AGO139. OLVIDO, de Isabel Oliva Yanes
¿Por qué llegará tan tarde? ─piensa mientras se retuerce las manos con impaciencia─ Tiene que cumplir el contrato. Debe venir. Le pagué todo lo que tenía. ¿Acaso es un delito desear la muerte suave y repentina, y no la que me espera después de enterarme que tengo Alzheimer?
¡Quizás se arrepintió! ¡Es imposible! Fue un verdadero “caballero” que comprometió su palabra en el empeño.
¡Dios mío…! ¡Espero que llegase a contratarlo de verdad…!
¡Es atroz! Un sentimiento de miedo irracional mientras la inexorable realidad cae como una losa. Bien estudiado y escrito para relatar esa duda, ese miedo y ese espeluznante final.
¡Que tengas mucha suerte, Isabel! aunque no creo que te haga mucha falta.
Muchas gracias, Ricardo. Siempre tan entusiasta y amable con tus palabras. Gracias y que tengas suerte tú también.
Isabel, me alegra gratamente que estés por aquí. Tu relato me recuerda a Hemingway que se suicido con un disparo a causa de Alzheimer. Enhorabuena por tú maravilloso relato, Sotirios.
Gracias, Sotirios, por la bienvenida. A mi por desgracia no me recuerda a Hemingway sino a personas conocidas que sufren esta terrible enfermedad y que es tan humillante, dolorosa y sobre todo, expansiva, como un cáncer.
Muchísimas gracias por tus palabras y suerte con tu relato también.
Triste realidad la que vive en la actualidad el ser humano, una enfermedad peor que la muerte pues al menos ésta, una vez te llega dejas de padecer, al contrario que la enfermedad de alzheimer, que devora lentamente tus recuerdos,persona, y hasta destruye todo lo que vive a tu alrededor.
¡Mucha suerte, Isabel! Con este micro, me «tocaste» profundamente.
Tienes razón, Frank. Desgraciadamente, a eso me refería también, a que esta enfermedad para el que la sufre es terrible y no sabe nunca cuándo le va a llegar y se va dando cuenta de todo, lo cual es terrorífico. Pero para los que están a su alrededor es desolador. Ver como tu padre, tu madre o tu abuela se descomponen de esa manera. Es abrumador.
Gracias por tus palabras.
Suerte, Isa. Tu relato pese a estar teñido de una gran tristeza que trasciende, es muy bonito. Me gusta mucho. Y está muy bien. Gracias por compartir con todos nosotros y que tengas mucha suerte.
Me alegro mucho que te guste, Arturo. Eres muy amable y tus palabras me llegan al corazón. Gracias a ti por pasarte por aquí, leer y comentar. Que tengas suerte con tu relato.
Me dió escalfríos….que enfermedad tan fea, que incertidumbre, muy bien dibujadas por cierto. Suerte Isabel
Sí, es muy fea e impredecible y, sobre todo, convierte a la persona que la sufre en cualquier cosa menos en persona. Gracias, Tere por pasarte y comentar. Suerte con tu relato.
IMPRESIONANTE y duro, muy duro y directo, muy propio de ti esa manera de escribir, me ha impactado. Mucha suerte, es de los mejores que he leido.
Gracias, Isabelle. A mí me impactan tus palabras. Muchas gracias por ellas. Me suben el ánimo. Suerte tú también con tu relato.
Lancelot, me alegro de que lo hayas leído y que comprendas que un amigo es SIEMPRE UN AMIGO.
Creo que Lancelot se ha equivocado al poner su comentario, Ricardo es más arriba, pero hago mías sus palabras de una amiga siempre es una amiga, y si de algo puedo presumir, es de contar con la amistad de está formidable mujer.Muchos besos Isabel y me encanta verte por aquí.
Una idea que pasa por muchas cabezas, sobre todo cuando existe un final tan duro y difícil de digerir. En muy pocas palabras has logrado, Isabel, dejarnos con esa incertidumbre que está en la mente de la protagonista, ¿acaso fue sólo un deseo?
Corto pero directo. Suerte, Isabel. Me gustó, es de los que ami me llegan.
Gracias, Vidal. Igual para ti. Es un placer que te guste.
Muy dramático y terrible desesperación la que puede enmascarar esta engañosa enfermedad.
Me gusta esta parquedad para una complicadísima enfermedad de la que tan poco sabemos.
Suerte, Isabel.
Gracias por tus palabras, Rodrigo, sobre todo, cuando tú tienes un micro tan magistral.
Tarde pero te lo comento, no puedo decir que me ha encantado porque hablar así de una enferdad tan terrible como el alzeimer solo puede hacerlo alguien que esté cerca de ella…
Enhorabuena por este gran relato…
Saludos