OCT60. FUEGOS ARTIFICIALES, de Carmen Martínez Marín
Había días de todos los colores en la casa de Juan, encerrado en ese campo extenso sin árboles, sin nadie, sólo él y los pájaros que atravesaban las tonalidades de su existir. Al cerrarse el día se sienta en el porche, en los días de sol, de lluvia o con el cielo encapotado en las noches de copiosas nieves. Juan tiene unos prismáticos heredados de su tío, el almirante, que mientras estuvo embarcado le escribió infinidad de misivas contándole los nombres de las constelaciones, estrellas y luceros, incluido, el del alba. Todo lo avistado en alta mar en su travesía de los días con sus noches.
Ahora es, cuando Juan mira la bóveda del mundo en su oscuro y trémulo cielo, en su soledad de ermitaño sin cueva. Abandonó hace mucho tiempo la idea de surcar los mares emulando a aquel lobo de mar que fue el almirante. Decidió asilarse en aquel labrantío que, sólo se parecía al mar porque compartía el mismo cielo.
Ayudado por sus notas, los prismáticos y una pequeña linterna, busca cada noche a Altair, Sirius y Naos. Las tres estrellas que estaba empeñado en calcular su distancia en años luz. Si las noches, no son claras, tira cohetes de fuegos artificiales para iluminar su ilusión.
Es una existencia solitaria pero… parece feliz, parece que necesitase nada más que estrellas y, de vez en cuando, fuegos artificiales.
Hay más de tres estrellas en el micro, que lo sepas.
Me ha gustado
Gracias,Luisa
…Tu eres un sol.
Besicos
Muchos miramos al firmamento en busca de alguna clave o señal que nos indique el camino a seguir aquí abajo, pero es en vano. Seguimos perdidos.
Un saludo.
Un poquito de esperanza, Cayetano…Siempre nos quedará el firmamento, para mirar.
Gracias, por llegar hasta aquí.
Besicos
Precioso relato Carmen, una existencia de soledad elegida y por lo tanto disfrutada a su manera. Me gusta esa idea de pasar las noches en su porche mirando el cielo, haga el tiempo que haga, quizás para tratar de terminar la obra que ese tío almirante dejó inconclusa.
Genial amiga, mucha suerte,
A mi me gustaría tener un porche para mirar el cielo y contar estrellas como las que tu vas dejando…
Besicos, vecina.
Creo que Juan escogió su existencia, por lo tanto,
era feliz, su cielo era su mar, sus pájaros las estrellas,
sus compañeros los prismáticos y su linterna, y sus
notas su testamento. Encontrar a Altair, Sirius y Naos
su pasatiempo…
Un abrazo.
Ay, los pasatiempos cuánto juego dan para muchas situaciones..
Besicos Maria Dolors.
A mí, este micro, me inspira una tristeza profunda, Cabopá; pero más allá de como cada lector podamos interpretar la soledad del personaje, lo que es innegable es que la pieza tiene una profunda carga emotiva y eso la hace especial.
Un abrazo,
Especiales, son siempre tus comentarios, Pedro.
Ya sabes lo que te admiro.
Besicos de Librería.
Muy hermoso tu cuento, Carmencica. Ese hombre se hizo dueño de todo el firmamento y viajaba cada noche en busca de sus estrellas, ayudado por la policromía de los fuegos artificiales, alumbrado por ellos, olvidando así su soledad.
Muchos besos
Que llegues hasta aquí amiga, es un placer para mi
Besicos
Me han gustado especialmente esos cohetes para iluminar ilusiones.
Suerte!
Es que las ilusiones hay que alimentarlas de muchas cosas y si son fuegos artificiales, se ven mejor…
Besicos,Yolanda
Me han gustado muchísimo los cohetes que iluminan su ilusión, es como un haz de luz al final del texto que abriga su soledad. Altair, Sirius y Naos, esas estrellas que has elegido con como los poetas de las nubes que le mantienen despierto con sus versos.
Me gusta cómo lo has mostrado y cómo lo has contado. Es una preciosa historias para irme a dormir….zzzzz
Besitos para tí y mucha suerte querida amiga.
Qué los poetas de las nubes te acompañen, Laura.
¡Felices sueños!
Besicos
Ay, amigos que gusto me da ver cómo leéis y comentáis mi texto…
Agradecida os mando besicos a cada uno.
Preciosos relato que a mí, como a Pedro, me produce una enorme tristeza al leerlo. Intuyo un serio problema de soledad en Juan, cuyo único referente parece ser un tío, tal vez lejano, que ha pasado su vida navegando. Muy bien escrito y lleno de sensibilidad.
Un saludo y suerte.
Sí la soledad es acompañada por las tres estrellas.
Gracias por tus piropos
Besicos
Sirio, la estrella magnífica. Me encanta que la hayas traído.
Un beso
Su nombre, ya es magnifico, gracias amiga.
Besicos
Carmen, has escrito un relato cargado de detalles. Las frases «sólo se parecía al mar porque compartía el mismo cielo» y «tira cohetes de fuegos artificiales para iluminar su ilusión»
me han cautivado.
Mucha suerte,
Un abrazo,
Gracias, Esperanza
Viniendo de ti todo un honor…
Besicos
Me gusta como está escrito este micro, Carmen. En las primeras líneas hubiera preferido Vincent que Juan, porque sin querer, las imágenes evocadas desde tus palabras me han transportado a otro lugar, y esa es la magia de la literatura y la imaginación… pero tu texto está muy bien escrito y enseguida has corregido mis divagaciones para atarme a esta historia tan estupenda.
Enhorabuena.
Un abrazo, y suerte.
¡Gracias, Fernando!
Tú y tu pollito hacen mucho juego por aquí, te acabo de leer y comentar.
Besicos
Esos fuegos artificiales iluminando ilusiones me han encantado Cabopá, has escrito un cuento lleno de sensaciones, de esas que se pegan a la piel, y eso te lo agradezco como lectora. Felicidades por tu relato.
Un abrazo
Gracias Paloma, me gusta eso de las sensaciones que se pegan a la piel, yo si que te agradezco tenerte de lectora…
Besicos
Me gusta tu micro, Capobá, especialmente por ese final con esos fuegos artificiales que está llenos de esperanza.
Besitos
Los fuegos artificiales le dejaban ver las estrellas, qué mejor luz…
Besicos Elysa, me encanta verte por aquí.