AGO103. EL OJO DE LA SUERTE, de Amparo Martínez Alonso
El azul marino desborda de amor mis pupilas verdes. Hoy, gota a gota, me lleno de esperanza.
Ayer, desde lo alto del faro me creía poderosa. El mar nos respetaba, estaba a nuestros pies. Mi vida discurría como una fácil adivinanza:
—Por el día azul y por la noche todo luz. ¿Qué es?
—El faro —contestaba yo.
—No, tonta: ¡el mar! —me corregía, orgulloso, mi hermano Juan.
Juanito era dos años mayor que yo, y había heredado el “ojo de la suerte” de nuestra familia: el ojo azul. Siempre el izquierdo. El derecho podía ser verde (como los dos míos) o gris (como los de la abuela) o color miel (como los de mamá). Pues nunca, una mujer había tenido el “ojo de la suerte” familiar. Solo los hombres, solo los fareros tenían un ojo azul marino.
Contaban que el “ojo de la suerte” tenía el color del mar porque conocía sus secretos. Por eso cuando, aquella noche, Juan no adivinó la fatídica jugada que ahogó a siete pescadores, la suerte huyó de mi familia.
Hoy, con mi hija recién nacida, mecida entre mis brazos, lloro contemplando su ojo izquierdo: azul marino… Y espero, ansiosa, que abra el otro.
Tu micro desborda imaginación Amparo. Este ojo azul te traerá merecida suerte.
Un fuerte abrazo.
Yolanda, leí tu hermoso homenaje. Necesito muchaaa suerte con el elevado nivel de tantos relatos amigos que acabo de leer.
Este blog se está convirtiendo en una competición literaria en toda regla…
Un besoooo a 36ºC
Un relato contado al revés que nos lleva comprender el don masculino familiar y el giro final, con esa esperanza de que la hija se incorpore al mundo de los fareros. Bonita historia y tristemente azul.
Don Javier, Ximens, gracias por sus palabras.
Estoy poniéndome al día, y está resultando muy gratificante. Este calor no ha frenado la creatividad en Esta Noche te Cuento…
Ximens, he leído cosas muy buenas tuyas.
Un besoooo
Pues no había llegado antes hasta aqui, aunque sospechaba que los azules que llevo leyendo por los blogs tendrían algo que ver.
Tu ojo de la suerte no te fallará. Seguro.
Buen texto Amparo.
Hola, Enmascarado. Me alegra que hayas venido de mi mano. Pensaba que ya conocías este blog literario, pero nunca es tarde: ¡otro amigo más!
Un besooooo, amigo.
Me gusta la originalidad del relato, el juego con los colores, y la destreza en utilizar los ojos para narrar un drama.
¡Ojala esa niña rompa con la tradición familiar!.
Bella historia, y triste también.
Un abrazo Petra.
¡Ojalá!, querida Laura. ojalá no hubiera discriminaciones por sexo, ni por color de piel, ni por nada. Ojalá, la tradición se basara en la igualdad…
Besooooos
Amparo, tanto esperar tu relato y ya soy el quinto, todos aguardando. No defraudas, la descripción de los colores familiares de los ojos encandila. Muy bonito.
Un beso
A veces, cuando leo un comentario tuyo sin ninguna «gamberrada» me asusto 🙂
Pues, vale, me alegra que te haya gustado, don Alejandro.
Besooooos tórridos (casi a 40ºC)
Amparo: el cuento es extraordinario, como todo lo que leo tuyo. Espero que tengas suerte. El azul es un buen color con el que iluminar una fantástica trayectoria.
Besos!
Hola, Paloma. Un gusto verte por aquí. Ánímate a deleitarnos con un relato tuyo.
Gracias.
Besoooos entrañables.
Este relato me ha encantado. Es original y fresco, y el texto fluye suavemente hasta llegar a ese final incierto, aunque esperanzador.
Suerte, Petra.
Un abrazo.
MJ, lo que resulta encantador son tus palabras. Muchas gracias. Me alegra muchísimo que te haya gustado.
Un besooooo grande.
Petra Acero:
Gracias a tu relato, me informé sobre esa creencia asociada al ojo azul, pues nunca había reparado acerca de esa creencia ni sus amuletos raros.
La trama de tu texto está muy bien elaborada y tiene un final abierto, lo que deja esa sensación de la incógnita no revelada. Eso me agrada.
Es muy bueno lo que has presentado y tiene una gran posibilidad de ser favorecido en este mes.
Un gran abrazo.
