54. HASTA LOS HUESOS (P. Hidalgo)
La lluvia le espera a la salida de la fábrica donde pone remaches. Con el cuello de la cazadora bien subido empieza a andar. Y a mojarse. El chasquido metálico, lejano, del pedal de la máquina de coser de su madre, las protestas de la albura de la rama de cedro donde su mujer cuelga el columpio al principio de verano, y los balidos de las cabras que cuidaba, le empapan con la primera ola. Con la segunda, el olor a combustible en la lancha que le trajo a Europa, el del puesto del mercado donde compró la maleta, y el tacto de la corteza de los terebintos. Mientras la marea de recuerdos se repliega, dejándole los ojos llenos de sal y la boca llena de arena, le parece, como siempre, ver la sombra distorsionada su hija, su pequeña, en la esquina. Acelera el paso sin prestar atención a los charcos, para llegar pronto a la siguiente, calado hasta los huesos bajo su paraguas.
Un inmigrante lleno de recuerdos pasea en medio de una gran ciudad. La necesidad le ha obligado a marcharse lejos para conseguir ingresos. De nada le sirve el paraguas, está calado hasta los huesos de nostalgia y soledad, sobre todo cuando ve a su hija en cada esquina. Una historia triste, muy humana y demasiado habitual, descrita con gran belleza, que alcanza su cúspide en esos «ojos llenos de sal» y esa «boca llena de arena».
Ya se te echaba de menos, Paloma.
Un abrazo y suerte
Sigue siendo un placer leer tus comentarios Ángel, yo también os echaba de menos.
Otro abrazo grande para ti.
Paloma, bella nostalgía y dolorosa a la vez la que le lleva a obsesionarse. Bien contada. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, por comentar, como siempre. Hay cosas que no cambian, y qué bueno es.
Saludos.
Ay, qué bien tenerte de vuelta con tus preciosos relatos, Paloma. Siempre un placer leerte. Enhorabuena!
Muchas gracias Belén, un abrazote.
Calado hasta los huesos, calado de recuerdos, qué duro tener que alejarse de los que amas para poder ayudarles. Tras la marea replegada de recuerdos, los ojos llenos de sal y la boca de arena, qué imagen tan potente.
Muy bonito Paloma, un placer leerte siempre. Abrazos.
Un beso Yashira!
Hay recuerdos que calan hasta los huesos. Un relato precioso, lleno de imágenes sugerentes. Enhorabuena
Suerte y abrazos
Gracias Anna!
Duro relato. Dolor de la inmigración que deberíamos comprender de una vez por todas. Suerte Paloma.
Besicos muchos.
Nani, gracias por leer! Un beso.