SEP71. MOMENTO MÁGICO, de Pilar Pastor
Cada tarde salía al porche y, sentada en su vieja mecedora, esperaba serenamente a que empezara la función. Los últimos rayos del sol se abrían paso entre los surcos de su arrugada piel, devolviéndole la vitalidad que los años le habían arrebatado.
Entre suaves balanceos escuchaba el silencio del atardecer y observaba la grandeza del entorno, sin perder de vista la colina, en cuya cumbre lucía, majestuosa, la silueta del árbol. Aquel era el escenario.
La función acababa de empezar. Multitud de luces, de cálidos colores, desfilaban por la pasarela celeste exhibiendo sus vaporosos trajes. Ella seguía todos sus movimientos porque sabía que la estrella de la actuación estaba a punto de aparecer … y su visita sería breve.
El momento mágico había llegado. El gran disco rojo, brillante, cautivador,… se vislumbraba entre las ramas del árbol de la colina. Sin pestañear apenas, se embriagaba intensamente de su belleza, sabía que pronto se desprendería del árbol, como la fruta madura, y caería rodando lentamente por detrás de la colina.
Y así fue. El sol, como cada tarde, acababa de ocultarse y ella tendría que esperar al día siguiente para recoger otro fruto de vida, otra razón para seguir viviendo,…
Pararnos, meditar, contemplar, dejarnos transportar por la Belleza. Me gusta tu relato, Pilar, nos recuerda algo que en esta sociedad tan acelerada podemos pasar por alto, y es lo más importante. Cuántos milagros cada día, ahí, para saborear, a nuestro alcance. ¡Gracias por compartir con nosotros este atardecer!
Tú lo has dicho, Mery, las prisas, a las que estamos sometidos día a día , nos impiden disfrutar de esos pequeños momentos que la naturaleza nos brinda, esos pequeños momentos que contribuyen a aumentar nuestra felicidad. Es necesario detenerse … y observar.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo !!!
Tenía un espíritu delicado la protagonista. Era una artista contemplando la mejor obra. Algunos momentos justifican la vida. Ella los disfrutaba cada día.
Hermoso relato por las descripciones y el fondo.
Suerte.
Muchas gracias por tus palabras, Antonia. Escribir lo que un@ siente contemplando la belleza de un atardecer es fácil, merece la pena detenerse y contemplar , es todo un espectáculo el que el cielo nos brinda en ese momento de magia.
Un abrazo!!!
PD. No encuentro tu relato. Me gustaría leerlo y poder comentar.
Si pones en el buscador del blog mi nombre : Antonia Garcia, salen. Gracias. Otro abrazo.
Precioso relato Pilar.
Me ha gustado mucho, ese momento del día, esa tranquilidad, ese sentimiento y esa espera día tras día.
Suerte!
Blanca
Hola Blanca, me alegro de que te haya gustado. Es un momento breve e intenso que merece la pena contemplar. Como tú dices, la tranquilidad del momento contribuye a su belleza, reina el silencio, la paz, …
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo!!!
Suerte para ti también!!!
Me encanta la descripción tan sensual que haces del atardecer y cuánta vida infunde a quien sabe contemplarlo.
¡Suerte!
Belén
Hola Ana, me alegro de que te gustara. Gracias por tus palabras.
Me paso a leer el tuyo.
Un abrazo !!!
Y suerte para ti también!!!
Belén, muchas gracias por tus palabras. Con este relato pretendía precisamente lo que tú comentas, transmitir las sensaciones que se pueden llegar a sentir en un momento tan especial, un momento que se repite cada día con diferentes colores. Es todo un espectáculo.
Suerte para ti también.
Un abrazo !!!
Un cuento arriesgado porque no hay personajes en acción, solo uno secundario que está ahí sentado, contemplativo. Tiene mucho valor porque has sabido trasmitir una maravillosa puesta de sol. Pero no tiene trama o yo no la he sabido ver.
Este texto sirve como perfecto prólogo para la fruta madura.
