11. VIAJES (Manoli VF)
En todas partes, y no solo en Venecia, hay mujeres sirenas. Mujeres que, al llegar la noche, se llenan de escamas. Sus piernas se unen en una larga cola de pez plateada. Esas mujeres, pocas, bajan a las profundidades. Y encuentran marineros perdidos, que están a punto de ahogarse. Los salvan del abismo del mar, despejan la sal de sus bocas, peinan sus cabellos enmarañados. Los conducen hasta la orilla, mientras susurran canciones en sus oídos, dulces canciones que les regresan de sus siniestros, de sus escarpados viajes. Yo conocí una vez a una sirena, cuando estaba a punto de ahogarme. La conocí y le pedí que se quedase conmigo. Y ahora, en las noches más oscuras, descendemos los dos a bañarnos.
Hola, Manoli VF.
La imagen de la dulce sirena como imagen de la mujer total para un hombre, la mujer ideal, ese raro bálsamo que a veces nos socorre tras de nuestros viajes como hombres aturdidos. Un canto de sirenas, sin serlo en absoluto, en aras de la comprensión y el abrazo nutrido de bellos asentimientos y del compartir en común. Un texto muy bello y muy edificante al par que loable y deseable. Muy bien escrito, además, y breve y muy preciso y contundente en su mensaje envasado en botella de oro. Felicidades y feliz todo para ti siempre con un beso de por medio.
Muchas gracias, Eduardo, por comentar tan pronto mi texto y hacerlo, además, con tanta generosidad.
Bueno, estas letras, que parecen expresar un tópico, a priori, (el de las sirenas rescatando naúfragos, a diferencia de las sirenas hechiceras, también clásicas) responden al intento de dar voz al personaje masculino que encuentra, en el fondo de su viaje, no solo a su sirena particular, sino al océano, y la forma de descender a él sin ahogarse.
Muchas gracias por tu análisis y por tus buenos deseos.
Un abrazo.
Manoli, te has sacado de la chistera un conejo la mar de salao. Un relato corto, bien armado, lleno de significado figurado o metafórico completamente comprensible para el lector. Una ternura. Aupa esas mujeres y esos hombres que se saben amar, apoyar, comprender y complementarse. Genial.
Un abrazo
Eso mismo fue lo que quise decir, Barceló. Más allá de los tópicos. Intenté ir un paso más allá de la figura de la sirena como «rescatadora» y centrarme también en el marinero que no tiene «miedo» al mar.
Bueno, soñar es gratis, dicen. No podemos dejar de hacerlo.
Otro abrazo para ti.
Las sirenas, con sus cánticos y su belleza irresistible, eran trampas mortales para los marinos. No así las de tu relato, que son todo lo contrario, en tanto vienen a ser el complemento que necesitan los hombres perdidos (que son casi todos), que no sabrían qué hacer sin ellas.
Un relato en el que se unen la fantasía, la generosidad de estos seres bienhechores y hasta una historia de amor al final.
Un abrazo y suerte, Manoli
Siempre tan certero en tus comentarios, Ángel. Esa capacidad de ver «más allá» de las letras que tienes. Sí, es un relato que es una mezcla de muchas cosas, algunas metafóricas, como las sirenas, los marineros y, sobre todo, el mar que los une a ambos.
Muchas gracias.
Un abrazo grande.
Hola, Manoli. Muy bella la historia que nos traes, como algunos dicen que también lo son las sirenas, aunque creo que en algunas tradiciones parece que son una malvadas engañadoras. Además, el cuento, de alguna forma, acaba bien. Enhorabuena. Suerte y saludos.
Las sirenas, como todo en la vida, reflejan nuestros miedos, y también nuestros sueños. Quiero creer que nada es bueno o malo, a priori, sino que resulta de cómo lo convierta nuestra mirada.
Muchas gracias por comentar, Jesús.
Un abrazo.
Dos seres salvados por el amor y la magia, con el nexo del mar y una brisa de leyenda. Muy bueno, Manoli. Abrazos y suerte.
Muchas gracias, Salvador. Sí, dos seres llenos de magia. Hay que creer en ella para salvarse, o por lo menos seguir soñando que es posible.
Un abrazo.
Me gusta y mucho que nos recuerdes a esas personas mágicas que salvan a otros de sus pérdidas y desgracias. Es un texto muy bello, tal como lo entiendo y quiero leerlo; poniendo quizás la historia de amor un poco aparte.
Tal como has dicho, la magia puede habitar en nuestro interior si le hacemos un sitio porque, quizás, la auténtica y primera historia de amor comienza con uno mismo, perdonándose.
Muchas gracias por tu lectura y palabras, Luisa. Abrazo grande.
Hola, Manoli.
Ay, el amor y la magia pueden con todo.
Qué bonito, Manoli.
Suertísima y un abrazo.
Manoli, qué hermoso la tarea de rescatar de tus sirenas. Tantas veces denostadas y acusadas de atraer con su voz a los marineros que nunca vuelven, me parece muy buena idea dotarlas de humanidad y solidaridad con los que corren el riesgo de ahogarse en el mar.
Buen relato. Mucha suerte.
Besos apretados.