113. Magía y amanitas
Sentada en una rama de roble se entretiene limpiándose las alas con su varita. Desde su atalaya observa al muchacho. Lleva una cesta de setas con níscalos y rebozuelos junto a otras setas venenosas, cortinarios y amanitas ¿Qué extraño? ¿Cómo se habrá equivocado? se pregunta. Sin pensarlo, alza su varita y dispara un certero hechizo para liberar el cesto de la muerte.
Abstraído por la búsqueda, no repara en ella. Está ciego de preocupación. Al pueblo han llegado unos hombres que quieren probar la existencia de la hadas . Pero antes de salir de caza, han pedido cenar el suculento plato de setas típico de la región. Sin dudar se ha ofrecido para ir a buscarlas. Añadirá una pequeña dosis de las venenosas junto con las comestibles para que siga creciendo la leyenda de este lugar maldito. Esta noche cazaremos comentaban en la cena, lo conseguiremos decían mientras se dirigían al bosque sonriendo al muchacho.
Despertó aterrada en un diminuto frasco de cristal. ¿Cómo había llegado hasta allí? ¿Cómo podían verla aquellos hombres de ciudad si…? Pero al reparar en el muchacho comprendió. Sólo quién comía amanitas venenosas y sobrevivía, adquiría el don de verla brillar en la oscuridad del bosque.
Hola Luis:
Me ha gustado mucho tu idea del hada, un poco menos el que termine en un bote.
FELIZ AÑO 2018
Hola, Isabel. Lamentablemente muchas veces cuando ayudas a los demás tiene consecuencias negativas para uno mismo. Era esta la situación que quería plasmar.
Muchas gracias por tu comentario y
Feliz 2018!!!
Amanitas, tan lindas y venenosas. Mis preferidas. 🙂