49. COMO LA GRACE KELLY (Jesús Alfonso Redondo Lavín)
─ Un nuevo día de primavera. Este año será diferente. Mi suerte va a cambiar. Siento que la fortuna me ronda. Me escogerán en el casting. Luciré modelos de modistos ilustres. Se enamorará de mí un futbolista famoso o un actor de moda o un político con futuro. Nadie tiene la elegancia de mis andares. Seré la reina de las pasarelas. Seré portada de revistas del corazón. Viajaré al otro lado del mar.
─Que me dé el sol en la garganta, en el sitio en que se juntan mis clavículas, en ese hoyo donde dicen que anida el alma. Que el aire del mar llene las branquias de mis pulmones. Soy un pez volador sobre lagos azules.
─ Irene, espabila, que vas atrasada ─tronó la voz autoritaria de la gobernanta.
Vuelta a la realidad. Otro día más y la leche de las ilusiones derramada por el suelo y la herrada caída, rota, desvencijada de tablas y herrajes.
─Lagos azules, sí, azules. En mi vida solo habrá un lago, el que llena el cubo de esta fregona. Camarera de piso, una kelly de 400 habitaciones al mes a dos con quince euros cada una, con horario de entrada pero no de salida.
La realidad puede ser muy cruda, pero soñar, de momento, es gratis y sirve para evadirae, aunque sea de manera virtual, durante un rato al menos.
La situación de las camareras de hotel es injusta y bien nerecen un homenaje como éste.
Un abrazo, Jesús. Suerte
Esas frases cortas, ese vuelco de ideas, esas palabras escogidas entre sonoridad y ritmo, ese final adrenalínico que se avecina y presiente…
Muy bueno, me ha gustado, lo sigues y lo consigues.