SEP64. EN EL MOMENTO JUSTO, de Carolina García
El dolor zumbaba entre los versos del poema que no lograba escribir, mientras el vaso regaba de lágrimas la lustrosa barra del bar.
No se percataba de la multitud que la ahogaba. El bullicio que hacía eco en el vacío de su pecho, le sabía demasiado lejano.
Su mirada se arrastraba a tientas entre botellas y recuerdos, hasta que colisionó de frente con unos ojos negros vestidos de muchacho desamparado.
Se untó las retinas con esa imagen, y le regaló una mueca torcida a las comisuras enfermas que ya se sentaban a su lado.
Él la notó.
Ella desesperó. La vería como una joven con maquillaje corrido, manos convulsionadas y pupilas deshidratadas.
Con un rápido movimiento tomó el abrigo y la desilusión del respaldo del asiento, y caminó apresurada hacia la puerta. Pero antes de llegar al umbral, una mano decidida y estremecedora le timoneó la cintura hacia un deseo diferente.
En la oscuridad de la esquina más estrecha del salón, el muchacho abrigado de ojos color noche le acarició y le acunó el corazón, como si fuese una fruta madura, evitando que caiga y termine hecho trizas.
El bullicio les sabía lejano. Casi inaudible.
Es un relato maestro.
Usas imágenes novedosas, metáforas muy originales y
secuencias con precisión estados de ánimo y tiempo. Los objetos son un personaje más y construyes una atmósfera a la medida de las sensaciones interiores. Me parece perfecto.
Felicidades.
Vaya, Antonia.
Un par de veces comenté relatos que me han gustado mucho y, si bien los halagué con muchos adjetivos, nunca se me ocurrió «maestro».
Aunque me perece demasiado, no tenés idea de la alegría que me da leer estas palabras. Es un placer escribir un relato que pueda gustarle tanto a alguien.
Y me alegra, además, haber podido reflejar bien el dolor insoportable de la soledad, sin caer en las mismas palabras de siempre.
Mil gracias, Antonia, por este regalo. No tiene precio.
Suerte.
Qué bonito, Carolina!!!
Es íntimo…, esa mano decidida y estremecedora que acaricia corazones rotos.
Enhorabuena.
Un beso.
Hola, Inés.
No sabés cuánto me gusta que te guste (me encantan esos juegos de palabras :D).
Muchísimas gracias por sumar tu comentario… esto es más que suficiente para compensar el trabajo (placentero) de escribir y colgar los textos con los que participo, aunque no levanten demasiado vuelo.
Es un placer recibir este obsequio, un lunes tan temprano.
Suerte, Inés. Un abrazo.
Carolina, hace días que vi tu nombre, y estuve tentada de entrar. Estoy siguiéndolos en órden en que se van publicando, pero… reconozco que el título me invitó a entrar y entré. Sin embargo, he querido esperar a llegar a el para comentarlo. LO he leido muchas veces, muchas. Es un texto precioso, maestro dicen arriba, estoy de acuerdo. Habla de soledad, fracaso y dolor de una forma muy distinta, con metáforas estremadamente cuidadas y visuales: el dolor zumba,hacer eco el vacío del corazón, colisionar la mirada… Caer como fruta madura = caida al infierno particular de cada uno… simplemente me encanta, tienes talento.
Hay algunas pequeñas cositas, La primera frase es muy larga, ¿cómo verías el cambio por : «El dolor zumbaba entre los versos del poema que no lograba escribir. Mientras, el vaso regaba de lágrimas la lustrosa barra del bar.»
Me ha encantado, pero… me ha dado miedo la verdad, tus relatos me recuerdan a los míos de hace algún tiempo, no es la primera vez. Supongo que eres más joven que yo (número capicua y par). Te deseo la mejor suerte del mundo. Con este buen sabor de boca y empezando a pensar en que igual si que tengo un alma gemela -al menos literariamente hablando- al otro lado del charco , me voy a dormir. Gracias Carolina, muchas gracias por tu relato, un pequeño tesoro que sabe a regalo.
¿Cuáles serán las mejores palabras para responder a esto, María? ¿O cuáles serán las palabras, simplemente?
Me dejaste muda y con lágrimas en los ojos…
(Extensa pausa)
No tenés idea de cuánto me alegra saber que mi nombre te suena y que te tienta leer mi relato. Y es una satisfacción infinita no defraudarte.
Como expliqué arriba, eso es algo que sólo sentía como lectora. Ahora conozco el placer desde el otro lado, y se siente increíble.
Lo de las metáforas es bastante nuevo en mi escritura. Antes, simplemente, no las entendía. Ahora las practico un poco más, porque realmente me agrada el resultado.
