21. La calle mojada te ha visto crecer (Ginette Gilart)
Muchos años llevo viviendo en el barrio, en realidad nunca he salido de él. Aquí me crie y encontré trabajo en una cafetería de la avenida cercana donde me dirijo andando cada mañana. Ya no queda nadie de los que conocí, poco a poco se fueron esparciendo por la ciudad; el zapatero remendón cerró su local —ya nadie arregla el calzado—, solo residen ancianos e inmigrantes sin papeles en busca de empleo; las jóvenes parejas prefieren las afueras y los edificios modernos y soleados. La calle está casi siempre desierta, desangelada, no se oyen gritos de niños jugando; de aquella época queda plasmada en la pared de mi casa la sombra del crío despistado que fui caminando hacia el colegio.
Buen texto, Ginette. Me ha gustado ese repaso a la infancia, ese recuento de lo que ya no hay y, dentro de eso, la impregnación que persiste en las paredes el paso del tiempo… ¡esta vez literalmente!
Un beso.
Los edificios pueden ser los mismos, pero las gentes son las que conforman los lugares, cuando éstsa cambian o desaparecen ya nada es lo mismo. La música y tu siempre unidas, en un título muy acorde con el relato.
Un abrazo, Ginette
Suerte
Ginette, con tu relato nos devuelves a la infancia que nunca desaparece e impregna los lugares en los que vivimos.
Mucha suerte.
Besos.
Buen texto emotivo, Ginette.
Aunque yo veo algo más. Tal vez todo ello sea el recuerdo de una sombra…
Con ello me quedo, porque me gusta!!!
Un abrazooo para ti.
Muchas gracias a los cuatro por comentar. Abrazos y besos de vuelta.
Me encanta esa sombra melancólica, Gina.
Suerte y un abrazo,