OCT44. EL DIBUJO, de Yolanda Nava
Era extraña. Mientras todos comentábamos el último éxito musical o la peli de moda, ella permanecía apartada garabateando en su bloc. Al principio nos intrigaba su contenido, especulábamos sobre qué habría en él; pronto perdimos interés, cualquier cosa absurda, seguramente un diario en el que plasmar su soledad: cosas de “rara”; así era como llamábamos a la nueva en el instituto.
El viento que precede a la tormenta arreció y el bloc de La Rara voló hacia mí. Con un movimiento rápido lo rescaté. Un dibujo de gran calidad quedó expuesto ante mis ojos: un cielo oscuro en el que brillaban tres estrellas, la más grande y luminosa llevaba mi nombre, las otras dos el de mis amigas. Al pie, en una diminuta isla, una chica encogida sobre sí misma rodeaba con sus brazos sus rodillas, la admiración vestía su rostro. Miraba las tres estrellas.
La exclusión o indiferencia con las que se trata a los «raros» me produce una gran tristeza, sobre todo cuando son niños. Es un tema que has reflejado muy bien en tu relato y esa sorpresa de la narradora al descubrir la admiración de aquella a la que desprecia.
Sí Paloma, cuando se trata de niños, el tema toma un cariz más serio.
Bonito relato para un tema dificil y crudo, me gusta como lo has contado, esos «raros» muy amenudo cuentan cosas demasiado interesantes como para que lo «no raros» lo comprendan bien
Ya ves, tras cada persona hay algo que admirar, algo que comprender y algo que sorprende. Solo es cuestión de que una ráfaga nos acerque. Para bien de todos, posiblemente. Buen relato, con mucha filosofía y sensibilidad.. Felicidades.
Pues sí Antonia, a veces un detalle desvela más que mil hechos.
Saludos.
Un hermoso relato donde nos puede hacer pensar que «rar@» es una palabra abstracta a la hora de calificar a las personas. No me sorprende Yolanda con qué destreza expresas la sensibilidad de la que llaman «rara»
Gracias Fina. Muchas gracias por tus palabras.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Me encanta tu dibujo, y como lo has relatado…
Esas «raras» no nos deben se indiferentes.
Besicos, y suerte.
Sí, desgraciadamente es una figura muy común y abundante y más a ciertas edades, a veces etiquetamos con ella a personas fantásticas y son lastres difíciles de quitar.
Saludos.
Un relato para reflexionar, ahora, pues en el instituto, nadie pensamos que haya que reflexionar sobre «los raros», símplemente son distintos, y a veces un incordio. No queremos que nos relacionen con uno de ellos. Los años, nos cambian en ese aspecto (por suerte).
Un relato como la vida misma: duro.
Un besooo, Yolanda.
Sí Petra, por suerte los años curan estas «maldades» juveniles, aunque no a todo el mundo, hay algunos que siguen discriminando.
Besos.
La insensibilidad de los jóvenes, muy bien retratada, que tengas suerte Yolanda.
«A la gente no le gusta que uno tenga su propia fe, a la gente no le gusta que uno tenga su propia fe. Todos, todos me miran mal, salvo los ciegos, es natural.»Paco Ibañez/Brassens.
A los lugareños, siempre les molesta al que es distinto, bien sea por su aspecto físico, bien sea por sus ideas o creencias.
Yolanda bien por tu relato. Suerte.
Gracias Teresa y Ginette por desearme suerte.
Saludos,
Retratas con acierto la crudeza de las vivencias de infancia.
Suerte Yolanda
Gracias Mei.
😉
La de «raros» maravillosos que hay por el mundo. Gente profunda y con una sensibilidad especial.
Me gusta tu relato, Yolanda.
Un abrazo.
Pues sí Inés y es una suerte encontrarlos, aunque, tampoco hay que engañarse, hay algunos que son raros, raros de verdad, raros dañinos y perniciosos, aunque a esos habrá que escribirles otro micro, este no está escrito pensando en ellos.
Saludillos.
Yolanda, gracias por traer a esta palestra el tema delicado de la exclusión escolar. Quien más o menos lo hemos sufrido o en propia persona o en nuestros hijos.