Arturo, como señalas, la creencia del ojo de la suerte está muy extendida, sobre todo en Turquía. En julio, mi hermano estuvo en Estambul y le trajo un ojo azul de la suerte a mi madre… Yo no lo vi, pero ella me lo comentó por teléfono (como siempre). Yo creo que el cerebro, y sobre todo el subsconciente, no dejan de actuar… Luego creemos que las musas nos van dictando…
Muchas gracias por este comentario tan generoso.
Un besooooo desde nuestro verano tórrido hasta Argentina.
Petra, ha valido la pena esperar para para poder leerte. Enhorabuena por el relato.
Es muy triste y también cuenta una realidad que a dia de hoy todavía persiste, pues en algunos lugares el hecho de nacer mujer determina cruelmente su destino.
El final me ha dejado expectante.
Que tengas suerte, un saludo
Gracias, José Angel. Todas las discriminaciones son malas, aunque sean familiares, reducidas a un pequeño entorno. Por eso cualquier atisbo de esperanza es siempre esperado con ansiedad…
Un besooooo grande.
(tengo que buscar el tuyo)
Bello tu relato, Petra, con sabor de leyenda. Y con un final muy poderoso en esa imagen de la madre contemplando a su hija recién nacida y esperando ese milagro.
Un gran trabajo. ¡Suerte!
Besitos
Gracias, Ely. Ya es un premio leer tu comentario.
Como acabo de escribir en mi blog, «Esta Noche te Cuento» se está convirtiendo en una actividad literaria para compartir más que para competir, y eso estimula. Me parece un logro bueno, muy bueno.
Besoooos nocturnos: un poco más fresquiitos.
Petra veo que eres competitiva, ademas hay que tener mucho para dar en estos lugares, me encantó tu manera de narrar, suerte, ya estas a medio camino del primer lugar, entraría al concurso pero no quiero arrebatar tu lugar, ja ja ja ja:
Un abrazo amiga y mucha suerte.
Petra, tu relato tiene mucha fuerza, rompe los moldes y trae una historia extraña y original, muy bién narrada. ¡Felicidades!
Un abrazo.
Paloma, cómo puedes escribir un cuento con inicio, desarrollo, y desenlace con tan pocas palabras, es impresionante. Con nuestra imaginación podemos hacer lo que queremos, viajar, ser príncipes, héroes, etc. Gracias por deleitarnos con tus preciosos cuentos.
Un fuerte abrazo maestra, Sotirios.
Perdona que me equivoqué con el mensaje, se lo quería enviar a Paloma Hidalgo y por equivocación te lo mandé a ti.
Y yo lo vuelvo a leer aquí y me vuelve a hacer la misma ilusión Sotirios.
Un abrazo
Paloma Hidalgo
Amparo, me cruzaron lo cables, perdona por la equivocación de nombre. Sotirios.
Amparo, los griegos llevamos un ojo azul, es para protegernos de la envidia de los demás. Yo personalmente lo llevo siembre encima. Tu cuento es precioso, leyéndolo es como lo estas viviendo. Pero el desenlace es que más me impresionado. Te deseo mucha suerte, Sotirios.
Magnífico relato con sabor a mar y a incertidumbre. Una historia llena de detalles, muy bien desarrollada.
Enhorabuena y suerte.
Un abrazo,
Hola, Amparo, yo sí sé porque llora la madre: de ahora en adelante los nuevos miembros atraerán la desgracia y la mala suerte con su único ojo azul; la buena suerte dio un giro cuando el hermano por negligencia o sobre confianza dejó ahogarse a siete pescadores. Un final abierto que va a contar una nueva historia de fareros malditos.
La suerte dicen que es caprichosa, que va y que viene, y eso hace tú con tus letras, nos conduces arriba -o abajo-y nos conviertes en cómplices. Me gusta tu historia.
ah! ¿Espero que no te moleste que haya contestado a Sotirios también desde tu espacio!
Un guiño, con la intención de enviarte suerte. Aunque un relato tan bueno no la necesite.
Paloma Hidalgo
Muy imaginativa la historia del heredado ojo azul. Espero que con esa niña se rompa la tradición.
Un abrazo Amparo
Muy buena la historia y cómo está escrito, crece en la lectura y lo redondeas al final. Felicidades Paloma.
Perdona Amparo, te llamé Paloma.
Gracias, muchas gracias a todos.
Tuve que marcharme unos días por un tema familiar grave… Pero ahora os agradezco todos vuestros comentarios.
Sotirios, no pasa nada por esa equivocación tan bonita y agradable; además Paloma es un nombre precioso. Hasta a Rosa le pasó lo mismo. Yo, encantada que me confundáis con Paloma.
Besossss a todos.
Bonita historia y muy, muy buen y tierno final. Espero que el tema familiar se haya resuelto bien.
Un beso, Amparo.
¡Felicidades, Petra! Muy buen micro y merecida mención.
Saludos cordiales