NOV115. AJIPEDOBES, de Miguel Ángel Molina
Él no se llamaba Carlos ni la necesitaba como amante para trepar en su profesión. Ella no se llamaba Luisa, no pertenecía a la realeza, y la bastaban los ratos que él le porporcionaba en la cama para sentirse como una reina.
Mi puesto de Almirante
me lo dio Luisa Tonante,
ajipedobes la doy
considerad donde estoy…
Por suerte no vivieron a principios del siglo XIX, y hoy ella sigue disfrutando a diario de su ración de ajipedobes.
La realeza te hizo
muchos favores
y tú sólo le diste
ajipedobes.
Anda, Luisa,
pronúncialo a la contra;
verás qué risa.
Serovaf selaer a oibmac ed ajipedobes
Muy gracioso
Qué imaginativo relato, Miguel Ángel. Y qué poético! jajaja
Enhorabuena!
Un saludo! 😉
Poesía y prosa de la mano en una misma escena…. ¡muy dificil! y bien conseguido para un relato divertido lleno de sebo de pija!! jajajaja…..
Un abrazo amigo.