AGO12. TU AUSENCIA INFINITA, de Estibaliz Dilla Muñoz
Hubo un tiempo muy feliz. Cuando necesitaba sentir calma me detenía a descansar la mirada en tus ojos azules en esos momentos en que creía desfallecer. El mar que bañaba tus pupilas era un abrazo eterno que nunca me cansé de recibir. Relajaba el cuerpo y la mente en el lecho de rosas que preparabas una y otra vez cada noche para atraparme. Nos amábamos con la pasión de dos seres que temen no despertar al amanecer. Te enseñé que en cada peaje del camino al otro lado de la curva te esperaba una de mis grandes sonrisas, se te iluminaba el rostro y te brillaban los ojos de dicha.
Ahora sin embargo, llevo varias noches alargando el brazo para poder tocarte e instintivamente me rehuyes. Cuando te miro a los ojos no eres capaz de sostener la mirada que antes fijabas en largos silencios. -¿Qué te atormenta?- contra la pared y entre sollozos confiesas que te has enamorado de otra persona. El azul marino que encandilaba toda mi vida se fue tornando en un negro intenso que calaba los huesos.
–Nada dura para siempre, ni siquiera el color de estos ojos que te han amado tan intensamente.
Estibaliz, más creo lo que tú sientes, que no lo de tu pareja, que si hacía un lecho de rosas. Como hombre que soy(es un decir)me encanta lo que cuentas, pero creo que estás fuera de la realidad.
Me ha gustado pero como ficción.
Un bexo
Los tiempos felices o desgraciados son cíclicos, siempre vuelven unos u otros. Ya sabes, para otra vez: «Ojos verdes son traidores, azules son mentireiros, los negros y acastañados son firmes y verdaderos».
Poético relato esta vez. Me ha gustado. Todo es efímero. Pero un clavo saca otro clavo 🙂
Me ha dejado CLAVADO la frase final. Engrandece el micro. Suerte.