SEP41. MACERACIÓN EN ALMIBAR, de Estíbaliz Dilla Muñoz
-¡Cómo echaba de menos esa sonrisa!- así da gusto volver de las vacaciones. ¿Depresión postvacacional? ¿Quien yo? Si estaba deseando venir a trabajar, donde sino iba a estar mejor mirada, que por esos preciosos ojos azules. Me he convertido en 58 kilos de fruta madura. Cada palabra de elogio que me brindas mi piel la absorbe como si fuera un melocotón con esa pelusilla que al tacto resulta tan grata, y no hace falta sacudirme mucho para caer del árbol de la soledad. Cada palabra la anoto, cada mirada la reflejo y cada vez que tocas mi brazo y me dices que está blandito y fresco, me dan ganas de pegarte un bocado. Nuestras conversaciones de tortolitos son absurdas pero endulzan nuestro día a día. De lunes a viernes aparezco con una sonrisa, sabiendo que la estás esperando, al igual que esperabas mi regreso en septiembre después del calor del verano. Alimentamos un amor eterno que sabemos nunca se consumará, pero es tan difícil renunciar a esa complicidad que creamos en cada frase, en cada risa; es como una droga, no podemos dejar de ingerirla y si seguimos consumiéndola nos hará más adictos, pero nos hace tan felices.
Qué buena adicción, un amor platónico que se vive de verdad. Es extraño, diferente, pero tiene su magia y da ese puntito de sal a la vida que hace que tengamos ganas de vivirla y permanecer en ella. Qué pena que no se pueda consumar.
Suerte, me gustó tu relato Estíbaliz,
Muy real y tierno!! Me ha gustado mucho
Me gusta esa sensación eterna de amor platónico y por eso mismo, eterno. La guinda la pone precisamente el hecho de que nunca se consumará, si se consumase dejaría de ser platónico y eterno.
Suerte, Estíbaliz!
Ay el amor complice … bonito pero me despiesta al leerlo, al principio no tenía claro quien hablaba y a veces hablas hacia el tú y a veces en el yo… he tenido que leerlo varias veces para leerlo, pero reconozco que tiene frases muy bonitas como «complicidad que creamos en cada frase», sólo espero que los amores platónicos sean felices, normalmente acaban en dolor…
anda que yo tambien… he tenido que leerlo varias veces para entenderlo bien digo…
Cuántos hombres y mujeres tienen en su lugar de trabajo un amor imposible pero que hace que el resto de los días tengan un objetivo y un sentido.
Triste pero frecuente.
Un beso Estíbaliz