56 – Ref. – sábanas de matrimonio (240 x 270cm)
No es preciso lavar las sábanas para usarlas por primera vez. En caso de urgencia, basta con sacarlas de la funda de plástico, hacer la cama y tumbarse sin miedo.
Las sábanas están fabricadas con un tejido especialmente indicado para el contacto directo con la piel humana, un tejido al que no le afectan las manchas de sudor, ni tampoco las de otros fluidos corporales como saliva, lágrimas o sangre. Las manchas desaparecerán usando los productos adecuados, aunque en algunos casos puede ser necesario lavar a mano y frotar con insistencia.
Una vez limpias, secas y planchadas, hay que proceder a doblar las sábanas. Para ello, se juntarán las esquinas opuestas haciéndolas coincidir con cuidado, repitiendo la operación tantas veces como sea necesario (al principio cuesta más trabajo que la doblez sea perfecta, pero luego es más sencillo). Cuando alcanzan un tamaño pequeño y manejable, las sábanas se puedan guardar en un cajón de forma permanente, incluso para siempre.
Nótese que, si bien todas las labores anteriores son más fáciles de realizar entre dos personas, para guardar las sábanas en el cajón solo hace falta una de ellas.
Me ha encantado. Solo con las características de la sábana, y el proceso, consigues sugerir y dejar abiertas muchas puertas para reflexionar sobre la convivencia, el maltrato, la separación, el olvido… Enhorabuena
¡Cuántas historias se ocultan en una cama y cuántas más en unas sábanas! Me ha gustado mucho la forma tan aséptica en que has planteado el texto. Como si se tratase de un manual de instrucciones. Un relato que esconde mucho más de lo que aparenta.
Muy bueno, Eduardo. A veces es más fácil lidiar con las sábanas de una cama de 90.
Un abrazo