porque soy una y, a la vez, todas las mujeres de mi familia. Y esa es la magia de la vida: ser todas ellas.
Me gusta ese deje un tanto moroso y, también, ese aire ligeramente enigmático que imprimes a tu texto. Y, por supuesto, lo que cuentas y como lo cuentas. Leyendo, pretendí ver como, en tu soledad, revoloteaban a tu alrededor unas cuantas musas, aunque fueran transmutadan en diversas formas por ti reconocibles. Y sigo pensando lo mismo, que esas mujeres, aparte de que siguen estando en ti, de alguna te ayudan e inspiran soplándote al oido o metiéndose en tu sueño. Enhorabuena, Manoli. Saludos y suerte.
Muchas gracias por tu benévolo y siempre positivo comentario, querido Jesús. Te cuento que el texto tiene mucho de mí, más que otros, aunque todos tengan nuestra impronta. Pienso que somos el conjunto de lo que recibimos y lo que aportamos, venimos de algo y ponemos nuestra huella para lo que vendrá.
En cuánto leí el tema supe que mis «seres mágicos» son ellas, las mujeres que habitan en mí: las «Ancestras», como el término en femenino no existe y engloba a toda la familia, pensé que el título de «Oráculo» era como una oración-homenaje, de las muchas que consciente o no les dedico.
Gracias mil, y abrazo muy grande.
En soledad, en ese estado tan especial del duermevela, pueden aflorar todas las personas que hemos sido hasta convertirnos en aquella que creemos ser ahora. También somos herederos, sin saberlo, aunque podemos intuirlo, de otros individuos que nos precedieron, sangre de nuestra sangre sin cuya presencia no estaríamos aquí. Nada surge de la nada.
Un relato donde se mezcla lo espiritual con la herencia biológica, También puede considerarse un canto de esperanza, en cuanto a que nadie desaparece del todo, sino que termina viviendo y formando parte de quienes vienen después, como parte de una evolución común. Desde luego, hace pensar.
Un abrazo, Manoli. Suerte
Muchas gracias, Ángel, por tus siempre acertados comentarios. Dentro de nuestra historia personal, todxs llevamos a nuestros antepasados pero, en mi caso y por mis circunstancias, las hermanas que me faltan están siempre presentes en mi vida. Ellas, al igual que las abuelas ausentes (alguna sin conocer), han hecho que escriba este relato. Sé que se lo debo (y muchos más)
En fin, también eso que dices del canto de esperanza, es verdad. Habitar en los que quedan es una forma de trascender.
Muchos besos.
Jo, qué difícil debe de ser ser tantas mujeres a la vez. Yo tengo bastante con una, incluso me sobra la mitad. 🙂 Original.
Jajaja, La suma de lo que hubo y lo que hay es lo que nos conforma, Edita. Y, la verdad, estoy segura de que a lo largo de tu vida y de tu día, eres también muchas mujeres a la vez. Todas lo somos. Y los hombres… aunque se lo callen también.
Un abrazo.
Es como si hablases de la memoria histórica, de una familia, pero en bonito. No sé explicarlo bien, me temo. Me gusta mucho el texto, me parece genial esa forma en que las personas y sus recuerdos no mueren ni desaparecen. Es elegante y estupendo.
Felicidades
Muchas gracias, Luisa. Te explicas perfectamente, porque has captado lo que he querido decir y has conectado con ello. Como ya dije, creo que los ancestros nos marcan y todavía más lo del mismo sexo. Es cómo una herencia psicológica que sobrevive dentro de nosotrxs, como una especie de memoria profunda que, aún sin advertirla está ahí, y es diferente en cada familia.
Me temo que me pongo muy holística pero, a veces, las palabras no llegan.
Un gran abrazo.
Hola Manoli. En el fondo todos estamos hechos de la misma materia, que no es otra que «energía». La energía ni se crea, ni se destruye, simplemente se transforma. Yo creo que las personas que se van son eso, energía transformada y acuden a ti, porque emanan de tu misma fuente. Un abrazo
Yo también lo creo, Barceló, aunque hay cosas que, más que creer, hay que sentir. En estas cosas siempre he pensado que el concepto de lo que es o no es, depende mucho de la persona. No hay verdades universales y cada quien tiene que encontrar la suya.
Muchas gracias por tu lectura y palabras. Un abrazo.
