3. LA ÚLTIMA FUNCIÓN (María José Viz)
Me siento en la barra atestada del bar. Espero unos instantes a que alguien repare en mi indumentaria. Nadie se gira.
Esta tarde, en el viejo circo, medio desvencijado, que inspira más pena que alegría, he tenido una actuación pésima, espantosa, la peor de mis veinte años de profesión. Nadie se rio. Ni siquiera pude percibir una leve sonrisa. El público parecía hecho de cartón piedra. Me acerqué a ellos e incluso me atreví a tocar el brazo de un niño. Estaba extremadamente frío. Hice lo mismo con el resto de las personas situadas en la primera fila. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Todos estaban helados e inmóviles. Entonces, corrí, desesperado, buscando la salida.
Sigo tomando mi café. ¿Qué puedo hacer? Me duele mi respiración. ¿Y si me acusan a mí? Yo no soy responsable de su muerte… ¿o, tal vez, sí?
Tal vez sí, tal vez sean los actores los culpables de que el frío conquiste la platea, pero también el auditorio aquiescente, hueco, impostado, consumista. Tal vez esa simbiosis precipite el invierno en nuestra escena. Aunque pienso que disfrutamos de muchos y muy buenos espectáculos, me parece un interesante punto de vista, que roza el psicothriller. Enhorabuena María José y mucha suerte!!!!
Bsssss!!
Muchas gracias, Juancho. Tu comentario es para enmarcar y lo guardaré, pues es digno de recordar. Me gusta especialmente que lo veas como un psicothriller, ya que mi intención al escribir el relato era acercarme a esta temática.
Muchos besos.
Buena historia, María José. Qué será lo ha pasado con ese público y con ese pobre artista, no sabemos si asesino o protagonista de un maléfico complot. Me ha gustado. Besos y suerte.
Muchas gracias, querido Jesús. Te agradezco este comentario (y todos los que me haces).
Besazos.
Hola queridísima María José.
Estar de nuevo aquí, contigo, en sentimientos de condolencia.
El texto es magnífico en el fondo y en la forma. Y la interpretación que hace Juancho es soberbia, magistral, intachable. Me sumo a ella, no por comodidad sino por absoluta aquiescencia. Me encantan, me pueden esos finales dubitativos que tantos quebraderos saludables de cabeza nos dan. Escribes cada vez mejor, te superas, lo cual no es tarea fácil. Creces y te multiplicas. Mi mayor enhorabuena y un beso cálido y admirado. Después de las lágrimas vuelve a brillar el sol o las nubes son menos grises.
Muchas gracias, queridísimo Eduardo. Tus palabras me reconfortan y sonrojan, al mismo tiempo. Con comentarios como el tuyo… ¿quién no se puede sentir bien? Lo guardaré, igual que el de Juancho, para animarme en las horas bajas.
Muchos besos.
La actuación de tu artista protagonista fue tan pésima que obró el efecto de terminar con la vida de la audiencia, lo que simbolizaría que la carrera e ilusiones de tu protagonista están terminadas, pues incluso con su disfraz de payaso pasa desapercibido en una cafetería abarrotada. También podría ser que él esté igual de muerto, o que solo esté muerto él.
Inquietante relato, muy visual, que imagino trasladado a la pantalla con el efecto de producir en el espectador un efecto sobrecogedor, como aquellas «Historias para no dormir» de Chicho Ibáñez Serrador.
Ya sabes que siento mucho tus circunstancias actuales, pero, si me lo permites, también veo de forma grata que, como no puede ser de otra forma y aunque cuesta, tienes el buen propósito de seguir adelante.
Un abrazo grande, María José. Suerte
Muchas gracias, querido Ángel. Yo también recuerdo las «Historias para no dormir» y me enorgullece leer que te las he traído a la memoria. Chicho era mucho Chicho…
Me reconfortan tus palabras de ánimo y me ha encantado poder verte en Madrid y, en especial, la conversación que tuvimos sobre la muerte. ¡Lástima de no poder charlar más tiempo! Otra vez será, seguro.
Un fuerte abrazo, amigo.