Un viva para los raros.
Unbeso
Como bien decís de un modo u otro, todos nos hemos topado con situaciones así a lo largo de nuestras vidas, son actitudes crueles que me imagino serán difíciles de superar para quienes las sufren.
Por suerte la educación y la sociedad avanzan también en concienciar a las personas en la comprensión y el respeto (lentamente, eso sí)
Gracias a tod@s por acercaros a mi texto.
Me ha encantado, Yolanda. Quizá porque en estos momentos lidio con ello día a día. A determinadas edades comenzamos inexplicablemente a comportarnos como un rebaño gris que rechaza a los mirlos blancos. Como dicen los demás ¡vivan los raros! Suerte y un beso
Un beso también para ti Eva, gracias por tus palabras.
Me ha gustado mucho Yolanda. Creo que es un texto que se puede aplicar a cualquier momento de la vida…El término «rara/o» siempre esconde grandes dosis de timidez, humildad o simplemente deseo de no seguir la corriente… Un beso.
Sí Mer, de acuerdo con lo que dices, la timidez suele esconderse detrás de muchas de esas personas, pero también la genialidad y a veces, desgraciadamente personas de conductas peligrosas o desviadas. De todo hay.
Gracias por pasarte.
Precioso, Yolanda, eres sabia en tus palabras.
Gracias Malén, creo que el final se me ha ido un poco y que sobran las últimas líneas, la historia debería haber terminado con el punto que va detrás de «amigas», en fin, son cosas que suelo ver cuando ya no hay remedio.
Un beso.
Es curioso Yolanda, como a ciertas edades, la juventud o la infancia especialmente : despreciamos al «raro», a aquel que sueña e imagina de forma diferente, a quien prefiere un documental a una noche de fiesta, a quien ve películas en versión original …a quien ….son tantos los ejemplos que conozco que no acabaría. Y luego, cuando los años pasan, las personas encuentran «atractivas» aquellas rarezas y se jactan de tener un amigo/a de esos tan raros.
A mí, personalmente, tu retrato de esta sociedad de valores dudosos, en los que la exclusión social es la punta del iceberg de un gran problema, me parece fantástico. Por la sencillez de cómo lo has plasmado en un bloc de dibujos, y por la sintonía con esas tres estrellas propuestas, me gusta un montón.
Un abrazo Yolanda,
y respecto a si sobra algunas líneas, lo he vuelto a releer y para mi gusto …no le sobra nada. Besos.
Gracias Laura por tu extenso y rico comentario. Es cierto que nuestra perpectiva de las cosas cambia con el tiempo.
Lo de las líneas finales, agradezco tu opinión porque tiendo a ser muy crítica con mis textos y, no lo veía claro.
Fuerte abrazo.
Uy se «me zafó» la «s» en perspectiva, jeje.
Yo siempre, en toda mi etapa escolar, fui la amiga de las «raras» (será porque yo lo era también 🙂
Me ha gustado mucho, Yolanda. Muy buena manera de tratar el tema del mes.
Un abrazo.
Gracias por tu opinión Sara.
Un abrazo también para ti.
Yolanda, al leer tu relato es inevitable regresar al instituto o al colegio donde todos vivimos situaciones similares, quizás no en primera persona, pero sí fuimos testigos de ellas. Lo nuevo siempre asusta y crea un rechazo, más a esas edades, que luego con el tiempo suele derrumbarse.
Me imagino la cara que debió quedarsele cuando vio el dibujo y a quién representaba.
¡Mucha suerte para el concurso!
Abrazos.
Gracias Nicolás.
Un abrazo.
Este micro, Yolanda, tiene la virtud de tocar el corazón de sus lectores -como puedes ver en todos los comentarios que preceden a este-. Goza de una gran potencia evocadora, una gran profundidad emotiva y está escrito con un lenguaje dócil, cercano, que parece susurrarle al historia al oído del lector.
Gran trabajo.
Un abrazo,
Gracias Pedro, tus comentarios siempre suben la moral.
Un abrazo fuerte para ti.
