90. ME FALTA EL AIRE
Nací sirena. Mi voz y mi cola de escamas plateadas eran la envidia del abismo, donde mis padres, venidos abajo tras la crisis del mero, consiguieron el alquiler de una grutilla a bajo precio. Cansada de tanta miseria decidí pasear por los barrios altos a lucir melena, con tan mala suerte que quedé enganchada en el ancla de un viejo pesquero. El patrón, un rudo marinero, me rescató. En ese instante supe que mi destino estaría ligado al suyo. Me sumergió en una bañera semi oxidada, me llevó al almacén de un cliente suyo y allí, sobre una mesa de operaciones, cortó mi cola y me colocó unas hermosas piernas articuladas. Mis escamas plateadas se embalsamaron y fueron a parar al escaparate de un prestigioso restaurante japonés en Manhattan. Afortunadamente, mi voz quedó recogida en un gramófono antes del corte fatal. Me envolvió en algas para parar la hemorragia y me llevó a su casa.
Ya han pasado quince años. Cada vez que aireo la colcha que nos regalaron por la boda y me reflejo en la cristalera de la antigua fábrica de salazones, me asalta el recuerdo de aquel bondadoso y pobretón besugo de ojos saltones.
Macarena, qué bueno y gracioso; fue el primer amor? Suerte y saludos
Hablamos del besugo? Podría ser… o haber sido. Jejeje!
Un saludo, Calamanda.
A veces nos empeñamos en querer cambiar al otro. Una sirena será siempre una sirena, aunque le injertes piernas.
Buen trabajo, Macarena.
Suerte y abrazo,
A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Así es, Ana.
Gracias por tu comentario. Un abrazo.
El patrón de ese viejo pesquero puede simbolizar la estabilidad, el rescate de una mala situación que había hundido en un abismo a tu protagonista, pero todo tiene un precio y el que ella ha pagado es muy alto. Renunciar a la propia naturaleza es algo que nunca es posible del todo y nada deseable, pues deja un poso de sufrimiento. Ese besugo pobretón y bondadoso debería hacer algo para invertir el proceso, quizá aún estén a tiempo de ser felices.
Un relato lleno de recursos muy bien insertados, de agradable lectura y mensaje claro.
Un saludo y suerte, Macarena
Fantástica interpretación, Ángel! Me alegra que te haya resultado agradable. Muchas gracias. Un abrazo.
Macarena, un relato precioso. El título es de lo más significativo. A esa pobre criatura sacada de su medio natural, amputada su cola y con piernas implantadas, verdaderamente le falta el aire. La miseria la abocó a ese destino fatal. Quizá fue demasiado osada.
Besitos, guapetona. Enhorabuena.
Gracias María José. Fuera del propio ambiente nos falta algo siempre. Léase aire, agua o tierra. El elemento en el que volemos/nademos/corramos de forma segura y agradable. Me alegro que te haya gustado. Un beso de vuelta para ti!