AGO76. DONDE HABITA ÉL, de Miguel Pereira Rodrigo
Se despierta sobresaltada. Levanta a su hija. Desayuno compartido. Carrera por la Calle Soslayo hasta la escuela. La niña corre libre entre rejas y ella sobrevuela con la mirada sus pies; veloces fotogramas la transportan al trabajo. Teléfono en mano; llamadas; voces familiares; vellos de punta; espalda encorvada; refugio entre cigarrillos; algún que otro contrato; horas dilatadas y de nuevo al colegio. Con su hija de la mano, dos pasos por detrás, llegan con premura al portal llave en mano. Otea los costados; cerradura esquiva; puerta abierta; subida con tropiezos y en el piso, relajación. Juegan, ríen, se miran… cae la noche; cenan; tres pestillos; aparador de barricada y a dormir. Clavada entre sus cejas sueños de color azul… oscuro, casi negro. Murmullos insomnes, ruda cara conocida; ceño fruncido; una mano levantada y discusión. De nuevo su insignificante cuerpo al borde del precipicio. Un empujón; aire frío en la espalda; agónico descenso; cruel carcajada en estéreo acentúa la caída y ¡PLAFF!… se despierta sobresaltada…
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Dura vida, difícil de olvidar, pero ya está en el camino, aunque los sueños se empeñen en prolongar la vida.
Buen cierre.
Suerte.
Gracias Antonia. En ocasiones el peso de lo vivido resulta demasiado plomizo. Pero siempre hay que caminar.
Una perta.
Es muy difícil iniciar una nueva vida cuando los fantasmas de la anterior acechan en cada esquina, en cada mirada, en cada pesadilla…ella lo está consiguiendo como miles de mujeres cada día.
Y es muy difícil describir con pocas palabras el miedo, la angustia…aquí lo haces muy bien. Enhorabuena corta.
Gracias anónimo, me alegro que te haya llegado un poco de la angustia que padece esta mujer que intenta caminar con un gran lastre: los fantasmas del pasado.
Una perta.
Me gusta esta apuesta. Es atrevida y toca un tema dificilisimo de contar sin caer en los estereotipos de siempre.
Mucha suerte y un abrazo.
Gracias Laura, he intentado ponerme en la piel (desde la empatía más sutil) aunque entiendo es imposible. De todas formas, gracias por tu comentario, como siempre te digo, es una suerte tenerte a pie de micro.
Una perta.
Enhorabuena por la selección del mes anterior. El micro lo merecía. En este me gusta el estilo narrativo, muy bueno también, aunque puestos a elegir me quedo con el anterior.
Te estás convirtiendo en un gran especialista de micros.
Un abrazo
Gracias hombre. Es todo un placer esas palabras viniendo de ti. Supongo que dentro del generoso piropo siempre se esconde algo de corriente.
Una perta gorda. Y a seguir con la buena prosa.
Miguel, he vuelto a leer el micro del mes pasado y con tu nombre, vuelvo al de este mes y reconozco que te involucras y tocas temas incómodos.
También me ha gustado.
Un abrazo
Gracias Epífisis. Supongo que desde la comodidad de una vida suficientemente relajada siempre se puede aportar un grano de arena, que señale hacia lugares sombríos, para que poco a poco (entre todos) la luz permita arrinconar tanta oscuridad.
Una perta.
Muy buen título, y me gusta la manera en que abordas un tema tan cruel y demasíado habitual. El final por lo menos aunque agónico, por lo que implica, parece decir que él ya no está.
Besitos
Si, bueno, parece que no está físicamente con ella. Pero eso no quita para que lo tenga presente en todo momento, que no es tan malo, pero a nivel psíquico debe ser agotador.
Una perta y gracias por tu comentario.
Gracias Ana, es un placer encontrarte por aquí, aparcados, enterrados y sepultados los malentendidos. Supongo que cuando has vivido situaciones de maltrato, librarte del lastre que supone el miedo, está mucho más lejos que una simple orden de alejamiento.
Una perta y gracias por tu visita. Suerte a ti también.