15 -Tercer miércoles de noviembre
La madre que las parió, hijas de puta, me han dejado con un billete de ida y vuelta a Chicago y cinco dólares en el bolsillo.
Aquí, en la cafetería de la estación terminal, es hora del primer tren para llegar a tiempo a las oficinas. La gente, adormilada, combate con café el frío de noviembre. Pasan de mí, no sé si existo. ¿Es esto un sueño? Qué les pasa, ¿es que están acostumbrados a todo o quizás a nada? Lo que sucede fuera de sus cabezas les importa un comino. Mañana será acción de gracias, mi madre estará rellenando el pavo. Si me viera…
De madrugada, el revisor del tren me despertó. No sabía dónde estaba. Un tremendo dolor de cabeza me impedía recordar. ¿Qué hacía dormido en un vagón de segunda a 300 millas de mi pueblo en la estación de Chicago?
Tardé tiempo en recomponer mi mente. Aquella turbamulta de la fiesta de novatos, y yo… profesor de filosofía. Quién me manda confraternizar con los estudiantes. Qué me pusieron en los whiskies, o simplemente fueron demasiados. Recuerdo sentir, atontado, cómo aquellas chicas garabateaban mi cara, y me vestían, pero de este tren… no me acuerdo de nada.
Todos conocemos historias de novatadas entre estudiantes universitarios los primeros días de curso. También podemos haber conocido a algún profesor capaz de confraternizar con sus alumnos, pero la unión de estos dos factores es lo que da originalidad a tu relato. Este pobre y confiado maestro, ebrio y/o drogado, totalmente fuera de lugar, va a tener que recurrir a toda la ciencia filosófica que haya podido atesorar en su formación académica para superar esa situación. Algo nos hace suponer que a partir de ahora mantendrá una distancia mucho más marcada con sus discípulos, por su propio bien.
Divertido e ingenioso relato, Jesús.
Aprovecho para desearte lo mejor en este año que comienza a andar, al tiempo que te mando un abrazo
Feliz año Ángel. Espero que la salud nos acompañe a todos y tengamos un año con muchos encuentros, aunque al oficial de Marzo no puedo acudir por culpa del Imserso.
Un abrazo.
Por un momento pensé que era un despedida de soltero, por unmomento. Pensándolo mejor prefiero tu versión, creo que encaja mejor y es más redondo el micro. sí, eso creo. Felicidades
Luisa, gracias por comentar. Feliz año.
Jesús Alfonso, siempre se puede aportar mas a estas historias de borrachera y jovenes. Tu lo demuestras con tu relato. Suerte y feliz año
Feliz año Calamanda. Gracias por leer mis relatejos.
Hilarante. Ocurrente.
Gracias por leerlo, Edita.