76. Conciencia.
Últimamente siempre tengo la misma extraña sensación. A cada paso, allí donde voy , en todo lo que hago pareciera que me observan. Una paranoia mía, seguro, pero caminando por la calle, en alguna ocasión, me he girado asustado. Es tan intensa la sensación de presencia que un escalofrío me recorre entero y me pone la piel de gallina. Es más, me crea tal angustia y ansiedad que tengo que parar y respirar profundamente varias veces antes de continuar. Me da vergüenza comentarlo pero hasta una sombra, pequeña y retorcida, me ha parecido ver en alguna esquina, una locura.
Ahora estoy más nervioso, es verdad. No lo sé. Demasiado irascible, me dijo Nina entre lágrimas. Joder, se me hace nudo pensar en aquel momento, nunca volverá a ocurrir, lo juro. Antes me corto las manos.
Vaya, parece que aquí hay un protagonista con muy mala conciencia, espero que lo que le sigue no haya sido fruto de su irascibilidad.
Me dejas con ganas de más, mucha suerte Cristóbal y un saludo.
Gracias, precisamente lo que le sigue es eso, su mala y retorcida conciencia. Un saludo.
Cristóbal, el final de tu historia anuncia y denuncia un comportamiento -poco adecuado- y el acoso de los remordimientos. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, siempre tan atenta. Un saludo
Tu protagonista ha hecho algo terrible. Su mala conciencia actual por ello puede ser un signo de arrepentimiento, o quizá solo una molestia que quisiera que se disipase, aunque eso no garantiza que no vuelva a reincidir, incluso aunque lo diga. Quien ha sido capaz de lo peor puede repetirlo.
Un saludo y suerte, Cristóbal
Gracias por pararte a comentar y sí, eso tiene este tipo, mala conciencia, algo retorcida también. Un abrazo.
Interesante giro final. La conciencia tiene esas cosas, no te da cuartel.
Buena apuesta.
Suerte y abrazo,
Gracias Anna por tu comentario, todo un honor maestra. Un abrazo.