Qué giro más inquietante tiene tu micro. Me ha gustado mucho. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani. Me encanta que te haya gustado el resultado.
Bicos.
María José, un micro inquietante abierto a múltiples opciones. Qué les ha sucedido a los espectadores: están muertos o es una metáfora de la sociedad?
Muy bueno.
Un abrazo
Efectivamente, Blanca, hay varias interpretaciones posibles y todas igualmente válidas. Con este relato os hago «trabajar» un poco…
Muchas gracias.
Otro abrazo para ti.
María José, desde el principio del micro las metáforas están ahí esperando al lector, buena propuesta. Suerte y feliz año
Muchas gracias por tu amable comentario, Calamanda. Yo también te deseo un buen año.
Besos.
Hola María José, espero que hayas tenido un buen inicio de año. En lo referente a la escritura así es. Te estrenas en este remozado ENTC en la modalidad de «inspiración en fotografía en blanco y negro» con un magnífico relato: ocurrente, inquietante y bien escrito.
Coloridos abrazos.
Amigo Ángel, mi comienzo de año fue muy malo, en el plano personal, pero, precisamente por ello, me he volcado en el aspecto literario. Me alegra saber que te ha gustado mi relato.
Un fuerte abrazo.
Quietud en el circo y fría indiferencia en el bar. Muy bueno, inquietante y escalofriante relato, María José. Abrazos y suerte.
Muchas gracias, Salvador. Si he provocado esas sensaciones con mi relato, se puede decir que he logrado mi objetivo.
Un fuerte abrazo.
María José, acabo de darme cuenta de que le he puesto a mi relato el mismo título que tú al tuyo. Tierra trágame. Estoy medio dormida. Mañana te leo y te comento. Un besito, guapa. Lo siento.
Hola, amiga. Como es habitual en ti, has desarrollado una historia perfecta en miniatura. Y en la línea que a mí me gusta, rozando el thriller, o casi metiéndote en él. Ese misterio final, que abre la puerta a todo tipo de especulaciones del lector, es el broche de oro a una narración inmaculada, sin falta. Me ha gustado mucho, tocaya. Espero que puedas perdonar mi metedura de pata (lo que no me pase a mí… ). Te juro que cuando me di cuenta me entró de todo, créeme. Muchos besitos, preciosa.
Y repito, lo siento.
Tocaya, he estado ausente de ENTC todo este tiempo. Ya he visto que tu título era idéntico al mío y, encima, nos llamamos igual… Tengo entendido que uno puede modificar su texto, si quiere. De todos modos, la frase de título es bastante común, con lo que podría ocurrir esto, tarde o temprano. Me parece que ha sucedido algo idéntico con otros dos relatos, aunque es más curioso el caso porque no se trata de palabras comunes. Sea como sea, son textos diferentes y no deja de ser mera coincidencia.
Te agradezco tu comentario. Un abrazo.
Helador, Mª José, ese café le debe saber más que amargo, ácido. Inquientante y sugerente. Un abrazo.
Muchas gracias, Manuel, por tu sintético y claro comentario. Dicho sea de paso, me ha encantado conocerte en persona y lo que lamento es no haber podido hablar más contigo. Espero que haya más ocasiones.
Un abrazo.
Escalofriante.
Magnífico comentario, Edita, e hiperbreve, jeje. Muchas gracias.
Un abrazo.
¡Menudo dilema!
Lo que está claro es que algo pasó, y lo que pasó, pasó antes de la función. No, decididamente no fue su culpa, dile a tu protagonista que se tranquilice y ya se irá desenlazando el enigma.
Muy bueno, María José, la inquietud la dejas servida. Un abrazo.
Muchas gracias, Maribel. Me gusta haber logrado sembrar en ti la inquietud y el desasosiego. Eso me encanta.
Un abrazo.
Muchas gracias, Juan, por tu comentario y tus recomendaciones literarias. Tomo buena nota de todo. Esta muestra de relato de terror no es muy habitual en mí y, precisamente por ello, me encanta ver que te ha gustado.
Un abrazo.