91. ORO, INCIENSO Y… ¡MIRA! (La Marca Amarilla)
Que los reyes magos son los padres es algo que todo niño asume tarde o temprano, aunque aquellos hermanos se negaron a reconocerlo en su momento.
Antes de hacerlo idearon un plan.
Sabían, porque tontos no eran, que las cosas entre papá y mamá no funcionaban muy bien; la madre lloraba en la cocina cuando creía que nadie le veía y el padre dormía muchas veces en el sofá después de una bronca, cada vez más a menudo.
Entonces decidieron coger los ahorros que tenían y comprarle a mamá la colonia que tanto gustaba a papá, y un libro de esa autora que siempre hubiera deseado ser. Al padre le compraron un disco de vinilo de su grupo preferido, porque siempre decía que con aquella música conquistó a mamá.
Y llegó la noche de reyes. Como de costumbre, cuando marcharon a dormir, los padres aprovecharon para colocar los paquetes junto al árbol de navidad. Al acabar, los niños se levantaron y pusieron los regalos de sus padres junto a los demás. Después volvieron a la cama satisfechos, ignorando todavía el alcance mágico que conseguiría su iniciativa, y demostrando que los verdaderos reyes magos de una casa siempre son los hijos.
A veces las relaciones se tensan, los orgullos mandan, todo se paraliza y va a peor cuando nadie cede. Los niños, en su inocencia, tienen mucho que enseñarnos, son mucho más sensatos de lo que nos creemos. Todo se puede estropear por un par de detalles, pero también arreglarse cuando algo hace ver que donde hubo puede volver a haber.
El poder de la ternura y de la inocencia es muy grande. Dan ganas de ir a dar un abrazo a estos chavales de tu relato; como temo que no será posible, te mando uno a ti ¡campeón!, acompañado de un deseo de suerte y otro para que pases unas felices fiestas con los tuyos.
Que los reyes de la casa son los hijos está claro, que la magia de la noche de Reyes puede conseguir lo imposible, también.
Estupendo relato.
Marca, que soy de lágrima fácil!!!! No puede haber más ternura en tu cuento… y es cierto que, salvo en contadas ocasiones, nuestros hijos, no se si son los reyes, pero son el mejor regalo. Acabas de despertarme el espíritu navideño, que este año andaba algo despistado. Gracias amigo…
Abrzssss!!!
Bonito relato, me gusta tu magia Miguel Ángel.
¡Felices Fiestas! El mejor regalo ha sido leerte.
¡Enhorabuena Miguel Ángel! Esos hermanos nos dan toda una lección de vida: con mucha ilusión y amor se pueden alcanzar grandes cosas.
Miguel Ángel, precioso cuento y bonita enseñanza. Suerte y Feliz Navidad¡¡¡
Anda que no!! Los niños son los de la magia y los que pueden hacerlo todo posible. Suerte.
Besicos muchos.
Ternura, magia e inocencia. AMOR, en definitiva.
Es que no se trata de que los grandes hagan pequeños, sino de que los pequeños hagan grandes. Me ha gustado mucho.
Hola, MARCA. Hace mucho que no comento, y he decidido recomenzar contigo. Te diré que me ha encantado el micro porque me recordó a esa vez de mi infancia donde yo y mis hermanos echamos mano de nuestros ahorros e hicimos de Reyes Magos para nuestros papás, con la salvedad de que acá en Argentina los regalos de Reyes no se colocan bajo el árbol navideño sino al lado de un par de zapatos dejados al pie de la cama la noche del 5 de enero.
Lo dicho, me encantó.
Cariños,
Mariángeles
Qué precioso Miguel Ángel, me ha emocionado un montón tu relato.
¡FELIZ AÑO 2018!
Holaaaaaaaaa!!!
Muchas gracias por vuestros comentarios, para mí es un placer escribir aquí!!!
Que tengáis una genial salida de año y una entrada espectacular en el 2018, que perdure en el tiempo.
Un saludo afectuoso, y besos!! ??????
Muuuyyyy tierno. Gracias. Buen micro para una buena propuesta y para estas fechas. Feliz Año!!!!!!