Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP100. DE OLORES DE LA MEMORIA, de Fran Rubio

-Ya huele a higos maduros –dice el ciego–. Pronto vendrán las primeras tormentas.
Sentado en el banco de granito junto a la iglesia, nadie le responde, porque no hay nadie para responderle. Aun con la boina encasquetada, su piel busca las primeras sombras aliviadoras de la mañana. Dos gorriones, acostumbrados a sus horas, le picotean restos de comida en los zapatos.
–Ayer no llegó ningún tren… –especula el viejo con los gorriones.
Las nubes, cada vez más grises, se buscan para agruparse de cara a la tarde, cuando tienen previsto descargar. El ciego las escucha, huele el aire, mira al norte y pregunta a la inexistente concurrencia:
–¿Quién va a recoger los higos este año?
Arriba, en la vieja estación abandonada, un golpe de aire parte la última higuera marchita que quedaba en pie.

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35 Responses

  1. Disculpa que empiece por lo que creo que se contradice. La tormenta descargará por la tarde y él ya siente las nubes, y huele a higos maduros, cuando la higuera está marchita. Lo hago notar porque a veces no releemos y nos dejamos llevar por la musa y podemos cometer errores de este tipo.
    Ahora la parte positiva : me ha gustado mucho tu forma de llevar la narración, las atmósferas que creas y sobre todo la presentación y como muestras al personaje. En eso , en mostrar su interior con breves pensamientos está lo mejor del realto, que creo que es muy bueno.
    Un saludo.

  2. Gracias Antonia, por tus palabras y por tomarte la molestia de releer el micro, cosa que, por supuesto, yo también he hecho (varias veces).
    Me alegra haber sido capaz de transmitir «atmósfera».
    Por otra parte, no estoy de acuerdo contigo en que me contradiga, porque el personaje «huele» unos higos que no existen (de ahí el título)y me ocupo de aclararlo en la última frase (…la última higuera marchita); y lo de las nubes es frecuente en la formación de tormentas veraniegas que por la mañana empiecen a agruparse. Además, en este micro en particular, no he tenido la suerte de que me visite la musa (últimamente la tengo abandonada), cosa que sí hubiese agradecido.
    Repito, muchas gracias por tus palabras y por adentrarte en el texto de forma crítica (y no destacando solamente lo positivo), me gusta.
    Un abrazo.

  3. Triste, otra mirada diferente del apocalipsis que empieza por el abandono de los pueblos. La musa tuya es como la mía, huidiza, pero en este relato aunque no te dieras cuenta, sí que te rondaba por la habitación.
    Un abrazo.

  4. Disculpa, no suelo fijarme demasiado en los títulos, aunque el tuyo es bastante explicativo. Has defendido con razones tu escrito y eso es bueno. Cada uno lee según él, eso es cierto. Gracias por admitir mi opinión con humildad, eso es de personas seguras e inteligentes, y repito que me parece muy buena historia y bien llevada.
    Otro abrazo y suerte.

    1. No tienes que disculparte de nada, Antonia. Como ya te dije en mi anterior comentario, me gustan las críticas no-positivas (es donde más se aprende) y tus palabras no solo muestran inteligencia y seguridad, como achacas a las mías, sino también sabiduría.
      Un abrazote

  5. Una muy buena ambientación,los recuerdos al menos los mios suelen estar asociados a olores, pero tu aqui no sólo le das importanciae es como narras la escena y ambientas el lugar: creo que esa estación abandonada y el olor de esos higos me van a acompañar todo la tarde

    Felicidades

    1. Los olores son una puerta abierta a los recuerdos y a mí, en especial los higos, el olor de una higuera con los frutos maduros me transporta automáticamente a los veranos de mi infancia en un pueblecito de interior.
      Gracias por tu comentario.
      Un abrazo

  6. Muy bueno el relato Fran, ya sabes que el recuerdo olfatorio se da en el mismo instante, ya que por la nariz va directamente al bulbo olfatorio cerebral.
    Los otros sentidos requieren un mayor tiempo en la respuesta.
    Un abrazo

  7. María Elejoste

    es un relato muy tierno, todos nos compadecemos del viejillo, ciego en un pueblo abandonado, con dos gorrioncillos como unicos amigos. La verdad es que al leerlo he pensado lo mismo que Antonia, pero das una explicación muy acertada, y me has convencido, es curioso como en un micro se pueden transmitir tantas cosas sin decirlas, y que cierto es que cada palabra y coma tiene su por qué y es más dificil escribir un buen micro que un buen relato mñas largo… Me ha recordado a un cortometraje de dibujos animados de un abuelillo que va al parque a jugar al ajedrez y juega con pasión contra su gemelo, sólo que al final descubres que no tiene ningún gemelo, lo siento no recuerdo el título si alguien me ayuda??. Muy buen micro,

  8. Ana U., Epi, Jose Angel, María, Nicoleta, Elysa, diculpad el retraso en contestar, pero es que hace unos días que no venía por aquí.
    Es para mí, más que un placer, un privilegio el ver vuestro nombres por este rincón. Gracias por vuestros comentarios.
    Abrazos,
    Fran

  9. IRENE

    De lo mejorcito que he leído por aquí, el poder de cada uno de los elementos que has elegido acaban ofreciendo un paisaje francamente desolador. Premio merecido.

  10. kistila

    otro relato que no había leído por problemas familiares…
    en efecto me recuerda «la lluvia amarilla» pero también autores franceses como Giono o Bosco adonde se presencia la soledad de estos pueblos adonde quedan solamente algún pastor, leñador o cazador furtivo…
    interesante la reflexión de Epifisis sobre la razón medica de la memoria de los olores…
    todos tenemos en un rincón de nuestra memoria algunos olores inconfundibles… Marcel Proust hablaba de «la petite madeleine»…

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