100. Lo único que quiero es un bocadillo de calamares
Se había difrazado de gnomo, de torero, de bailarina de ballet, de drag queen e incluso de Lola Flores, pero nada daba resultado. Hoy había hecho el último intento, con un disfraz de payaso que pensó que sería la solución perfecta, pero todo había sido inútil. Por mucho que intentara llamar la atención, el camarero no le hacía ni caso. Y él seguía queriendo su bocadillo, puñetas.
Me has alegrado la mañana recordándome un libro que me divirtió muchísimo. ¿Tu payaso no será pariente cercano de Gurb, verdad?
Enhorabuena.
y Suerte
¡Y yo también, puñetas! Hace tanto que no como uno… 😀
José, qué bueno; y como te entendemos. Suerte y saludos
Jajaja.
Muy buen enfoque a la foto del payaso!!!
Dibujar una sonrisa tiene mucho mérito.
Mucha suerte!!!!!