87. Amelia (Asunción Buendía)
A mi madre me la robó una triste enfermedad y a mi padre me lo quitaron los ganadores de una guerra. Estos dos acontecimientos tan crueles, segaron mi infancia con el mismo golpe seco con que se cortaba el trigo en las llanuras áridas de mi pueblo. Madre acompañándome con su ausencia vacía y padre con su infierno, se llevaron mi niñez desdibujando mi vida entera.
Sin embargo nunca estuve sola. Mi hermano, un ser mágico y puro me regaló toda la fantasía que una niña puede necesitar y más tarde fue la mano segura que nunca soltó la mía.
Aunque algo se había roto para siempre en mí, dejándome inválida para las emociones y yerma para los sentimientos, los pude vivir a través de él.
Supe lo que era el amor porque él encontró el más verdadero y fui madre a través de sus hijos. En ellos me apoyé, cuando sin quererlo también cruzó al otro lado.
Hoy, cansada de una vida que se hace demasiado larga ya, pienso que la balanza está casi equilibrada y lo estará del todo cuando la mano conocida, que intuyo cada vez más cerca, me apriete con fuerza esta vez para siempre
Hola, en este nuevo formato no se activar los comentarios, creo que están en off.
Un abrazo a todos y Feliz Navidad
Ya lo recordé. Feliz Navidad de nuevo.
¡Fantástico!
Muchas gracias, qué bien sientan ciertas aprobaciones.
Un abrazo grande
Hola, Amelia.
Una vida en unos renglones. Quién da más. Una existencia trágica promovida por factores externos: la enfermedad, la guerra, el cambio de chaqueta política de su hermano… Una vida larga para colmo, como para que el dolor, intrínseco, dure más tiempo. Una existencia amarga, que, al cabo, como para todos, pondrá fin la mano que abraza para no aflojar. Un texto muy bien escrito que tiene mis parabienes. Un beso fuerte y feliz siempre para ti.
Hola Martín, me choca tu interpretación del relato. Para nada he querido dar a entender un cambio de chaqueta política del hermano. Es curioso lo que cada uno entiende al leer.
Gracias por el beso que mandas a Amelia, se lo daré de tu parte
Hola, Asunción.
Tienes toda la razón. Se me debió ir la olla. Al otro lado es clarísimo: a la otra vida. Al otro barrio, vamos. Que el hermano de Amelia murió también.
Un beso pero para ti.
Gracias Martín, ahora tu interpretación es lo que yo quise transmitir.
Un beso grande y unas felicísimas Fiestas.
A pesar de que tu protagonista dice estar yerma para los sentimientos los traspira por doquier. Un relato emotivo, lleno de ternura y un halo de tristeza. Suerte Asunción
Estoy de acuerdo Dolores, ella creyó estar vacío y por eso no aceptó el amor para ella y sin embargo lo dio a los demás a lo largo de su vida.
Un abrazo
Me ha encantado!!!
A pesar de ser una historia triste como la vida misma, está tan bien escrita que acaricia los sentidos y el alma.
«segaron mi infancia con el mismo golpe seco con que se cortaba el trigo en las llanuras áridas de mi pueblo». Toma ya!!!! Espectacular.
Asun, un abrazoooo fuerte.
Ay Amparo, que bien regresar a esta casa y encontrar a los amigos que tanto nos aprecian.
Gracias por tu comentario, tu entusiasmo y tú cariño, que sabes que es mutuo.
Un besazo
Asunción, bellas imagenes las que describen esta vida de lucha, esperanza ante el recuerdo querido. Suerte y Feliz Navidad¡¡¡
Gracias Calamanda, la vida siempre es una lucha, pero a veces se complica demasiado. Sin embargo yo creo que Amelia ha llegado a ser feliz.
Un abrazo y Felices Fiestas
Tan triste como emotivo. Podría ser perfectamente una historia real, huele a eso.
Pues sí Edita, estas fechas nos traen alegría y también nostalgias.
Un beso y Feliz Navidad
Cuando una persona pierde a quien más quiere en la época que más necesita tiene que dejar marca. No haber disfrutado de una infancia normal es un duro golpe del que, difícilmente, en esa época crítica en la que nos estamos haciendo, podría nadie eludir. Esa incapacidad que cree tener tu protagonista para sentir no es sino una defensa ante el sufrimiento, no soportaría que le ocurriese lo mismo de nuevo, se esfuerza en volverse roca, para no ser de nuevo vulnerable. Solo le queda ese hermano, en quien ve un ser mágico, porque es el único que le aferra a la vida, después también sus hijos.
Un relato muy emotivo y muy bien escrito.
Un abrazo, Asunción. Suerte
Como siempre Ángel una gran lectura y buenísima interpretación. Todo lo que has escrito es cierto y para mí un relato que me salió del corazón.
Un beso y Feliz Navidad y muchos éxitos para el próximo año
Asun, empiezas dando fuerte, con un frase que te mueve, que te engancha. La imagen del hermano es el punto «sensible» de la historia, después, vivir a través de sus hijos le hace la vida más llevadera, son su salvaguardia.
Me ha gustado mucho, ¡a ver si la suerte te sonríe!
Un besote de los gordos.
Gracia Rosy, este relato (como todos los míos, pero este más) sale directo del corazón.
Un beso y feliz, feliz Navidad
Un gran héroe ese hermano. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Gracias Nani, muchos besos y muy feliz Navidad
Magnífico Asunción.
Emotivo y precioso.
Gracias Blanca, no me canso de decir que ha salido directo del corazón.
Besos y Feliz Navidad
Pobre Amelia, una vida de pérdidas que la hacen insensible para el Amor.
Y ese personaje del hermano siempre a su lado.
Muy bonito Asunción.
¡FELIZ AÑO 2018!
Feliz año Isabel, ojalá nadie tenga que verse en una situación parecida a Amelia. Aunque siempre habrá una mano amiga al lado.
Un abrazo y lo dicho un magnífico año 2018