Disculpa mi atrevimiento.
Un abrazo.
Siempre que puedo me paro a comtemplar la puesta de sol, porque como tu muy bien dices es un momento mágico e irrepetible; lo has descrito espléndidamente, a mí me faltarían palabras.
Para la persona de tu historia ese momento puede ser motivo más que suficiente para seguir viviendo.
Saludos
No hay nada que disculpar, Susana, todo lo contrario, agradezco enormemente tus sinceras palabras. Con mi relato pretendía transmitir las sensaciones producidas por una puesta de sol y me siento satisfecha de haberlo conseguido.
Para mí, la trama está en el cielo, donde la personificación de las luces de diferentes colores actúan de personajes, que se mueven lentamente en un breve espacio de tiempo.
Me inspiré en uno de tantos atardeceres en la playa que, por vivir a orillas del mar, tengo el privilegio de disfrutar con mucha frecuencia. Soy aficionada a la fotografía, y de aquel atardecer saqué 74 fotos porque el cielo cambió de aspecto multitud de veces en diez minutos, aproximadamente, que tardó en ocultarse el sol.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo !!!
Muchas gracias, Maricarmen. Me alegro de que te haya gustado y de que disfrutes de las puestas de sol.
La felicidad se compone de pequeños momentos y a veces los dejamos escapar.
Un abrazo!!!
sumamente bello:
» El gran disco rojo, brillante, cautivador,… se vislumbraba entre las ramas del árbol de la colina… pronto se desprendería del árbol, como la fruta madura, y caería rodando lentamente por detrás de la colina»
Eva madura que soy me da ganas de extender los brazos y coger este sol maduro para regalarle al ser amado…
y si vives en el borde del mar ya te habrás fijado como el sol va resbalando sobre el acantilado como herido queriendo refrescar su dolor en las aguas que cambian de color…
Pilar: gracias por haber compartido con nosotros este momento mágico…
Muchas gracias a ti, Kistila, por leer y comentar. Me alegro de que te haya gustado. Para mí, es todo un espectáculo contemplar una puesta de sol.
Un abrazo !!!
Comparar el sol con la fruta que madura cae desde las ramas del árbol al suelo me parece Pilar, que lo estuviera viendoUn beso.
Hola EPÍFISIS, cuando el sol se oculta detrás de un árbol es como una enorme fruta entre sus ramas y tan madura que pronto se desprende. Me alegro de que hayas visualizado la escena, es lo que pretendía. Muchas gracias por comentar.
Besos para ti también !!!
Hola Pilar, es muy tierno y sosegado tu relato, acuna igual que la mecedora, todo transmite paz, y sí has atrapado un momento mágico. Me gusta el simil entre el sol del atardecer y la fruta madura. Dicen por ahí que no hat trama…a veces los mejores momentos son precisamente en los que aparentemente no pasa nada, y disfrutas de ser tú, y de tener/ver/oir/sentir las maravillas que nos rodean que se nos regalan día a día. Poner en palabras esas sensaciones es complicado y aquí lo haces muy bien.
Muchas gracias por tus palabras, María Elejoste, no te puedes imaginar lo halagada que me siento con ellas. Me alegro de que te haya gustado y estoy satisfecha de haber conseguido transmitir ese cúmulo de sensaciones que tú tan bien has definido.
Gracias, de nuevo !!!
Un abrazo!!!
De nada mujer, me gusta la gente que es capaz de apreciar la grandeza de las pequeñas cosas. Y ya si además se es capaz de plasmarlas en un texto y conseguir que otros disfruten de esas mismas sensaciones, entonces es algo efectivamente mágico. Gracias a tí,
Muy bonito relato, Pilar. Y vaya cantidad de frutos maravillosos recolectados que tenía!
Suerte!!!
Muchas gracias por tu comentario, Ricardo. La verdad es que de esos frutos tan especiales sólo se puede recoger uno cada día, pero merece la pena esperar para seguir recolectando. Me alegro mucho de que te haya gustado.
Saludos!!!