OCT42. CESÁREA, de Fran Rubio
–Y ahora, ¿cuál de las tres seguimos? –preguntó Gaspar, que era el más espabilado.
–Bueno, como somos tres, lo más práctico será que cada uno siga una, de ese modo uno de nosotros llegará al portal adecuado –explicó Melchor, que tenía estudios.
Baltasar, que las mataba callando, no dijo nada. Acostumbrado a ser siempre el último, esta vez partió el primero, siguiendo la que más brillaba, que a la postre le condujo hasta aquel pesebre que después se haría tan famoso.
–¿Cómo ha ido todo, José? –le preguntó al padre cuando lo tuvo frente a él.
–Trillizos –respondió desencajado el carpintero–. No nos lo esperábamos… Creo que voy a demandarlo, esto no figuraba en el contrato.
–Vaya, pues solamente traigo un regalo, ¿cómo está la madre?
–Descansando; ya sabes… cesárea.
http://pequenastretas.
Fran muy simpático, yo esperaba a Brian. Pero como está la sanidad hoy día sería un milagro que la atendieran.
Un abrazo
Bueno, esta tenía un buen enchufe… creo que la atenderían.
Gracias, Epi.
Un saludo.
Un relato de personajes conocidos por todos, o eso creíamos, que nos sorprende a cada frase leída.
Fran, me ha gustado mucho tu cesárea de trillizos.
Tres estrellas que nos cambian la historia.
Un beso.
Amparo Martínez A.
Gracias, Amparo (he estado a punto de poner Petra, no sé por qué). He cambiado las cifras en esta historia: 1 rey y tres jesuses. De hecho, el título que iba a ponerle al micro era «Baile de cifras».
Un besote.
Brillante relato, Fran, me gusta mucho la ironía que rezuma y la originalidad de la idea.
Ahora, y perdón que me entrometa. En mi opinión, al relato le SOBRA la frase «Creo que voy a demandarlo, no figuraba en el contrato». Es demasiado explicativa. Creo que el «no nos lo esperábamos» + el adjetivo «desencajado» (todo un acierto)ya confieren la información suficiente al lector para que se imagine muchas cosas, yo no se la acotaría hablando de «contratos» y «demandas»…
Otra cosa más. La palabra «cesárea» como cierre me parece MAGISTRAL, una culminación perfecta para un buen relato, pero NO se si como título no es demasiado explícita, si no revela demasiada información al lector desde el principio…
Un abrazo, compañero, y suerte. El relato la merece!
NACHO RUBIO
Hola Nacho, un honor verte por aquí, gracias por pasarte.
Por cierto, me gusta tu apellido… ¿no seremos primos?.
Bueno, al tema: creo que tienes razón en las dos correcciones que me haces. Es más, la frase a la que haces referencia la añadí a posteriori y estuve dudando si incluirla o no, precisamente porque, como bien indicas, ofrece información no necesaria, reiterativa. En cuánto a lo del título, le puse «Cesárea» a última hora, el suyo era otro. Has sabido muy bien descubrir dos elementos «chirriantes» en el micro y hacerme ver que frente a las dos dudas que tenía con este relato, tomé la decisión equivocada en ambas.
Gracias de nuevo por tu crítica.
Un abrazo.
Fran, me ha gustado mucho este relato irónico, simpático y sorprendente. Te iba a comentar lo mismo que Nacho: el título estropea un poco el final. De todos modos, yo no soy la más adecuada para hablar de títulos, soy un desastre eligiéndolos. Un abrazo.
Como ya le dije a Nacho, tienes razón con lo del título. Este relato en concreto no ha estado los días que tenía que estar en la «nevera», no lo he dejado enfriar bien. A la próxima será…
Un abrazo y encantado de verte por aquí.
Bueno, pues a mí lo del contrato si me ha gustado porque le da un toque formalista al papel de San José, siempre tan modosito.
Un cuento muy desmitificador y divertido que podría haber entrado también en el mes de Navidad.
Gracias Paloma, una dosis de alegría tus palabras. Tal vez te haga caso y guarde este micro en la recámara hasta Navidad… a ver si cuela. Eso sí, me parece que tendré que cambiarle el título.
Un abrazo.
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Estyoy de acuerdo con Paloma, en una cosa. Me gusta lo del contrato, ahora lo de que este micro pudiera estar dentro del mes de Navidad , de eso nada, a esta dejadmela tranquila con sus mitos, ritos, leyendas y costumbres que a mi me encanta esa época.
Bueno, bueno, Begoña, pues no me lo guardaré entonces. En Navidad tendré que escribir otro. Gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Un texto qe rezuma originalidad.
Me ha gustado tu divertida versión.
¡Enhorabuena y mucha suerte!
Un saludo.
Muchas gracias Amparo. Siempre es divertido ver las cosas desde otra óptica.
Un abrazo.
lo que mas me gusto fue el empezar: el hecho de que haya tres estrellas, una por mago…
¡y como remate que haya tres «niño jesus» para un solo mago!…
se pregunta uno: ¿y los otros magos?: ¿habrán encontrado algún otro niño susceptible de ser el «salvador»?…
¿como habría sido la «Historia» con tanta concurrencia de «salvadores»?
podría ser el empezar de una nueva «novela histórica»: ¿habrá «luchas entre hermanos»? quizás vayan a necesitar mas «platos de lentejas» para crear «escalas» entre ellos…
a mi me gusto el «contrato» porque el pobre Jose acepto cargar con maría que «esperaba»… pero no tanto lo de la «cesárea» a pesar de que reconozco que presta a risa pensar que el gran Cesar intervenga en el nacimiento…
No estaría mal lo de hacer de esto una novela histórico-irónica (con tres volúmenes de los gordos), aunque como perfila Epi en el primer comentario, ya está «inventado» el tema («La vida de Brian», geniales los Monty Python). Que no te falte nunca esa imaginación que destilas.
Gracias por dejarte caer por aquí, kistila.
Un abrazo.
Simplemente genial, me encanto te felicito…
Muchas gracias Trysha.
Un abrazo
Fran, menudo giro le has dado a la historia!
Lo has puesto todo patas arriba. Me ha gustado tu particular vision del nacimiento del niño Jesús.
Lo bueno es que podemos especular todo lo que queramos porque nunca sabremos la verdad.
Que tengas suerte en el concurso, un saludo
Fran, has ejemplarizado lo que pudo ocurrir y puede que ocurriera en evangelios apócrifos. 😉
Esta particular historia tiene una carga surrealista, simplemente porque nos creemos todo lo que nos cuentan, porque si nos hubieran contado la historia de esta forma, lo del único recién nacido en un portal de Belén ¡no se lo cree nadie!.
Besos Fran, y un abrazo desde mis palabras.