72. DESPEDIDA
Cuando leas esta nota ya estaré lejos. Dejo la casa como la tenías. He cambiado las marinas por tus paisajes y bodegones. Las paredes -repintadas- han perdido sus tonos verdemar; he vaciado la nevera de pescados y la he llenado de carnes y verduras. Me he desecho del acuario y del colchón de agua, reconócelo, los detestas.
Me llevo la foto que siempre intentas ocultar detrás de la tele, esa en la que dices que estoy rara, que parezco una sirena. No te engañes, es un efecto óptico. Sólo soy una bióloga que dejó los mares del norte por amor.
Puede que al principio me eches de menos, pero créeme, es mejor así, nuestras diferencias terminarían convirtiéndonos en extraños.
Deja la piscina y retoma la costumbre de correr por las mañanas, mejorará tu humor. Frecuenta la librería de la esquina, aunque no eres lector puedes ir en busca de un libro de autoayuda, no te servirá de nada pero si lo hará hablar con la librera, he visto cómo te mira cuando me acompañas y es tu tipo.
Postdata: Me llevo la caracola grande y la brújula que cruzó nuestros caminos. Apunta al norte.
Las cosas funcionan o no, resulta así de complejo y de simple a la vez. La vida en común es una apuesta en la que dos se benefician, lo que compensa algunas renuncias individuales. Cuando éstas son mayores que lo que se obtiene aparece eso que llamamos desamor. La enumeración de detalles e indicios que conducen a ello son concluyentes e imaginativos. La mención a la librera y a los libros de autoayuda es de lo más acertada. Esta mujer marina tiene las cosas muy claras y hace bien en tomar la decisión correcta. Como mujer sabia y práctica que es, sabe que la vida es demasiado corta para malgastarla en acciones que no llevan a ninguna parte.
El epistolar es un género en sí mismo. Hay cartas de despedida que se pueden considerar buena literatura. No soy experto en ello, pero estoy convencido de que este relato tuyo merece estar bien arriba en ese apartado.
Un abrazo y suerte, Yolanda
Tu sirena-bióloga sí que es original. Es ella quien renuncia y además se lleva consigo su mundo acuático, a su pesar. Parece que otros cantos reclaman a su enamorado. Y tú has sabido rematarlo con mucha elegancia en esa frase final.
Un saludo y suerte.
Absoluta incompatibilidad de ecosistemas. Genial Yolanda. Suerte
Muchas gracias por comentar amigos. Releyendo me doy cuenta que debí darle unas vueltas más y pulirlo un poco.
Suerte para vosotros.
Besos.
Yo había oido lo de «como pez fuera del agua», pero esto lo supera. Fantástico, me gusta mucho mucho, Yolanda.
Un abrazo y suerte,