Gracias por tu opinión sobre la primera frase. Soy de complicarme demasiado, a veces, a la hora de escribir. Y por eso doy vueltas, y vueltas, y vueltas. Pero, a pesar de que me dejó conforme, nunca está de más saber qué le parece a quien lo lee, y qué se debe analizar para mejorar.
Y no tengas miedo… las coincidencias entre nuestros textos son mágicas. Demasiado.
Gracias por el tiempo que dedicaste a leer el relato y a escribirme, por tus sinceras y hermosas palabras, por la suerte que me deseas (yo espero el doble para vos) y por estar siempre sumando un trozo de felicidad a mi rutina.
Y como dicen unas valiosísimas palabras: «Gracias María, muchas gracias por tu comentario, un pequeño tesoro que sabe a regalo.»
Un abrazo.
PD: tengo 24 años jeje 😀
Carolina… ya me has dado las mejores palabras: tu propio texto. Sí, en 20 años que nos separan y unos pocos micros leidos veo muchos de mis propios textos, bueno en mejor escritos la verdad, pero la misma idea de relato, ¿magía? quizás, cada vez me convezco más en que hay ciertas conexiones entre personas… Te animo a que sigas con esta afición/pasión cosa que yo hice esporadizamente. Deseo de todo corazón que tengas más suerte y éxitos que yo (bueno no quiero exitos para mi, sólo la paz que me da el escribir).
Me alegra que no te moleste mi comentario sobre la primera frase, acostumbro a decir lo que pienso, me he hecho mayor para andarme con tonterías de falsa educación.
Me quedo con las ganas de 2 cosas; una: oir tu opinión sobre mi micro (por eso de que ultimamente escribo más sencillo en las formas y sobretodo por pasarlo por el espejo)y dos: volver a leerte en octubre.
Muchos más abrazos, eso si digitales.
¡¡¡Guau, María!!! Mil gracias, otra vez.
A mí también me llama mucho la atención la similitud de los temas que tocamos, la manera esporádica y la pasión con que lo hacemos y, sobre todo, la exactitud con que describís la hermosa sensación de escribir y mostrar el resultado: «no quiero éxitos, sólo la paz que me da». Siento exactamente lo mismo.
No, no me molesta en absoluto tu comentario. Yo también soy bastante sincera (otro aspecto que compartimos), así que me parece perfecto.
Lamento enormemente no poder leer todos y cada uno de los textos de este blog, pero se me complica un poco sin una computadora en mi casa. De todas maneras, voy a pasar por el tuyo, María. Después te cuento (no sé si esta noche jeje).
Y sí, yo también quiero que nos crucemos en octubre, pero la creatividad (la mía) dirá qué sucede.
Gracias por todo, María. Y suerte.
Abrazos y besos digitales, pero cálidos. Muy cálidos.
Carolina, después de maría poco se puede decir.
Yo te digo que si con 24 años (el jeje sobra que das envidia ) escribes así, en poco tiempo serás tú la enseñes.
Un beso.
¡¡¡Cuánta razón tenés, EPÍFISIS!!!
En lo de María, me refiero. Hasta mi teclado se quedó mudo.
Pero en cuanto a la envidia… vas a llevarte un chasco. Son pocos años en número pero si me escucharas, me creerías una vieja: gruñona, dolorida y aburrida. Aunque algo bueno queda, es sólo que no le saco el brillo suficiente.
No tengo nada para enseñar. Los textos que escribo son fruto de mucha paciencia, lecturas, relecturas, correcciones, relecturas… Nada que ustedes no sepan y practiquen en cada escrito. En realidad soy yo la que debe seguir aprendiendo. O, por lo menos, en mayor medida 😀
Muchas gracias por pasar, EPÍFISIS. Y perdón por ese jeje en la edad. No fue con ninguna intención, es sólo que no quería que suene como un Currículum Vitae
Un beso para vos también, y mucha suerte.
Carolina, tus descripciones resultan poéticas y sencillas. Muy bonito. Suerte.
Muchísimas gracias, Calamanda, por tu comentario.
Me alegra mucho que las descripciones resulten poéticas, porque es algo que busco inevitablemente.
Me encanta que te guste, y que me desees suerte.
Mucha suerte para vos también.
Un saludo.
Un micro muy bonito, Me ha encantado.
Suerte, Carolina.
Hola, Ricardo.
Vaya, ¡qué alegría encontrar tu comentario! Sumaste nueve palabras que me alegran muchísimo la mañana, la semana, el alma…
Me pone feliz que te haya gustado. Te agradezco por comentar.
Mucha suerte para vos también.
Un beso.