AGO98. CITA, de Virginia González Dorta
-¿Nos vemos en la roca?, preguntó un pulpo.
-No, mejor, en el sebadal, contestaron las samas.
Allá se fueron todos.
Se movían las algas en una danza lenta y sensual, azul y salada. Los peces jugaban a enroscarse entre ellas, y los pulpos, con sus ojos enormes, escribían a ocho manos sobre el fondo marino.
Los hombres, silenciosos, se acercaban.
Terminó la fiesta, acabó el juego, pulpos y samas brillaban al sol, donde nunca pensaron encontrarse.
!Por fin algo realista! 🙂
Mucha imaginación en tu historia y muy buena descripción de la atmósfera marina.
Me gustó la frase «Se movían las algas en una danza lenta y sensual, azul y salada» y visualicé al pulpo escribiente.
Suerte.
Gracias, Antonia.
Un beso grande.
Visto así, el relato es triste. Lástima de la cadena alimenticia y el que la inventó. El micro es muy visual en esa danza submarina y ese escribir a ocho manos. Buen trabajo, Vir.
Gracias por la palabra «sebadal». Veo que es palabra «canaria».
Ahora, según las noticias, los pulpos canarios van a poder repostar tinta a sesenta kilómetros del «Chinijo».
En cuanto al relato, muy sugerente.
Moraleja: Construiye tus amores en roca, que los sebadales están llenos de «sedales».
Un saludo.
Ximens, un piropo de tu parte es un lujo muy placentero. Gracias y besos
Hola Jesús.
Muy ocurrente lo del reposte. Si sale,los pulpos y las samas tendrán que emigrar…entre otros.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Los pescadores son unos insensibles, los chernes y las viejas se quedarían llorando, mientras el bocinegro chillaría cabreado.
Muy buen relato Virgi.
Un beso
¡Ah, las viejas! se ve que conoces, Epífisis.
Un abrazo y mi sonrisa
Virgi, si digo que conozco y entiendo voy a tener mas fans.
Un beso
Ja ja, estupendo, besos
Muy dinámico y original, enriquecido con alguna palabra que no conocía.
Un abrazo.
Me encanta tu visita, Susana, un abrazo fuerte.
Virgi, me ha gustado tu micro. Dos realidades enfrentadas en un rápido juego. Esperemos que las necesidades humanas no terminen con la vida en el mar.
Un besoooo.
Amparo Martínez A.
Aquí podríamos decir aquello de: «Los caminos del Señor son insondables», pero no sé si serviría de mucho. Te dejo un beso, me gustó esa cita aunque la mano del hombre (como siempre) la truncara.
Gracias, Petra, María.
Besos a las dos
Una cita marina muy imaginativa…
Un buen relato, me ha gustado un montón
Besicos salados amiga.
Un besito, Cabopá. Y gracias por venir.
Muy bonito relato, Virginia. ¡Qué lástima que la fiesta termine de este modo! (a causa de los humanos…) Muy imaginativo.
Un abrazo.
Montón de gracias por tu visita, Nicoleta. Te abrazo también.
¡Qué triste, pero muy real! Me gusta, es un texto muy visual.
Besitos
Elysa, gracias, me encanta tu comentario.
Un abrazo