NOV116. LA SANGA QUE GURLÓ EL BURSO DE JILATOS, de Enrique Moreno Martínez
El sindio se me ledava encima. Tenía que escribir un jilato con una sanda o más socaladas. La sanga no paraba de solocar y su fanga había ido al carmogacado y con lo que estaba sintando, seguro que también había ido a la chuquería. Cambié el rindal a la sanga, le di un potito y le cindé una cindón para intentar mordirla y así poder escribir el jilato y entregarlo a sindio. Pero ella empezó a balbucear y a sandotear y a decir sandas, sandas socaladas. Escribí todo lo que la sanga decía y mandé el jilato insindiamente. Y como no, aquél microjilato de apenas 100 sandas, gurló el burso.
Es que, lilo, deberías haber tomado el junche y ponerle al zangio un clira para que se fuera a jungear.Muy bueno
Gracias Carmen. Lo del zangio lo pensé, pero no tenía mucho sindio para este wes.
Un saludo
Me encantaría ser tan ocurrente. Me ha encantado tu juego de palabras. Un abrazo
Esther
Gracias Esther. Ya que este mes es de inventar una palabra, ¿por qué no inventar 10 o 12?
Un saludo
Pues te ha quedado un jilato muy ocurrente, Enrique!!
Original y trabajado!
Un saludo!! 😉
Gracias Miguel Ángel. La sanga no me dejó perfilar el jilato como yo hubiera querido. ¡¡¡Estas sandgas te dejan sin sindio!!