El trasvase de genética recorre nuestro cuerpo aportando parte de lo que somos, pero el regalo de nuestros ancestros va más allá. Nos transfieren las experiencias vividas y la sensibilidad acumulada. Un relato que nos muestra esa amalgama de sentimientos que quedan anclados en nuestra alma. Enhorabuena,, Manoli, por este gran micro. Abrazos y suerte.
Muchísimas gracias, Salvador, por tan generosas palabras. Una es el resultado de una herencia, una educación y unas circunstancias. En una familia se parte de una raíz concreta y esa condición marca. La memoria inconsciente o colectiva, el legado de lo que han comenzado nuestros ancestros… todo suma.
Gracias por tus buenos deseos, lo mejor de esta página no es el concurso, sino la libertad y variedad de expresión, para mí al menos.
Besos.
Muy original, me ha encantado. Mujeres que no falten, aunque todo sea en una. Saludos, Antonio
Muchas gracias, Antonio. Pienso que, de alguna manera, nuestros antepasados viven en nosotros. Este texto está pensado en femenino, pero de igual modo puede aplicarse también al resto de los ancestros.
Me alegra que te haya gustado. Saludos.
Manoli, bonita idea la que cuentas, la magia de los nuestr@s, nos llega a hacer mágicos, si estamos ahí, y así generación tras generación. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda. Todo suma, y los recuerdos y los legados que nos dejan nuestros antepasados se incorporan a nuestra vida, nosotros los continuamos, los cambiamos o los rompemos, pero siempre marcamos nuestro propia inflexión partiendo de algo.
Muchas veces buscamos la magia en «un lugar apartado y fantástico», sin ver que el universo la manifiesta continuamente en lo cotidiano.
Un abrazo.
Hola, Manoli. Precioso texto, en su forma y en su contenido. La savia de nuestro árbol genealógico no solo nos alimenta, sino que su legado también nos acompaña. Me ha parecido un micro muy bello, sobre todo la emoción que de él se desprende.
Un abrazo:)
Qué bien leer aquí tu comentario, Laura. Pues sí, no solo partimos de una genética en base a un determinado árbol familiar, sino que también llevamos, de alguna forma, impresa en nuestras células una especie de «alma colectiva» o «subconsciente familiar» con el que pocas veces conectamos debido, quizá, al intenso ruido que nos rodea. Para mí esto es tan cierto como cualquier verdad, y lo mismo pasa con la magia: solo existe cuando la sientes.
Un abrazo muy grande.
Me encanta tu enfoque, Manoli. Otro tipo de magia… lo que queda en nosotros de las personas que nos antecedieron. Una idea genial, bien desarrollada… con ese intimismo tan bonito y tan tuyo.
Felicidades.
PD: un consejillo, con totoal humildad y respeto. Yo quitaría la última frase.
Muchas gracias, Salvador. Es curioso, porque no suelo escribir textos de carácter intimista aunque no se diría tal cosa leyendo mis últimos textos, no se qué me pasa con ENTC que siempre que escribo aquí me salen letras reflexivas, será cosa de ser del norte 😉 (en mi caso Galicia) Sea como fuere, lo cierto es que ni siquiera me he planteado concursar en esta página (que ya tiene sus grandes desde hace tiempo) lo único que hago es disfrutar de lo que me inspiran los temas al escribirlos.
¿La última frase es demasiado explicativa? desde luego, lo es, pero a mí me gusta tal cual, porque cierra el texto que la precede tal y cómo pretendía.
Si has pasado un rato medio bueno (que ya no digo mágico) me conformo más que de sobra, Salvador.
Un fuerte abrazo.
Un homenaje precioso, sin duda. Se es por lo que quienes nos antecedieron fueron. Y me encanta este «cóctel» de mujeres que lleva dentro tu protagonista. ¡Mucha suerte!
Muchas gracias querida Patricia por tu lectura y buenos deseos, como acabo de decirle a Salvador, mi interés en esta página es el disfrute de leer y compartir nuestras letras, lo demás es humo.
Un besazo.
Encantador relato, Manoli. Un homenaje a la memoria en femenino.
Un abrazo y suerte
Muchas gracias, Anna. Sí, es un homenaje y una deuda o también un legado, o todas las cosas, hacia las mujeres de mi familia que me han precedido.
Otro abrazo de regreso.
Un árbol, en femenino y en plural, te habita, Manoli. Y cada una de sus ramas te conforma y te aporta la savia para que viertas en tinta sus voces.
Me ha parecido un bello homenaje lleno de espiritualidad.
Enhorabuena y un beso.
