59 – LEALTAD ETERNA (Pilar Alejos)
Aquella mañana supe que había llegado el momento de separarnos. Comprendí que ya no volverías a buscarme para compartir secretos, ni nos abrazaríamos las terroríficas noches de tormenta porque nos asustaba la oscuridad. Nunca más seríamos cómplices en aquellas travesuras que tanto nos divertían; aquellas que enloquecían a toda la familia al no encontrar a los culpables, por lo que pasaban a formar parte de los misterios por descubrir. Cada recoveco de la casa nos servía de escondite y se convertía en nuestro territorio conquistado donde solo había lugar para los dos.
Contemplé la escena mientras luchaba por soltarme, intentando huir para protegerme de aquel sol radiante sin conseguirlo. Me sentí impotente al no poder librarte de la bruja de tu madre. Te había pillado “in fraganti” y amenazaba armada dedo en alto con castigarte si no confesabas. Sabía muy bien qué era lo que más temías: permanecer encerrado. ¡Lo que habría dado yo por evitarte esa humillación!
Soportaste el encierro durante todo el verano. No lo dudaste. Jamás me delataste ni reconociste que me buscabas para salvarme. No tuve escapatoria. Ella me había lavado sin saberlo, tendiéndome luego al sol entre todas aquellas sábanas blancas.
¿La historia de una prenda, probablemente de color, que arruinó a otras muchas prendas? No sé si he captado del todo el tema de tu relato, pero me encanta el enfoque, porque hasta las últimas líneas mantienes engañado al lector. Como siempre, formidable, Pilar.
Un abrazo.
Rebeca, si lees con mucha atención mi relato descubrirás otra lectura para mi historia. No obstante, un relato siempre es del lector y admite ta tas interpretaciones como lectores.
La tuya me ha sorprendido mucho, pero me encanta.
Muchas gracias por tu divertida interpretación y por tu amable comentario.
Besos muy apretados, amiga.
Pilar, excelente relato, me ha encantado esta historia entre ese niño y el fantasma, esa complicidad que nos muestras con tus letras. Y como bien titulas esa «LEALTAD ETERNA».
Nos haces sentir y ver esa impotencia del fantasma, que atrapado en el tendedero, no puede salir en defensa de su compañero de juegos.
Muy bueno y mucha suerte.
Besos y muchos.
Me alegra saber que la historia se ha entendido. Cuando la amistad es verdadera, la lealtad es eterna.
¡Mil gracias por tus bellas palabras para mi relato!
Besos muy muy apretados, Javier.
Pilar, qué relato más fantástico, me ha encantado!! Así como la versión que te ha dado Rebeca, ¡Qué imaginación se mueve por estos espacios!! Es un placer. Suerte y felicidades.
Besicos muchos.
Nani, cuanto me alegro que te haya gustado. Escribir algo original entre tantos relatos excelentes es complicado.
¡Muchas gracias por estar siempre ahí!
Besos muy apretados.
Qué bonito tu fantasma, me encanta.
Feliz verano y muchos éxitos.
¡Muchísimas gracias, Mercedes!
Te deseo un verano maravilloso y mucha suerte para ti también.
Besos apretados.
Un relato bello y tierno, Pilar, pues el fantasma no inspira terror, sino instinto de protección. ¿Con quién podrá jugar y hacer travesuras el niño protagonista? El afán de limpieza materno ha acabado, involuntariamente, con su mejor amigo.
Suerte y besos.
¡Pobre fantasma, impotente por no poder hacer nada! Y el niño desesperado buscando a su amigo entre tanta sábana blanca… Una amistad y una lealtad inquebrantables.
¡Muchas gracias, Carmen, por tus hermosas palabras!
Besos.
Hola, Pilar.
Un micro que evoca amistad verdadera entre seres de mundos distintos:real y paranormal.
Qué desenlace tan tremendo… separados ad infinitum por una colada. Guau, me encanta, fíjate qué pedazo de tema para Cuarto Milenio.
Te mando un abrazo grandísimo y toda la suerte del mundo.
Cuando la amistad y la lealtad es infinita, el dolor por su pérdida arranca de cuajo su niñez y lo hace crecer de golpe.
¡Mil gracias, preciosa Towanda, por pasar a leerme y dejar tu comentario!
Besos muy apretados.