5. TRAS LAS BAMBALINAS (Rafa Olivares)
Eran tiempos difíciles. También para Harry Stevenson, actor, aunque hacía tiempo que no pisaba un escenario. Sin embargo, podía decir que trabajaba en lo suyo. Bien temprano, se levantaba, se maquillaba, se vestía de clown o de guerrero del antifaz y se iba al encuentro de su objetivo del día para acompañarle durante toda la jornada. Sí, estaba contratado por El Cobrador del Frac –que tampoco es que se caracterizara por el rigor y la puntualidad en el pago de salarios– y su labor consistía en llamar la atención por su atuendo para avergonzar y presionar al moroso a quien seguía. En sus tediosas horas repasaba sus propias deudas: tres semanas de pensión, varias copas en el bar de Tom, las notas pendientes en distintas panaderías y supermercados del barrio… Y la manutención de su ex, que parecía haber desistido de seguir reclamándole. Cuando cobraba, apenas le llegaba para renovar los créditos más perentorios.
Hoy, mientras al lado de su señuelo, tomaba un café que dejaría a deber, Harry meditaba sobre si alguna vez podría verse en la misma situación. Se tranquilizaba pensando que iba irreconocible y que, con alguien similar al lado, nadie sabría nunca quién era quién.
Tiene gracia, aun en sus sordidez, el asunto. El moroso profesional y que, además, es cobrador profesional de morosos, pretende que otro cobrador profesional no reconozca que es un moroso profesional. Pues, pensándolo un poco mejor, hasta podría salirse con la suya, el carota. Curiosa la historia que nos traes, Rafa. Abrazos y suerte.
Sí, el cazador que teme ser cazado pero que encuentra la parte positiva, llegado el caso.
Gracias, Jesús.
Un abrazo.
Hola, Rafael.
El que da primero da dos veces. Me sumo a la interpretación «garabática» sin quitar una coma. me encanta todo el texto, pero la frase de inicio es buenísima, dolorosamente actual. Son tiempos difíciles, en especial para los muy soñadores o trasnochadores o trasnochados, que de todo hay en la viña del Señor. En fin, que mi mayor enhorabuena y larga vida para que no llegues tarde a tu casa museo.
Un abrazo prieto.
Hola Eduardo. ¿Mi casa museo? ¿Otro mal negocio en mi vida? No, por Dios.
Gracias y un fuerte apretón.
El perseguidor perseguido. Uno y otro papel interpretado por la misma persona casan bien con su disfraz y con las circunstancias de esta vida tan compleja y llena de paradojas, que más parece un circo, en el que no queda otra que adoptar diferentes papeles según el día y el momento: domador de fieras, mago o equilibrista.
Un abrazo grande, Rafa. Suerte
Personajes capeando la vida como pueden. Todo un circo, como bien dices.
Gracias, Ángel.
Un abrazo que pronto te daré en vivo.
Hoy en día o nos reinventamos Rafa o no nos comemos u churro. Muy bueno tu micro. Suerte.
Besicos muchos.
Así es, Nani, camarón que se duerme se lo lleva la corriente, así que hay que agarrarse a lo que se pueda.
Gracias y muchos besicos.
Lo que más me gusta de tu micro, aparte del siempre atractivo mundo del actor en paro que se pasa años esperando esa oportunidad que nunca llega, es ese paralelismo final entre víctima y verdugo. La empatía que surge al comprender que no están tan lejos y que algún día podría el mismo sufrir el mismo acoso. Mucha suerte maestro!!! y Enhorabuena por ese 140…
Abrzssss!!
¿De qué agua no vamos nunca a beber? Quí lo sá. Harry contempla esa posibilidad y valora sus ventajas.
Gracias, lagarto.
Fuerte abrazo.
Rafa, retratas muy bien la situación, un tanto surrealista, de personajes que perfectamente pueden darse. Suerte y feliz año
Uno no sabe nunca dónde empieza y dónde acaba el surrealismo.
Gracias, Calamanda, por comentar.
Un abrazo.
Un oso con piel de cazador para esquivar futuras balas, ja, ja, ja. Irónico y muy original relato, Rafa. Abrazos y suerte.
Un actor presto a interpretar cualquier rol.
Gracias, Salvador.
Abrazo.
Me cuesta reprimir la tentación de sacarme un chiste de la manga: “¿Cuál es el colmo de un cobrador del frac?” 😀
Yo diría que tener pendiente de pago el sombrero y el chaqué.
Un beso, Edita.
Nunca sabes a quién tienes a tu lado en la barra del bar. Puedes encontrarte a tu angel, o a tu verdugo, o a tí mismo dentro de unos años.
Enhorabuena Rafa, mucha suerte.
Bueno, con un buen café en las manos cualquier compañía es soportable.
Gracias, Alvaro.
Abrazos.
Acuso recibo de esos doce preciados abrazos de hecatónquiro tras tu desbordante, enriquecido y enriquecedor verbo.
Muy Feliz 2018, ¡qué leche! Muy feliz Siglo XXI.
Abrazos.
¡Qué bueno Rafa! No se me había ocurrido un Cobrador, cobrado. Claro, a ver quién iba a averiguar cuál era cuál, visto así entiendo que tu protagonista se tranquilice.
Interesante propuesta, me ha gustado mucho. Saludos.
Gracias, Yashira. Ayer se te echó de menos en la quedada Cincuentista. Había tres paisanos tuyos que conoces.
Abrazos.
Sí, sabía de la quedada, me lo comentaron, pero no pude asistir (tenía un examen el 14), además, de momento, no he participado, creo,jeje… Un abrazo, me hubiera gustado mucho estar con vosotros.
Gran Rafa. Hay gente que siempre va dos pasos por delante. En algún sitio debió escuchar lo del cazador cazado y empezó con sus elucubraciones. Y es que el moroso, cuando se aburre, disfrazado de payaso o de demonio mata moscas con el rabo. Un placer leerte. Mucha suerte !!
Gracias, Juan Antonio, por comentar. No es difícil imaginar al payaso reflexionando sobre su trabajo y la posibilidad de verse también como objeto de persecución por otro payaso.
Un abrazo.