¡Qué palabras más bellas has dedicado a mis letras, Carmen, tanto que me he quedado sin las mías! Lo del árbol, y más concretamente: la mujer árbol, es un recurrente en mí cuando escribo poesía, y tú lo has captado aquí también.
Muchas gracias, compañera.
Un gran beso.
Un muy bonito relato, Manoli, Has despertado mi curiosidad desde el primer momento. Me ha gustado mucho cómo nos lo has transmitido. Esa fusión mágica de todas las mujeres de una familia en una sola es una idea muy original e interesante.Suerte con tu historia y un abrazo. 😉
Muchas gracias, José. En realidad pienso que igual que heredamos determinados genes, heredamos también una especie de memoria colectiva y que, de algún modo, las vivencias, sentimientos, y existencias de nuestrx antepasadxs nos marcan y creo que tendemos a identificarnos más con los que son de nuestro género. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo y felices fiestas.
Es un texto descriptivo de los recuerdos de esas mujeres que han formado parte de la vida de la narradora, también sus musas si es escritora. Si me permites un “pero”, le falta algún giro, alguna transformación de la protagonista para considerarlo microrrelato. Mas no pasa nada, a mi también me gusta escribir, fuera de cánones. Suerte.
Soy consciente, Javier, de que este texto más que un microrrelato es un texto intimista, cuyo contenido es un poco peculiar, es lo que pasa cuando una deja hablar a sus habitantes interiores, jaja 😀 pero la palabra magia los atrajo
Un beso 😉
Es entrañable pensar que llevamos a todos nuestros muertos a las espaldas y, en cierto modo, es verdad, yo al menos así lo siento, no constantemente, porque el peso sería inaguantable, pero sí de vez en cuando, cuando más los necesito, y entonces lo que me dan son alas. Suerte Manoli!!!
Bssss!!!
Claro, Juancho, nuestros ancestros afloran solo en circunstancias especiales, son algo así como las musas, y emanan de nuestros sentimientos, sobre todo aquellxs que hemos sentido en vida más cercanos a nosotros.
Y bueno, que me voy por las ramas otra vez…
Felices fiestas. Besos 😉
Hola, Manoli.
En un texto emotivo como el tuyo, o intimista, como dices tú, creo que las reglas escolásticas, ortodoxas, están de más. Es tan potente el mensaje, un fin en sí mismo, que no necesita de los medios de la técnica. Eso le hace más digno. La técnica, muchas veces, es el recurso de los que, al cabo, no dicen nada importante pero le dan vueltas y vueltas a la peripecia, la retuercen y llegan hasta a agobiarnos. Y el mensaje, en tu texto, es el respeto, asunción y loa de los ancestros, de los antepasados. De todos esos y esas, aquellas y aquellos que llevamos dentro. Hay quien dijo que era todos los hombres, exagerando tu argumento. En este caso mujeres. Tu relato roza la poesía, que fue lo primero en literatura. La novela, para mí, es una poesía pobre. Dicho con todos los respetos. Tu relato enamora, enciende esas estrellas hondas que brillan tan dentro de nosotros. Además el cuento es breve, otra virtud añadida. En definitiva, que me ha encantado. Mi más muy enhorabuena, felicidades y un beso.
Tus palabras me abruman, Martín, y no se si me las merezco, pero me encanta cómo has sintetizado mi mensaje, porque eso es lo que es: una voz narrativa expresando un sentimiento que es pura magia para mí. Ni por un momento pensé en utilizar otros recursos porque el texto fluía así. Se que es intimista, confesional y nada ortodoxo y nada espero tampoco, porque está hecho desde el corazón sin otro razonamiento. Escribo poesía desde muy niña y eso que dices de que es el elemento primero es algo que me llega.
Solo puedo darte las gracias y sentirme más que satisfecha de que hayas conectado con lo que expreso.
Un abrazo, Martín, y Felices Fiestas llenas de magia de la buena, buena 🙂
Impresionante tu relato!! Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani, por tus palabras. Un abrazo y Felices Fiestas! 😉
Estoy muy de acuerdo contigo, yo siento a las que nacieron antes que yo muy presentes en mi, tanto que a veces pienso que lloro sus lágrimas o río sus alegrías.
Preciosa tu dedicatoria.
¡FELIZ AÑO 2018!
Qué bonitas palabras, Isabel, que a mí me parecen muy ciertas pues cuántas veces llamamos a los que ya no están con nosotros (en el plano físico) y cuántas otras les dedicamos nuestros logros…
Muchas gracias por tu atenta lectura.
Feliz 2018!! Un abrazo.