71. Creación
Acababa un viaje de años y él lo sabía. Aquel era un día especial y no como esos otros en que vino a llorar aquí, pero sería el último. Aparcó sus grandes manos sobre los húmedos maderos y echó sus hombros hacia atrás, el torso totalmente recto y sus interminables piernas estiradas al infinito, completamente desnudo. Decían sus amigas que era la postura perfecta y siempre quiso tomar el sol así. Aquellos primeros rayos solares recorrían ya sus facciones y toda su piel palmo a palmo, sentía perfectamente como la calentaba y la doraba.
Respiró profundo el salitre y por primera vez sintió paz y sosiego. Él había vertido aquí vejaciones, vacío, soledad y hastío, pero ya no. Hoy termina todo, piensa, catarsis finalizada, y ríe. Pasa largo tiempo, así, tomando el sol. Después abre los ojos, se levanta, no recoge su ropa, solo lleva en la mano un ligero pareo y comienza a caminar.
Atrás va dejando aquel inmenso mar de prejuicios y dolor, un mar engordado con sus propias lágrimas. Hoy comienza todo, fin del reseteado. Ahora, ella camina segura, orgullosa y con paso firme, pero contoneándose completamente desnuda.
Cristóbal, bello este nacimiento cargado de esperanza. Suerte y saludos
Gracias Calamanda por tus palabras, un saludo.