AGO33. VERANO DEL 81, de Juan Torralba Padilla
Baje del autobús con mi sempiterno pantalón corto azul marino que no me quitaría en todo el verano. Como todos los años pasaría las vacaciones en el pueblo. Otra vez a jugar hasta las tantas con los primos, y sestear horas interminables a la orilla del rio, mientras mi padre pasaría las horas muertas en las tascas, y mi madre y sus hermanas se pondrían al día de los cotilleos sobre el Mascachinas y la Gerifalta. Pero ese verano nada fue lo mismo. Mi primo José no jugó con nosotros, se juntaba mucho con la del Molinero, y el resto decían que preferían ir a la calle Mayor, que había muy buenas vistas. Para colmo de males Maria la del Mascarranas, con la que siempre jugaba a Chorromorropicotañoque, no quería jugar, y me miraba raro, aleteando los párpados. Le preguntaba que le ocurría, suspiraba y no decía nada.
Los años, con sus veranos a cuestas fueron pasando. Este año he vuelto al pueblo, con mi mujer y mi hijo. Por supuesto él lleva un pantalón corto azul marino. ¡Ah!, y le llaman el Mascarranas.
Juan, encantador historia de nuestros pueblos de España. En agosto, en Extremadura, la siesta era obligada para las personas y animales.
Entrañable, como los motes heredados.
Un abrazo
Buen relato, real, de los que se viven cada vez que se renuevan las generaciones, y siguen como el cielo, azules e imperturbables, aunque la moda cambie, aunque no se entere uno de los amores ajenos, adolescencia y verano….¿azul?
Lines
Buen relato y real en la historia de muchos pueblos.
Un saludo, Blanca
Aletearan los párpados, o las pestañas, el aleteo surtió efecto. Cómo debe ser. ;-). Felicidades.
Un recuerdo del paso de la adolescencia bien contado. El pensamiento del adulto que vuelve a su infancia y se alegra de ver que todavía queda algo de su niñez (el Mascarranas) y se emociona por ello.
Un abrazo.
El «Mascarranas» es el resultado de los alados parpadeos. Eso sí, creo que los pantalones eran de buen tejido y ahí siguen.
🙂
Un relato que nos lleva de nuevo a aquellos maravillosos años de nuestra infancia. Hay cosas que nunca cambian, como los pantalones cortos. Me ha gustado. UN beso
Excelente !! Mucha suerte !!
Katty