65. La víspera
La noche antes de la transformación, el desventurado joven, un viajante comercial, no conseguía dormir por la preocupación. Lo que podía haber sido un día normal, como tantos otros, dejó de serlo cuando encontró la nota: “Hoy me cruzaré en tu camino y mañana no serás igual”.
Intrigado por la premonitoria advertencia, intentaba recordar todos sus pasos durante aquel típico día de otoño, lluvioso y frío, de esos que vuelven las calles solitarias. Estaba seguro de no haber visto a nadie en el trayecto de su casa al trabajo, ni al revés, salvo una silueta de cabeza pequeña, torso triangular y largas extremidades, que le pareció ver al girar la esquina. Era como una sombra deslizándose por la pared de forma tan extraña, que no supo si realmente era algo que iba o venía.
Nada más.
Convencido de que el límite de todas esas conjeturas residía en su propia imaginación, prefirió entonces restar importancia tanto a la absurda nota, como a la extraña aparición. No creyó que hubiera relación alguna entre ellas. Ya era tarde y mañana debería tomar el tren de las 5, por eso Gregorio Samsa decidió que lo mejor que podía hacer era relajarse y dormir…
Cecilia, es una buena opción; seguramente la mejor. Estamos expuestos a bromas de todo tipo como tu bien cuentas; y podía ocurrir algo parecido. Suerte y saludos
Hola Calamanda. En mi opinión, pocos personajes en la literatura han tenido un destino tan azaroso como el que le tocó vivir a Gregorio Samsa. Me fascina y ha sido divertido imaginar/especular con lo que pudo pasar antes de que sucediera lo que sucedió. Azar, casualidad, una broma del destino? Nunca lo sabremos (ni falta nos hace). Saludos y muchísimas gracias por tu comentario.
Pues sí, la mejor opción, pero qué mal rollo ¿De dónde salió ese ser? Pobre, no sabía lo que le esperaba al día siguiente, desde luego ya nada sería igual.
Mucha suerte Cecilia y saludos.
Hola Maribel. No lo se. Mala suerte? Casualidad? Coincido contigo. De haberlo sabido el pobre Samsa…
Muchísimas gracias por pasar y dejar tu comentario!
¡Qué bueno!, es uno de esos que me hacen exclamar (en mi cabeza, me controlo 😉 ): ¡anda! Me encantan estos juegos literarios. Pobre Gregorio…
Mucha suerte. Saludos.
Gracias Monica por pasar y dejar un comentario. Me gusta que te guste! Un saludo!
Es el típico relato que se disfruta más aún es su segunda lectura, donde ya has superado las incertidumbre. Es muy acertado eso de imaginar qué ocurrió antes, así como después, de los cuentos. Buena apuesta, Cecilia. Suerte.
Hola Ximens. Ha sido divertido jugar a especular un poco.
Muchísimas gracias por pasar y dejar un comentario.