SEP54. DÉJAME MARCHAR, de Roberto Bracamontes
No puedo ser como tú quieres que sea. Soy pájaro libre a quien pretendes enjaular. Si me encierras dejaré de cantar. Si me retienes poco a poco moriré…
Es mejor que vaya y vuelva a cantar a tu ventana cuando menos te lo esperes, a ponerte risas en la cara y darte besos en el pelo. Déjame que te quiera como soy, no como tú pretendes que sea. Suelta mis cadenas y que pueda bailar y llevarte a recorrer el mundo conmigo. Y mientras… Y mientras… yo no quiero que me esperes, quiero que sigas viviendo con todo lo que has aprendido sobre tu valía, con los rayos del sol, los mares, las nubes acogedoras, en la cabaña que te construí o en el barco velero que por ti creé. Así nacerán todos los retoños que salido como fruta madura de nuestro interior y que ya saben volar.
Somos ricos en frutos pero tú los has olvidado en tu afán imparable de tenerme a tu lado y así lograrás lo que jamás pudiste imaginar. Que el león se coma a la oveja a quien nunca debió perdonar la vida, con la que nunca debió soñar y menos aún amar.
Amor espistolar con final trágico. Bien, Roberto!
Suerte, apañero!
Gracias por comentar, Vidal.
Así suelen ser los grandes amores epistolares.
Suerte para ti también.
Muchisima suerte, un privilegio tener de rival relatos como estos…
Un saludo
Es uno de los mejores halagos que me han hecho. Gracias, Nicolás. Suerte con el tuyo que también es un digno rival.
Tremendo relato. Tiene mucha fuerza por lo que dice y por lo que calla. El amor que ahoga el amor, o así lo he entendido yo. En el trasfondo me parece adivinar una vieja deuda, que ahora amenaza con tragárselo todo. Es un relato vibrante, lleno de movimiento (pájaro, cantar, risas, bailar…), y a la vez de estancamiento y deseperación (enjaular, cadenas). Me gusta «Déjame que te quiera como soy…», que encierra toda la esencia de la historia. ¡Mucha suerte!.
El déjame que te quiera como soy es un grito desesperado que no me pertenece, sino que nos pertenece a todos. Es tan difícil ser uno mismo siempre, que cuando al fin lo consigues, es desesperante que nuestro amor nos exija comportamientos que nunca han sido propios de uno mismo.
Gracias por comentar y dejarnos ver tu punto de vista sobre mi relato. Encantado de conocerte.
Suerte con tu relato, Mª Carmen.
Un canto a la libertad, deseos de disfrutar de un amor regado de pasión, sin la obligación de hacer los «habitual», sin que el león se tenga que comer la oveja… algo que vá más allá de lo cotidiano y libertad… un verdadero «Juan Salvador Gaviota». Me ha gustado muchísimo, por su frescura, por su sinceridad, por ese deseo de volar sin ataduras.
El verdadero amor es libertad, libertad en todo momento, así se asen y se sostienen las cosas, con la impresión que quedan en el corazón. Las razones por las que uno vuelve siempre que es libre.
Gracias, Inma, por tus comentarios siempre tan elogiosos y frescos, tan razonables y optimistas.
Suerte, con tu relato que aún me falta comentar.
La historia interminable; «yo te amo tú me amas, eres mía y yo soy tuyo» craso error, muchas veces evitable, si pensáramos de verdad que la pareja la forman dos personas y no una. Lástima que siempre una sola de las partes sea la lastimada.
Un micro que evoca todas esas sinrazones y que sin lugar a dudas serían evitables si fuésemos menos egoístas y no quisiéramos encadenar a los que amamos, queriendo meterles en una jaula (aunque esta sea de oro y diamantes).
¡Muchas suerte, Roberto, muy buen micro!
Gracias por tus opiniones, pero yo creo que en cualquier amor, si es verdadero, ambas partes sufren cuando se acaba. Ambos son lastimados. Eso es lo malo de las jaulas aunque sean de oro y diamantes.
Pero somos humanos y amar y poseer se solapan muchas veces.
Que tengas mucha suerte, Frank con tu relato.
Es un buen relato, Roberto. Es tan equivocado el concepto de amor-posesión que desgraciadamente se da en todas las escalas, en el amor, en la amistad y hasta en el trabajo. Y lo que parece que no nos damos cuenta nunca es de que amar-convivir-casarse no es para cambiar a nadie ni tampoco para que nadie cambie, aunque parezca contradictorio.
Es para aceptarse siempre tal cual se es, desde el principio hasta el final, pero sobre todo, durante, porque si uno de los dos o los dos evolucionan, el otro ha de adaptarse de igual manera.
Que tengas mucha suerte, Roberto.
Pienso que en cuanto a la frase de cambie o cambie, quizás quisiste decir no cambie. Porque si no no le encuentro mucho sentido.
Si es así es completamente cierto. No podemos esperar que la gente cambie a nuestro gusto pero tampoco podemos esperar que la gente no cambie nunca y esto último suele darse incluso más que lo primero, como causa de ruptura de los matrimonios de hoy en día.
Mucha suerte para ti, también, Ricardo.
Gracias por detenerte a comentar mi relato. Es todo un gesto que aprecio.
El amor, el amor… sin barreras ni condiciones. felicidades!! Lourdes Gonzalez
Felicidades a ti, Lourdes por entrar a visitar este blog y por pararte a comentar mi relato. Así es como tiene que ser el amor, sin barreras ni cortapisas.
Y es que si el amor no es libre, no es amor. Muy bello, me vi reflejada en el. Suerte Roberto.
Es que es un derecho de todos nosotros. Gracias, Tere por comentar. No sé si has subido tu relato aún pero pasaré a comentarlo.
Y, mucha suerte.
Muy buen micro Roberto, un grito desesperado pidiendo tu libertad , espero que lo consigas, tanto lo que pides como ser finalista. Suerte.
Gracias que lo veas así aunque es pura ficción pero eso significa que he legado a los corazones de las personas con mis reflejos de sentimientos. Me honras. Gracias por pasarte a comentar mi relato. Ya te echaba de menos. Y mucho.
Suerte para ti, con tu precioso y triste cuento.
Roberto, tiene mucha fuerza el micro, mucha, más allá de las palabras, preciosas frases por cierto que encierran grandes verdades, no me repirto los compañeros lo dicen muy bien ahí arriba. La última frase… magistral, dice y calla sí!!!
Gracias, María Elejoste. Me agradan tus siempre interesantes e inteligentes comentarios. Me encanta que te haya gustado y sí, la frase final es el culmen de todo el micro.
Suerte con tu relato.
Roberto, a mí me gusta tu relato, pero salvando la deriva de los que te han comentado antes y que quizás tengan algo de razón, yo veo en el personaje un deje de egoísmo y de golfería para poder hacer lo que quiera y volver cuando tenga ganas. Vamos, un golfo.
Ya me encantaría ser como él, un ídolo.
Un abrazo
Un relato sentimental, como una triste y sincera carta de amor.
Un abrazo.
Roberto, veo claramente una petición de libertad y de ansias de volar. Intuyo que alguien aprieta y el nudo corredizo ahoga, pero también creo que tiene un poco de razón Epífisis y que puede ocurrir que cuando quieras volver ya no haya nadie para esperarte.
Un abrazo y mucha suerte.
Revelador este texto de lo que puede ser el amor mal entendido, nunca debe ser asfisxiante, debe dar libertad como la que pide el narrador. Muy buena frase final.
Besitos