78. Un curioso tratado del siglo XVIII sobre la importancia de los pies (Carlos Sánchez)
Del “Tratado sobre la importancia de los pies, uso debido y cuidado esmerado”, escrito hacia 1732 por el dominico fray Manuel Blany, no se conserva ejemplar alguno. Sin embargo, tenemos noticia de su existencia gracias a una carta que el Marqués de Picos remitió al dominico agradeciéndole su dedicatoria.
El noble alaba algunas de las frases del texto. Considera un laudable acierto que fray Manuel defina los pies como “la base sobre la que se asientan la dos columnas que sostienen el cuerpo, templo del alma”. Entiende de gran provecho que “así como la imaginación tiene alas, los pies pueden llevarnos allá donde queramos, incluso a La Liébana”; y la advertencia de que “hay que ser cuidadoso para no transitar por caminos tenebrosos que lleven a la perdición”.
El dominico resalta que “los pies pueden ser motivo de alegría al rozarles suavemente con una pluma de ganso o de otra ave”. Según advierte, “nunca deben ser arrastrados, sino ligeramente alzados al caminar”, ello “evitará tropiezos y caídas”, pero en tal caso “son los benefactores pies los que nos ayudan a erguirnos de nuevo”. Algunos estudiosos, no todos, opinan que de ahí proviene la maternal conminación: ¡no arrastres los pies!
¡Cualquiera sabe cómo andaríamos hoy si no hubiera sido por el tratado de fray Manuel!
Buen relato, Carlos.
Suerte.
Por algún camino tenebroso directos a la perdición 😉
Muchas gracias, Rafa
Ahora sabemos de dónde viene la frase:no arrastes los pies.
La curiosidad enseña,siempre
Dicen los entendidos que la curiosidad es consustancial al ser humano, y estoy de acuerdo en eso y, contigo, en que «curioseando» siempre aprendes algo.
Muchas gracias, Manuela.
(Las flores y tus sonrisas me alegran mucho)
Suerte. Sonrisas y flores.
Manuela
Muy divertida y ocurrente está propuesta tuya que nos ilustra sobre los pies, esa compleja estructura que nos arraiga al suelo.
Sabía que volverías, Carlos. Mucha suerte. Nos leemos.
Con los pies en el suelo y la mente imaginando.
¿Cómo no iba a volver? Ya sabes que me marcaste el camino, así que a seguir andando
Suerte para tí también
Carlos, desde el principio al final interesante tu historia. Suerte y saludos
Muchas gracias. Me alegra y anima que te haya parecido interesante