Como dice Pedro es un micro de los que llegan a los lectores. Es fácil ver la situación, por conocida desde un lado o desde otro, no importa. Me parece un buen micro y sobre todo muy visual.
Mucha suerte, Yolanda.
Besitos
Gracias Elysa.
🙂 Un beso.
Hola, Yolanda. He leído tu cuento y los 29 comentarios, este es el 30, creo. Es curioso, solo dos, Laura y Sara admiten o reconocen o han sufrido lo de ser raros. Pues yo estanocheconfieso: fui rara (gafas, supertímida, pantalones heredados con rodilleras), luego dejé de serlo y luego me alejé del lío guays (no del todo aún) en que me había metido. Es más divertido ir por libre, siempre y cuando no tengas 15 años, eso ya lo he entendido. Ya no llevo gafas aunque debería (nací con ellas y las tengo manía. Solo pa conducir).
Vaya rollo que te he escrito en tu espacio, disculpáme.
Un abrazo.
Para nada debo disculparte Susana, al contrario, la sinceridad es una prenda que poca gente viste en estos tiempos, y se agradece encontrarla, máxime cuando se trata de estos temas.
Seguro que ahora destacas por tu encanto y genialidad. Estoy segura de ello.
Un fuerte abrazo Susana y gracias por tu comentario.
Begoña y Ana, agradecida por vuestras palabras.
😉
Tu relato me ha conmovido desde el primer día que lo leí. Es muy bello.
Susana, hay personas que de ciertas cosas prefieren no hablar porque cada vez que lo hacen, la gente mira para otro lado. Creo que algunas personas tienen la fatalidad de que ciertas situaciones se repiten a lo largo de toda su vida. Creo que en las relaciones con las`personas se establece siempre, inconscientemente, una relación de poder… y unas dan un cierto pérfil que siempre atrae al mismo tipo de personas, a l@s acosadores. Estos pueden ser un poco, un mucho, sutiles o brutales.
Muchas veces la propia familia no está disponible para escuchar por múltiples razones, los compañeros de trabajo hacen como que no ven, y los amigos terminan hartos. Al final esa persona debe gestionar como puede ese acoso.
El acoso por motivos políticos, por razón de sexo, por…etc perduran durante años. Y los que lo iniciaron atraen a otras personas que hacen lo mismo. Y no tienen la menor empatía con la víctima. Incluso actúan a más niveles…
Las personas que están para atender, a veces, no saben hacerlo bien, o lo minimizan, o no lo entienden. Incluso en muchos casos a la víctima se le considerará enferm@ mental por tod@s. Incluso culpable de la situación que sufre.
Afecta a todos los niveles, personales, laborales, familiares. Nunca, nunca vuelven a ser las personas que eran antes. Si se era confiado, luego se desconfía de todos.
Temen a todo el mundo. Las relaciones con los demás se enrarecen. Piñuel ha escrito sobre esto. En una charla que dió informó que en los años que llevan haciendo estudios sobre este tema los colectivos más afectados eran: los huérfanos, las viudas (aquí se puede englobar toda mujer que viva sola), y los emigrantes.
Esta lacra que tiene la sociedad se oculta, primero por las victimas, despues por los demás. Es como un iceberg. Queda oculto por todos.
Querid@ anónimo, yo creo que debemos ser optimistas, la sociedad está avanzando en todos los sentidos, también en este, hay muchas asociaciones y muchas conciencias dispuestas a echar una mano.
De cualquier modo, cada un@ de nosotros debemos aportar nuestro granito de arena para mejorar las cosas, que duda cabe que de lo que tú hablas son cosas muy serias, van más allá de una simple soledad propiciada por timidez o soledad.
Gracias por comentar. Saludos.
Han tenido que pasar bastantes casos, y graves, para que la Administración y otros órganos de poder, se hayan puesto manos a la obra, y se lo han terminado de tomar en serio. Y han empezado, primero a tipificarlo como delito. Después a poner el acceso para denunciar más fácil y de forma más discreta, y con personal mejor preparado para ello. Porque a veces, ese personal como el resto de la sociedad no lo comprenden, ni lo entienden, ni lo creen.
