56. Fruta verde sobre fondo de plástico
Sentada en la rama se mira los pies sucios. Más abajo, el plástico que cubre los invernaderos ondula como un mar caliente. Con la memoria del mar llega la de su madre. La de sus manos, que le trenzaban el cabello; que trenzaron la pulsera de cuero que abraza su tobillo derecho; que ahora ―está segura― trenzan algas, porque eran inquietas y no las habrá podido detener aquella noche de mar en cólera. En cólera como el encargado, que al principio le regalaba los tomates más dulces; que le regaló la pulsera de plástico que se le clava en el tobillo izquierdo; que hoy le ha regalado unos arañazos en las muñecas cuando ella se le ha escurrido entre las garras.
Se quita las lágrimas a manotazos y se lame los rasguños, como si a lametones pudiese arrancarse las capas de arena y tierra amontonadas sobre su piel tierna. Piel de fruta que allá los hombres consumen aún sin madurar, que aquí consumen madurada a destiempo bajo toneladas de plástico.
Fruta verde que a veces cede a su propio peso, cae y va pudriéndose en el suelo, entre pies sucios y restos de plástico comidos por el sol.
Qué bien contada esa pequeña gran vida, Ana. Una delicia siempre leerte. Gracias por compartirtlo.
Pequeñas grandes vidas que algunos explotan en beneficio propio. Muchas gracias, Belén, un abrazo.
¡Con qué maestría nos cuentas tantas historias, a cuál más desgarradora!
Excelente.
Besos y suerte.
No es mi intención que sean desgarradoras, pero a veces salen así porque la realidad que las inspira también lo es. Muchas gracias y un abrazote, Rafa.
Impactante, triste y veraz. No se puede contar mejor.
Muchas gracias por tus palabras, Fernando. Un abrazo grande.
Muy bueno Ana , como siempre. Muy bien traido ese plástico que ondula como un mar caliente
No terminaba de ver un mar debajo de esos pies. Muchas gracias, Arantza, un abrazo.
Enhorabuena por la historia, por como la cuentas, en papel lucirá más.
Besos.
Uy, pues no está difícil llegar al papel ni nada…Muchas gracias por tus buenos deseos, Yolanda, abrazos.
Gran texto, Ana… dicho está todo sin que sobre ni falte una sola palabra.
Si le damos un par de vueltas seguro que encontramos alguna palabra que sobra, que falte mejor no, porque tiene casi 200, creo recordar. Muchas gracias, Dominique, besos.
Qué bien pintas con palabras el lienzo triste de una vida terrible y, lamentablemente, tan real. Felicidades. Un beso.
El texto tiene título más de cuadro que de relato. Me pareció que reflejaba bien la idea contenida en la historia, la de una «naturaleza muerta», una «fruta» lista para consumir apenas acabada su niñez. Muchas gracias, María José, besos.
Ana, excelente relato. Qué dolorosas imágenes se producen bajo ese mar de plástico caliente.
Enhorabuena y mucha suerte.
Besos apretados.
Seguro que esos plásticos calientes en la vida real cubren historias de desolación. Muchas gracias, Pilar, un abrazo.
Ana, preciosa historia y fenomenal forma de contarla. Suerte y saludos
Muchas gracias por pasarte a leer y por tu comentario, Calamanda. Besos
Precioso Ana!Como siempre,hacia tiempo que no te leía impresionante!Un abrazo.
Qué sorpresa verte por aquí, Ana. Muchas gracias por tus palabras y por leer mis relatos de forma tan positiva. Besos.
Me gusta y mucho la manera en que narras esta triste historia.
Abrazos cálidos.
Me alegro de que te haya gustado, María. Muchas gracias por leer y comentar, un abrazo.
Qué bien contado, y qué buen ejercicio de estilo. El relato es como la cadena de la pulsera en el tobillo, con eslabones engarzados unos con otros. Me ha gustado mucho esta forma de contarlo; me gustan las repeticiones continuas (cuántas veces huimos de ellas como de la peste, y sin embargo, qué bien usadas aquí, dando ritmo al texto), las imágenes, fuertes y claras, y la historia. Enhorabuena!
Cuando escribo tiendo a esas repeticiones y a «engarzar», como tú bien dices. Parece que es parte de mi forma natural de contar. Muchas gracias por tus palabras, Eduardo, un abrazo.
Ay Ana, una verdadera joya. Es desgarrador. Tremendo. Merecido ganador. Un beso.
La verdadera joya del mes ha sido tu corazón en los pies, y creo que en eso estamos todos de acuerdo. Muchas gracias por tu generosidad y un abrazo, Mar.
Simplemente genial Ana.
Enhorabuena pero merecida selección.
Me encanta leerte.
Un abrazo
Es muy satisfactorio que los demás disfruten lo que uno escribe. Muchas gracias por tu comentario, Eli, un abrazo.
Un texto corto que nos traslada a los recuerdos de una vida muy dura. Un microrrelato muy hermoso y terriblemente triste.¡Enhorabuena!