UNA INSPIRACIÓN… SIN NADA DE POESÍA…
Y eso que sé que el mar va a por mí. Naci avisado. El día que vine a este mundo, el temporal estuvo a punto de reventar la puerta de casa. No es una exageración. Entró de golpe por la bocana y deshizo la flota de cerco de Malpica. (…)
Los de tierra tienen ideas muy peregrinas sobre el mar. Le hacen poemas y cosas así. Pero yo, con el mar, ni palabra. Él ahí y yo aquí. Cuando trabajas hay que vigilarlo de reojo, haciendo que lo ignoras, con todos los sentidos al acecho. Porque al mar no se le vence nunca. Sólo puedes entretenerlo o huir. En cuanto compre mi Sirena, le daré la espalda para siempre. Adiós, tiburón.
En esos versos de señoritos tratan al mar de amante y cosas así. Tonterías. Y afirman esos entendidos del carajo que los pescadores lo tenemos por hembra, y que siempre decimos «la mar». ¡Y una mierda! El mar es un cachocabrón. El mar es una cárcel. Peor que una cárcel.
MANUEL RIVAS. Jinetes en la tormenta (en Ella, maldita alma)
Es curiosos conozco un pescador retirado ya , que opina igual, sera por que se la ha visto con el mar infinidad de veces y en alguna como el cuenta, casi no sale.
Aun asi, que le vamos a hacer nosotros somos pseudopoetas y seguiremos tratandolo con la belleza que nos inspira.
Es tan diferente la visión de quien tiene que lidiar con él mar, a la de quienes lo gozamos lidiandolo.
Es otro puento de vista, orginal y bien relatado
Un abrazo
Manuel, que buen poema, diferente, real casi diría un poema macho.
Un abrazo.