17. EMIGRANTES (GINETTE GILART)
«Vente pa Nueva York Pepe», me decía constantemente Tomás, mi amigo de la infancia, «aquí encontrarás trabajo». A él le fue bien, llegó a montar su propio negocio, el Tom´s Diner, donde me refugio cuando estoy aterido de frío y cansado de hacer el mimo en las calles del Upper West Side. Rodeado de personas ensimismadas y aburridas recuerdo mi pueblo blanco y la guitarra de Paco. Tal vez me animo y bajo a Florida, dicen que allí los inviernos son más cálidos.
El país en el que está ambientada la fotografía está formado por inmigrantes. El mítico sueño americano se supone que se basaba en una sociedad abierta donde cualquiera podría prosperar. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica, a todo el mundo no le van igual las cosas; la suerte, las capacidades y las circunstancias nunca son las mismas. No parece que la profesión de mimo sea precisamente el arquetipo del triunfador. Aún así, tu protagonista, mientras trata de superar la nostalgia de su tierra natal, no pierde la esperanza y planea cambiar de aires.
Un relato-retrato de algunas de las posibles caras de la inmigración.
Un abrazo, Ginette. Suerte
Un abrazo para ti, Ángel y gracias por comentar.
Ginette, bien retratado ese perfil de buscador de oportunidades. Suerte y feliz año
Muchas gracias, Calamanda. Feliz año igualmente.
Ginette, allá donde haya una oportunidad de trabajo irá un español a buscarla, aunque luego siempre piense en regresar cuando le ataca la añoranza.
Buen relato.
Besos apretados.
Ay la moriña… Muchas gracias por tu comentario, Pilar.
Besos.
Relato muy nostálgico el suyo. En tu caso es un andaluz, pero bien podría ser cualquier españolito de a pié en busca de oportunidades en el país que en teoría se la ofrece a cualquiera, aunque la mayoría se queda en la cuneta. Un abrazo muy fuerte, Ginette.
Hola Gloria! Bien pudiera ser cualquier persona que marcha de su tierra por varios motivos. Muchas gracias por comentar. Un abrazo grande.
No es oro todo lo que reluce. Cada uno habla de la feria según le ha ido en ella.
Así es, Edita, cada cual tiene su historia. Gracias por comentar. Un saludo.