SEP146. UVA DE MARZO, de Monica Ballare
Yo solía decir, en mi convicción más plena, que no había uva  más sabrosa que la de Cafayate. Eso fue antes de la maduración de la  pintura de Lina.
  Mi amiga pinta unos cuadros realistas exquisitos. En la pared más  importante de nuestra casa tenemos una muestra de ello. Son unas tinajas  de barro que nacieron a mi pedido. Toda la composición es de colores  tierras a excepción de un racimo esmeraldino que ella agregó por su  cuenta. La luz de esa pintura siempre me hechizó y suelo contemplarla  por tiempos prolongados.
  Fue en marzo, noté que las uvas pintadas habían adquirido volumen,  brillo y fragancia. Sin pensar estiré la mano, tomé una y la llevé a la  boca. Después fue una segunda. Más tarde ya no sé. Permanecí  enajenada  por la delicia de sensaciones que se producía en mi paladar mientras  saboreaba sin apuro. Al mismo tiempo, sorprendida, me encontraba que  otras uvas ocupaban el lugar de las que yo comía.
  “Dulces como uva de marzo”, como establece el dicho popular, y más,  el valle de Cafayate y un torrontés en cada una.
 
 
						
						


Buena uva, buena pintura y sabroso relato.
Me extrañó la uva de marzo, aquí es en septiembre su vendimia, pero claro, Cafayate es otro otoño.
Muy visual e imaginativo relato.
Un abrazo primaveral y maduro.
Un deleite de torrontés emanado de las uvas verdes de la pintura de Lina. ¡Me encantó! ¡ Suerte!
¡Qué felicidad me produce leer mi relato en esta página!
Muchas gracias.
Pues nosotros estamos encantados de tenerte por aquí. precioso colorido
Hermoso Monica, gracias por describir tan bueno el cuadro. Es verdad esas uvas se hacen comer. Te Felicito. Un abrazo
Precioso cuento abstracto. Precioso, de verdad. Felicidades y suerte, Mónica.