El acosad@r inteligente suele hacerlo de forma sutil, incluso ocultarse de mil formas y maneras, o mandar a otros sin que esas mismas personas sean conscientes de que están siendo manipuladas, y realizan todo aquello que la otra persona desde la sombra lo dirige. La mayoría de las veces, la gente de alrededor lo ve o lo intuye, pero es mejor no darse por enterados. El acosad@r, cuando quiere y a quién le interesa es sumamente habilidoso para granjearse las simpatías de los demás y todos le ríen las gracias porque en el fondo le temen, y saben que pueden ser los próximos. La victima, muchas veces se siente culpable, incluso se echa encima más culpa que la que tiene, y la otra persona lo sabe, lo capta y ya no se conforma con afear algo que esa persona haya hecho mal, a sus ojos, porque lo agrandará y si es necesario se lo inventará. Utilizará mil tretas para que el otro pague toda la culpa y tenga la animadversión de la gente que le rodea, y el círculo se agranda, se agranda… a la victima, le caen palos por todos los sitios, porque si la cosa empezó con «a» termina en «z».
La víctima, no puede hacer casi nada porque la denuncia es volver a pasar otro calvario, todavía aún peor. Y porque teme, el contaataque.
Normalmente a esas personas todo se pone en su contra, todos sus defectos se agrandarán, todas sus inseguridades también, seguro que enfermará y como faltará al colegio o al trabajo, tendrá nuevos enemigos. Se volverá más torpe, irascible, se equivocará más veces porque tiene que lidiar con los suyo propio y con todo lo que le viene encima, un día tras otro, mes a mes, a veces años. A veces, de un trabajo a otro. En adolescentes pueden llegar al suicidio y en personas mayores destruyen todo su entorno familiar, laboral, personal… y también se suicidan o se lesionan.
Tu narración es más suave pero si uno levanta la alfombra encuentra más cosas. Para quién ande por aquí y sea una autoridad, tome nota y la haga llegar donde corresponda, a las personas designadas para ese cometido y que se supone están preparadas y pueden llegar a discernir la verdad donde realmente está. Porque las pruebas pueden haber sido manipuladas, otras perdidas, otras medias mentiras que son peores que las mismas mentiras.
Gracias.
Muy bonito tu relato, Yolanda.Ahora no son «raros», se les denomina «poco frecuentes» y, te aseguro, que estoy rodeada de personas poco frecuentes y les dan cien mil vueltas a las que solemos llamar «normales». Deberían ser los medios de comunicación los que ayudaran a contemplar con normalidad y con amplitud de miras a todas las personas por igual y no establecer «guetos». Pero eso está en el «chip» de nuestros gobernantes y no sigo porque no estoy aquí para hablar del gobierno.¡Suerte amiga!
No conocía eso de que se les llama «poco frecuentes», no lo había oído hasta ahora. Tienes razón de que la labor para igualar a las personas en la sociedad debe partir del gobierno, pero en fin, haremos lo que esté en nuestra mano.
Gracias por pasarte. Un abrazo.
Original forma de encarar el tema del mes y relacionarlo con la inseguridad y crueldad que sentimos en la infancia.
Mucha suerte,
Gracias Esperanza por acercarte hasta aquí.
Un abrazo.
Has escogido un tema estupendo para hacer lucir esas tres estrellas. Lo hacen con fuerza, la que le dan tus palabras sobre la marginación, sobre la discriminación del diferente. Me ha gustado mucho leer tu relato.
Un beso
Paloma Hidalgo
Gracias Paloma.
Un beso.
Has tratado un tema espeluznante y dramático con una delicadeza exquisita. Muy bien llevado el tema, ese cuaderno de dibujo que refleja la exclusión de la diferente. Enhorabuena por tu texto de este mes. Me ha encantado. Un beso.
Gracias Mar, sabes cuánto valoro tu opinión.
Un fuerte abrazo.
Tremendo lo que cuentas y cómo lo cuentas. Cuántas penas se acumulan en las soledades de los tímidos. Hace pensar, y eso es bueno. Suerte para este mes.
Gracias Ximens, ya sabes que en este espacio participar ya es un premio.
Saludos.