101. El método (Juan Antonio Vázquez)
Cualquier día al uso, enfundado en mi traje de chaqueta y corbata, apuro el café, me acomodo el catálogo debajo del brazo y espero junto a la puerta; en el ángulo ciego. Como allí no me ven, cuando aparecen les repiqueteo el hombro: todos se giran para recriminarme que les he dado un susto de muerte. Entonces solo me queda desplegar mis dotes de vendedor avezado y llevarlos a mi terreno: vamos a alguna mesa vacía y les enseño el muestrario con las fotos de los destinos que siempre han deseado. A veces cuesta, pero al final cerramos el trato. Les informo que el vuelo sale esa misma tarde, les acompaño a hacer la maleta y luego al aeropuerto. Es en la escalerilla de mi avión privado que caen en la cuenta de todo lo que dejan atrás: mujeres, amigos, familiares… Ahí les doy mi tarjeta de visita: salgo yo con la guadaña. Dejo que aten cabos y ya está hecho. Con los niños es más fácil, pero esos días odio mi trabajo: me acerco, les sonrío y les tiendo la mano; siempre me la dan y nunca se extrañan de que nadie me mire aunque vaya vestido de payaso.
Aunque haya sido sobre el tañido de la campana ello no le resta mérito a la excelencia de tu relato. Me quedo con esa pequeña frustración por el trabajo fácil.
Suerte y un abrazo.
Gran Rafa. Desde que ando pegando bandazos como que me falta algo… y va a ser el Esta Noche Te Cuento. Es llegar aquí y sentirte como en casa. Os echo de menos. Así que por aquí me quedo. Gracias por la bienvenida y el comentario. Un abrazo 🙂
«que les he dado un susto de muerte», y no es para menos. 😀
Hola Edita. Muchas gracias por comentar. Desde luego el susto como diría aquel puede llegar a ser superlativo. Un abrazo 🙂
Menudo disfraz!!!! Aunque, para los niños, me parece más conviniente la verdad. No me extraña que sea un payaso triste.
Buena historia y diferente, buena vueta de tuerca.
Felicidades
Hola Luisa. Muchas gracias. La foto me dio por ese derrotero. Espero que os guste. Un abrazo 🙂
Uff… «Esperando en el ángulo ciego» para venderles el viaje definitivo, en el que no abundan las ofertas ni los descuentos, un trabajo no muy bien visto desde luego, a diferencia del tuyo que te ha quedado redondo. Felicidades.
Celebro que te haya gustado. No sé si habrá muchas ofertas o descuentos, pero mejor no averiguarlo. Muchas gracias por comentar y un abrazo 🙂
Juan Antonio, es muy fluida tu historia y directa en sus imagenes. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda. Un abrazo 🙂
¿Hablamos de prosa, de ambiente, de trama, de desenlace?
Pues si lo hacemos, sales victorioso.
Mis felicitaciones, Juan Antonio.
Has sabido darle un enfoque admirable a un tema difícil de sorprender (¡vaya mérito tienes!)
Un abrazoooo grande
Muchas gracias Amparo. Gracias por pasarte y comentar. Me alegra que te haya gustado 🙂
Hola, Juan Antonio.
Nunca me fío de esos vendedores que intentan meterte lo que no necesitas por los ojos. En este caso, todavía con la cara de sorpresa, te digo que esos personajillos me harán recelar aún más.
Qué grande eres y cuántas ganas tenía de echarte la vista encima. Un micro para medalla, sin duda.
Enhorabuena y me alegro de tu talento.
Besos multiplicados ad infinitum.
Muchas gracias Towanda. El premio aquí sois vosotros. Un abrazo enorme y un besote de a quilo 🙂
Hola Juan Antonio, vaya personaje has creado, si ya no me hacían mucha gracia los payasos esquivos, ahora creo que directamente me dan miedito.
Como siempre muy bien escrito y con la dosis de intriga que te hace leer del tirón. El final se me ha hecho más duro aún por el contraste de la inocencia de los niños.
Abrazos
Hola Asunción. Esto de los payasos es todo un mundo. Como en todos lados, hay de todo. Muchas gracias por pasarte y comentar 🙂
Jo! Tremenda historia y maravillosamente contada como siempre, Juan Antonio. Un abrazo y mucha suerte.
Muchas gracias Belén. Contento de volver a estar por aquí. Un abrazo 🙂
Un método que agasaja a la mente y al cuerpo para obtener la recompensa del alma,¡genial! Una gran alegría leerte de nuevo por aquí, se te echaba de menos, Juan Antonio. Abrazos y suerte.
Una gran alegría volver a encontraros. Gracias por el cariño que siempre tenéis para mí y mis historias. Nos seguimos leyendo Salvador. Un abrazo 🙂
La muerte esperándonos agazapada. La muerte como un payaso triste cuando se lleva a los niños. Ufff.
Qué alegría leerte de nuevo por aquí-
Muchas gracias Paloma. Alegría recíproca y compartida. Un abrazo 🙂