89. Mirada
¿Será la culpa? No lo sé.
Ha transcurrido tiempo y aún te sigo viendo. Desde aquella tarde no me atrevo a volver a manejar.
Solo fue un instante, las sombras cubrieron mi huida. En las noticias hablaron de ti, solo eras una niña. Detuve el auto, me acerqué al ver tu cuerpo recuerdo tus ojos muy abiertos, no respirabas. Quizás te quedaba un hálito de vida pero horrorizado hui, maneje toda la noche sin rumbo, cuando pude me deshice del automóvil pero no de esa mirada.
Regresé a casa varios años después, al pasar por la esquina aun creí ver tus ojos qué continuaban muy abiertos, voltee al ver tu sombra reflejada en la pared y ya no pude huir.
Cierro los ojos y la sigo viendo, estas cuatro paredes blancas donde me encerraron no me permiten huir…
Luis Alberto, cuanto pesar y remordimientos en tu historia de recuerdos. Suerte y sludos
Gracias amiga, he vuelto por fin.
Un abrazo.
De la conciencia no se puede huir, está claro.
¡Cuánto sufrimiento! Un relato duro Luis Alberto, mucha suerte con él.
Besos.
Gracias Maribel, espero que mi conciencia me de un respiro.
Un abrazo.