AGO20. AZUL ZORRO Y CABIZBAJO ZEN, de Marcos Santander Llona
Aquel elefante afamado coleccionista de arte que había heredado una gran colección de su paciente y rico progenitor se disponía a entrar en aquella nueva galería que habían inaugurado en la ciudad con una temporal sobre neo-dadaísmo de mediados del XX cuando se cruzó justamente en la puerta con un famoso crítico de arte que acudía por razones obvias de su trabajo al mismo lugar
después de saludarse, habían coincidido, elefante y zorro, en innumerables exposiciones y cócteles, decidieron disfrutar juntos de la velada y ante un cuadro en el que se mostraba una infinitud de globos de color azul sobre un azul cielo tachonado de azules de diversa gradación ambos entraron en una discusión sobre los significados de la monocromía y la metafísica del azul según aquel pintor
no puestos de acuerdo sobre la inmateriabilidad de la obra o sobre si representaba más bien cierto concepto influenciado por la filosofía zen dentro de la corriente más innovadora de los muchos significados y usos del vacío estruendoso y presencial o el concepto más clásico y ortodoxo de la ausencia decidieron recabar la opinión del asno que hierático vigilaba el buen orden de la sala: “eso es el azul. . . marino para más señas”
Marcos, desde el cabaret Voltaire, tomándonos unas absentas con Tzara y Duchamp, hemos llegado a la conclusión que tu relato es perfectamente antiliterario y antiartístico y pudes pertenecer a nuestro movimiento y como dice mi compañero Tristán es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendido del vulgo.
Un abrazo.
Creo firmemente en la escritura automática completamente antiliteraria y antiartística. ¿Cómo puede el vulgo incomprender a alguien vulgar? Anónimo de mí mismo. LOL’s.
Ay, hijo mío! los siglos tardan en comprender a sus artistas.Y mucho más tiempo aún en apreciarlos.
Su relato me recuerda a una verdadera «tormenta de ideas»
(storm brainning) ( o se dice brain storming?) llevada a cabo entre sus tres protagonistas.
No hay más que dejarse llevar por el cauce de ese «rafting» al que su lectura nos invita para adivinar en su autor un claro propósito de experimentar innovando. Un juego, al fin y al cabo, en el que hay que entregarse sin miramientos.Firmado: Anónimo a la fuerza(porque los odio)
No pienso acostarme hasta que no desencripte lo de LOL´s
Agradezco a los tres, a don Tristán, a don Marcel, a don Pineal lo negativo que su comentario contiene. Envíeme el carnet, s’il vous plaît. Todo esta construido para romperse. «Y yo que me creía el rey de todo el mundo. . .» Los divanes yo los pago, si no no funcionan. Salud au monde. ¡Abráceme a todo el mundo!
Bajo la apariencia de fábula inocente, emergen las inconfundibles formas de un escritor de oficio que, original y contundente, nos advierte en su discurso de pretensiones gratuitas atribuidas a posibles excesos en el arte. Tal vez nos recuerde que la subjetividad es el eje por el que discurren todos los «ismos» que en el mundo han sido.Crítica o » boutade», el perplej»ismo» que genera, tal vez sea un recurso inteligente que nos conduzca de nuevo al punto del que habíamos partido. Cabe la reflexión, por tanto.Firmado: Nieves,fundadora de la Liga Antianónimos Unidos
¡Mensajeras! Son palomas mensajeras. «Me llamo Marcos y soy anónimo». «Hola Marcos, te damos la bienvenida»
Definitivamente zorro
Oh! cierto, son palomas mensajeras. Cómo no habíamos caído en ese detalle, Marcangruel? tal vez nos hayamos dejado cegar por la monocromía del azul y el vacío estruendoso tachonado de azules metafísicos. Calla y come, que para eso hemos venido al coctail de la performance. Pero…. oh, dios… y el asno…dónde está el asno? Oh, cielos, estamos perdidos!
Señorita!(de Avignon, por supuesto), sírvame otro martini….
Una divertida fábula sobre la dificuldad de comprender el arte moderno y sobre el costumbre de algunas personas que se creen especialistas, de sacar símbolos y sentidos abscónditos de donde no los hay. Así que el asno, con su grosero sentido común, se situa más cerca de la verdad del cuadro que los dos. Me gustaron las corespondencias entre los animales que elegiste y los tipos humanos. ¡Suerte, Marcos!
Gracias Nicoleta! Y lo cierto es que puedo ser elefante blanco, africano, indio; zorro y zorra; y asno en fiestas de guardar. Tanto de día como de noche. Anónimo a la enésima.
Original, mordaz y verídico. Hace tiempo vi una obra de teatro basada en las opiniones que los protagonistas, muy versados en arte, tenían de un lienzo en blanco que presidía el escenario.
Un abrazo.
Gracias, Susana R.! Todo es nada, y juntos generan tantas palabras. . .
Bien Marcos. Acabaré (o quizá no, faltan muchos animales en tu escrito) peleando contigo por el mensaje que transmites. Pero por ahora me haces disfrutar y eso me es suficiente.
Y me has hecho pensar sobre el arte; eres un peligro.
Querido anónimo del 9 de agosto. ¿Por qué no analizamos el mensaje en las demás manifestaciones del arte? Creo que todas ellas se han liberado del presunto mensaje y nadan libres en este soso magma que nos rodea. ¡Cómo me gustaría ser escritor para liberar presuntos mensajes de sus más asfixiantes convencionalismos! Mueran (por un suponer) Sartre y MacLuhan! ¡Viva la liberté!
¿Qué es el arte? Esopo sabrá algo también con sus fábulas. Fabuloso el micro, por cierto. Suerte.