57. Salvando el planeta (Pepe Sanchis)
Llámenle intuición femenina, pero hace tiempo que tengo la certeza de que esta nueva obsesión de mi marido no acabará bien. Me lo acabo de encontrar llorando a moco tendido frente al televisor, donde Piqueras ha informado al mundo mundial del feliz nacimiento de un bebé gorila en el zoo de Sebastopol. Dice que es la mejor noticia que le han podido dar en toda la semana.
Y es que desde que lo prejubilaron lleva dedicando todo su tiempo libre, que es mucho, muchísimo, yo diría que demasiado, a informarse sobre todo lo relacionado con el calentamiento global y la desaparición de animalitos protegidos. La otra noche me confesó que sufría mucho por el deshielo del casquete polar. Aprovechando la ocasión le lancé una buena indirecta, pero no se dio por aludido. Está seriamente preocupado por los osos polares y su futuro.
Entonces me acordé de Manolo, lo más parecido a un oso y/o gorila que conozco, y hemos quedado a esa hora de la siesta cuando echan los documentales de la 2. Al fin y al cabo, la reproducción de la especie humana también es un asunto preocupante…
Tu protagonista dedica tanto tiempo a preocuparse por el planeta entero, que olvida su propio ecosistema, al que descuida. Menos mal que su mujer está en los detalles e intenta poner remedio a las carencias en el hábitat que comparten. La naturaleza, personificada en ella, siempre es sabia y busca el equilibrio.
Divertido y bien contado, Pepe
Un abrazo
Gracias, Angel. Todos debemos estar preocupados por el futuro del planeta, pero cada uno a su nivel, claro. Mira la cara que se le ha quedado a la pobre mujer…
Muy divertido, Pepe.
Esa mirada irónica tenía que ser femenina, sin duda. El exceso de información ya tiene nombre: infoxicación y resulta patológica. Tú lo cuentas con mucha gracia y buen hacer.
Suerte y abrazo
Gracias Anna. Me alegro de que te haya gustado. Abrazos.
Pepe, con humor todo se lleva mejor; incluso un marido así. Suerte y saludos
Pues sería un buen lema «salvemos el planeta con humor». Saludos, Calamanda.
Divertido, ocurrente, fresco… Es muy difícil llegar al registro humorístico, y lo consigues. ¡Me encanta!
Es un clásico: nos reímos de los males de otros. Y debajo noto dolor en el vacío de la prejubilación. Dolor por otros, también. Bien contado.