4. Carretera y manta (Esperanza Tirado)
Se aproximan las fiestas navideñas. El trabajo aumenta, aunque este año no hay demasiado. Por eso hay que hacer más kilómetros, a pesar de que la gasolina está más cara. Pero hay que vivir y cuidar los unos de los otros.
Llegamos a una ciudad con un gran descampado cerca. Que los niños puedan venir con sus padres a pie. En coche jamás se acercarían. Los ricos no vienen al circo. Si acaso lo compran, y después lo venden o lo dejan morir.
Mientras algunos colocan la carpa, otros vamos a la ciudad a por provisiones.
Hace frío. Me apetece un café caliente para alegrar mi existencia. La mayoría piensa que la vida del circo es todo luces y alborozo. Pero es triste vivir así: sin un hogar estable, toda la vida en la carretera.
A veces me gustaría ser una persona común: levantarme temprano, trabajar en una oficina, leer el periódico mientras tomo el café de media mañana…
Esa imagen me angustia. Ya no quiero ser normal. Vuelvo a verme entre los colores de la pista mientras el trapecio se balancea encima de nuestras cabezas.
Me bebo mi café y dejo el taburete vacío.
¡¡ Pasen y vean… !!
Me resulta intrigante ese vaivén del trapecio. Me hizo pensar que el artista podría estar muerto, a causa de un accidente. Es curioso, en ocasiones, lo que anhelamos tanto, al conseguirlo, no suele ser como pensábamos que sería. Para unas personas que viven de llevar la alegría a otros y de recibir sus aplausos, aunque sea a costa de algunos «sufrimientos», debe resultar dificil cambiar de vida de un día para otro. Buena historia, Esperanza. Suerte y saludos.
Lo mejor de escribir no es que la idea vaya al papel, o a la pantalla, en este caso. Si no las interpretaciones que los lectores le dais.
De momento estaba vivo, aunque con pocas energías.
Gracias Jesús.
Felices Reyes
Hola, Esperanza-enteciana de honor.
El circo, pero qué bonito es el circo. Y el rey de los números circenses: el trapecio. El trapecista y el portor en perfecta conjunción. La vida normal que ve la trapecista en el café es aborrecible para ella y en general. La vida del circo es dura, pero lo duro es atractivo, que me lo digan a mí. Un buen texto con aguijonazos a los ricos, a ver si reparten o comparten de una vez. La gente del circo es solidaria. Tengo unos clientes feriantes, algo parecido, y son las mejores personas que he conocido nunca. me gusta tu texto. Un beso fuerte.
Gracias Martín.
A la gente normal nos llama la atención lo extraordinario, porque no todos los días vemos a alguien subido en las alturas vestido de purpurina. Pero sí, imagino que es complicado vivir en una comunidad tan cerrada que si no se une, no funcionaría.
Besos
Y suerte para tu historia
La vida de los artistas circenses, sobre la que de forma tan acertada reflexiona tu protagonista, debe ser dura en ocasiones, pero qué vida no lo es, hasta la que nos parece más mullida, antes o después nadie se salva de tropezones y batacazos. Al mismo tiempo es en esa trashumancia y en el calor del público donde radica su encanto, algo que compensa otras posibles comparaciones con una vida más sedentaria.
Un abrazo, Esperanza, digna representante de los entecianos. Suerte
Que se me suben los colores con tanto halago 🙂
La verdad ha sido una coincidencia estupenda la foto y haber visto en el cine hace dos días ‘El Gran Showman’, basada en la vida de PT Barnum. Te la recomiendo. Sales del cine con energía positiva y ganas de cantar 🙂
Un abrazo Ángel
Esperanza a mí siempre me ha parecido muy triste el circo. Me gustaba de niña pero esas sensaciones que describes me son muy familiares.
Suerte.
Besicos muchos.
A mí me gustaban los Payasos de la Tele. Los otros circos no me gustaban, no sé muy bien por qué. Supongo que me daban tristeza. aunque de niña no lo identificas.
BEsos NAni
Me gusta como sacas a relucir los dos mundos que se reflejan en la foto, uno gris, anodino, rutinario, y otro nómada, aventurero, incierto. Creo que tanto en la foto, aunque es en blanco y negro, como en tu micro, destaca el colorido del payaso, se plasma lo diferente. Mucha suerte Esperanza!!!
Bssss!
Como le he comentado a Ángel, la peli sobre Barnum ha sido una buena inspiración, sobre todo en luz y color. aunque la historia también tiene sus sombras.
Y diferente sí que era ese hombre y toda su troupe. Mucho. Y a veces eso es bueno.
GRacias Juancho. Besos
Esperanza, la atraccion por lo nuevo siempre está ahí para quien lo busca. Con sus luces y sombras, que tu retratas muy bien. Suerte y feliz año
Muchas Gracias Calamanda.
Feliz Año
Y Suerte para tí también
Renunciar a una estabilidad más o menos cómoda para vivir en la cuerda floja dependiendo del asombro de la gente, es una decisión que solo el que siente la magia del circo puede explicar. Muy buen relato, Esperanza. Abrazos y suerte.
La magia es así de caprichosa.
Gracias Salvador.
Un abrazo.
Aunque estés mal, todavía podrías estar peor: zapatero a tus zapatos. Eso me dice tu prota al oído…
Qué cosas tan curiosas escucháis 🙂
Gracias Edita
La constante del ser humano, desear lo que no se tiene, pero no, al protagonista le gusta lo que hace; aunque añora otro tipo de vida, no sacrificaría lo que supone el colorido del circo.
Me ha gustado mucho cómo lo has ido retratando, como en un vaivén, hacia afuera, hacia adentro, para al final terminar en el centro, en su sitio, justo al empezar la función.
Me gustó mucho Esperanza, saludos.
Como el trapecio, siempre moviéndose.
Gracias Maribel
Saludos